He nacido en Madrid en 1949 y ya he superado con Lola Galán las que se llamaban bodas de oro; tengo dos hijos -Eva (1974) y Lucas (1983)- y tres nietas: Celia (2006), Emma (2010) y Niamh (2023). Mis dos hermanos son Gustavo (1951) y Antonio (1953-2009+).
Ejerzo el oficio de periodista desde 1967 y he publicado libros esporádicamente desde 1977 y continuamente desde 2004: van casi cuarenta. He alternado cargos de dirección en revistas y diarios (Interviú, Dunia, El Independiente) con la creación y edición de publicaciones propias y el trabajo como reportero y comentarista. Fui corresponsal en Londres (1993-1997) y en Roma y el Vaticano (1997-2003). Ha sido corresponsal en Madrid de CNN Interactive y otros medios norteamericanos. Desde 2011 soy editor de una Guía Cultural en el diario Periodista Digital, donde publico habitualmente reseñas de arte, ópera, danza y teatro: van casi dos mil hasta hoy.
Me licencié en periodismo en 1971 y me pareció suficiente para ir tirando y cumplir mi bovocación de erscribir, escribir y escribir sin abandonar la otra, la de arreglar el mundo. En octubre de 1967 inicié mi actividad antifranquista participando en la jornada de protestas del 27 de octubre. En enero de 1968 fui detenido por primera vez en las protestas frente a la embajada de Estados Unidos contra la guerra de Vietnam y sancionado con multa gubernativa. En la manifestación ilegal del Primero de Mayo de ese año fui detenido y multado de nuevo. Tras viajar a París atraído por los ecos de las jornadas revolucionarias de mayo ce 1968, me había incorporado a la Acción Sindical de Trabajadores (AST) y enseguida a la Unión de Marxistas-Leninistas (UMLE) que al terminar el año se integraría en el Partido Comunista de España (marxista-leninista), escisión radical del PCE. Impulsé la ruptura de los maoístas madrileños con las Comisiones Obreras Juveniles (COJ) y la creación de sus rivales en Madrid, las Comisiones Obreras de Barrio (COB).
Estuve en la creación y desarrollo de la Oposición Sindical Obrera (OSO) y el Comité pro-FRAP de Madrid. Me incorporaron al Comité Provincial del PCE (m-l) en 1972, y como responsable de su secretaría de masas me tocó planificar la manifestación subversiva del primero de mayo de 1973 que se saldó con la muerte de un inspector de policía, otros varios heridos, y cientos de detenciones. Aunque conseguí huir en un primer momento de la redada general, fui finalmente detenido en julio de ese año y acusado ante la jurisdicción militar de dirigente terrorista, con una petición fiscal de veinte años y un día de prisión mayor. Tras cuatro meses en la prisión de Carabanchel, la causa fue cerrada por la autoridad militar y pasó al Tribunal de Orden Público (TOP) y este se inhibió por falta de pruebas a finales de ese año. Merses después fui enviado clandestinamente a Albania en calidad de representante del PCE(ml)/FRAP, profesor de español y locutor de Radio Tirana. Algo menos de dos años después, a comienzos de 1976 fui trasladado a París donde me hice cargo de los servicios de la Agencia de Prensa España Popular (APEP). En septiembre de ese año, tras la casi desaparición del Frente y las rupturas internas del Partido, di por terminada mi actividad política y en noviembre volví a España acogiéndome a la primera amnistía.
Abandonados todo interés por participar en la actividad política-social y una prometedora carrera periodística que al cumplir los treinta me había llevado a la ditrección del semanario más importante del país, sintiéndome más y más desubicado en el régimen salido de la Transición, inicié de nuevo a contracorriente un trabajo de transformación personal orientado a la recuperación de una dimensión espiritual que había quedado abandonada por mi activismo político, y en octubre de 1982, tras las elecciones generales que dan una gran mayoría al PSOE, publicqué el Manifiesto de los Inexistentes, el inicio de un proyecto vital que entonces ni intuía y que bauticé d ela forma más rara posible: gRRound!
Vinieron décadas de búsqueda personal y de experimentos profesionales, sucesivos fracasos en los que fui curtiéndome y adquiriendo experiencia que compensara mi escaso bagaje vital, el de un autodidacta al que sus padres poco pudieron transmitir al fallecer pronto, el d eun inquieto descontento, el de un visceral desubicado. Hubo una vuelta voluntarista a la política, un último intento de participación por medio de Los Verdes, y una afortunada vía de escape por medio de un segundo exilio de casi una década que me llevaría a Londres y Roma. Llegará internet y con ella otras esperanzas infundadas de poder relatar los hechos libremente, de poder expresar tantas dudas y algunas certezas, de seguir un camino muy especial, el mío.
Al difícil retorno a la patria, intenté reinventarme en escritor y la brújula interior me llevó a una tercera ruta inexplorada, la del arte y la cultura como fuente primigenia de las antertiores militancias políticas, profesionales y espirituales, que así fueron madurando en contacto con la más pura creatividad humana. Ahora, ya en tiempos de resumen vital, encarando el final, mantengo una actividad permanente con la Crónica de Medio Siglo, con la Guía Cultural, la de alguien que no se ha jubilado ni se jubilará, que a pesar de trabajar y trabajar desde los 16 años no tiene derecho a una pensión consoladora; de uno cualquiera, de uno como vosotros.