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La mujer de negro, teatro de miedo

La mujer de negro, teatro de miedo

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
jueves 15 de mayo de 2014, 01:00h

Es cierto que el género terrorífico sube poco a los escenarios, privados de la panoplia de efectos especiales tan usada y abusada en cine y televisión. Ser pionera en ello es el principal atractivo de esta pieza, aunque se base en miedos que podrían parecer anticuados, en apariciones fantasmales, nieblas británicas, pantanos y soledades. Emilio Gutierrez Caba protagoniza un retorno notable, y duplicado en novedosa faceta de director. Y La mujer de negro mantiene el interés 105 minutos seguidos con una trama de original factura y un argumento de notable ensamblaje, especialmente enfocado todo ello a pblicos veteranos.

Dicen que no hay sin tres. Ésta es mi tercera vez interpretando La Mujer de Negro. Aquí estoy otra vez, como si el tiempo no hubiera pasado desde aquel remoto 1998 cuando por vez primera en Santander me enfundé el traje de Arthur Kipss. Pero el tiempo ha pasado y ahora en este año 2014 me atrevo a dirigirla o, mejor dicho, a recrearla. La Mujer de Negro ha sido, sin lugar a dudas, la mujer de mi vida y desde hoy ustedes tampoco podrán olvidarla nunca. Ya lo verán., dice Gutiérrez Caba a sus 71 años de edad, uno de los nombres más conocidos de la farándula del pasado siglo, habitual para toda una generación, en la pantalla grande y sobre todo en la pequeña.

Arthur Kipps, un abogado ya jubilado, alquila un teatro y contrata los servicios de un actor profesional para que le ayude a recrear un suceso irreal, fantasmagórico, que le sucedió años atrás con resultados trágicos para él y su familia. Tiene la esperanza de que esto le sirva de exorcismo, y así poder quedar liberado de él para siempre. Kipps y el actor comienzan a asumir los diferentes personajes de la historia, y la narración empieza a ser actuación teatral. Una vez más, teatro dentro del teatro, ese permanente recurso del género que pocas veces convence al espectador exigente, construido a menudo con recursos artificiales. En La mujer de negro también se dan demasiadas cosas por supuestas, las razones del abogado para tal extraño experimento, su repentina pasión teatral tras mostrarse repetidamente hostil a la actuación, y el misterioso mecanismo por el que el pasado se convierte en presente, el teatro en realidad, y la historia de un joven pasante enviado por el despacho de abogados para el que trabaja en Londres a liquidar la herencia de una clienta recién fallecida en peripecia de gran susto, no por supuesta menos atrayente.

La difunta señora Drablow vivía en una mansión aislada, rodeada de pantanos, cercana a una localidad asustada por lo que allí ocurría, las apariciones y actuaciones vengativas de una mujer de negro que clama venganza, que se le aparece a Kipps nada más llegar al pueblo y que

La Mujer de Negro fue adaptada por Stephen Malatratt en 1987 a partir de la novela del mismo título original de Susan Hill. Pocos han sido los cambios desde entonces en la estructura tan precisa y original que ideó este dramaturgo fallecido hace una década. Hill ha contado que la historia tradicional de fantasmas parecía haber entrado en declive desde principios de siglo y pensó que era un buen momento para un renacimiento: Hice una lista de algunos ingredientes que, deberían existir en una historia de este tipo, pensé que debería contener a un fantasma , debería hacer mal tiempo, transcurrir en una vieja casa aislada, algunos secretos, probablemente un cementerio o al menos una iglesia, y gente que sabe más cosas de las que está dispuesta a contar porque tiene miedo.

Tras veinticinco años de exhibición ininterrumpida de la pieza teatral, continua en cartel en el West End londinense, y se ha convertido después de La Ratonera en la segunda obra no musical más veterana. Ha sido producida en cuarenta países y ahora mismo se está representando en Argentina, Dubai y México donde lleva ya dieciocho años en cartel. Más de diez millones de espectadores han visto la obra durante estos veinticinco años.

Iván Massagué tiene excelentes dotes actorales, enorme potencia y carisma sobre las tablas. Puede que sobreacte un poco y atruene un mucho en determinados momentos donde los efectos sonoros ya retumban suficiente. Es un contragalán de muy creíble apariencia que puede tener mucho recorrido frente a tanto guapo relamido. Es el actor al que recurre el atormentado Kipps, y que se trasmutará en él de joven para reconstruir los hechos.

Emilio Gutiérrez Caba, tras ser actor durante medio siglo se ha decidido a arriesgarse como director-productor, y ha hecho muy bien. El proyecto podría funcionar varias temporadas seguidas pues hay un pblico ávido de obras como esta, que giren y giren por el país y lleguen a todos los rincones. En el papel de Kipps poco puede reprochársele, teniendo momentos, silencios, gestos y ademanes de gran actor, transmitiendo fuertes sentimientos con sencillez austera, desplegando veteranía en un señor Kipps que hará otros tres o cuatro personajes secundarios, de los que destaca un cochero extraordinario en su primera irrupción en la trama.

Como director, aprueba con notable este primer examen. Hay algn momento dubitativo en las muchas entradas y salidas con cambio de personaje, y puntuales decisiones discutibles, como representar las tumbas del cementerio en alegoría de tresillos enfundados, o presentar al joven Kipps muy poco cuidadoso con los documentos que revisa en la casa encantada, arrojándolos de muy mala manera al fondo de un bal en actitud en absoluto viable. Pero el montaje, siendo escueto y modesto es efectivo y sugerente, con momentos de enorme fuerza dramática como los viajes en calesa, el trayecto en tren o el funeral en la iglesia. Buen movimiento de telones con un doble fondo que da mucho juego, y soluciones efectivas en el doble plano de la habitación infantil, con la puerta en un lateral y la estancia de frente, nada fácil de resolver y de resultar creíble.

Buenas versión y traducción; aceptables recursos de iluminación y sonido; vestuario irregular (con Massagué malparado en lo que le toca); producción ajustada pero solvente. Y la pregunta insoslayable: Da miedo?, se pasa miedo de verdad? Nosotros sufrimos un primer sobresalto en la butaca y luego ya no volvimos a temblar aunque el suspense permaneció vigente hasta el final. Terror, terror, lo que se dice terror, no tuvimos como para asegurar que el reclamo se concreta. Este miércoles, a una semana de su estreno, la entrada era floja y los asistentes quedaron muy satisfechos, aplaudiendo persistentemente.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Argumento, texto y trama, 6
Dirección, 7
Escenografía, 7
Interpretación, 7
Producción, 7
Programa de mano, 6

Teatro Fernán Gómez. CC de la Villa
La mujer de negro
Adaptada para la escena por Stephen Mallatrat sobre la novela de Susan Hill
Dirección, Emilio Gutierrez Caba
Del 7 de mayo al 1 de junio de 2014

Intérpretes:
Atrhur Kipps Emilio Gutiérrez Caba
El actor Ivan Massagué
Con la colaboración especial de Alicia Calot
Voces en off de Narciso Ibáñez Serrador y Luisa Martín

Traducción y adaptación: Anna Gimeno y Juan Vte. Martínez Luciano
Diseño de iluminación: José Martín Márquez / Pablo Fernández
Diseño de sonido: Juanjo Ballester
Ayte de dirección: Eduard Costa
Producción ejecutiva: Concha Catalán/ Sara Rey
Diseño gráfico: Carlos Sánchez / Creatias
Fotografía: Niclas
Vestuario: London Costume Services
Diseño de producción: Miguel Bea
Producción ejecutiva: Concha Catalán / Sara Rey
Un espectáculo de Agencia Pinkerton en coproducción con Shakespeare & Lope, S.L., el Teatro Calderón de Valladolid, Toñi Arranz Producciones S.L. y en colaboración con el Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa.

Precio: 20 euros.
Duración: 105 minutos.

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