El CentroCentro del edificio de Correos de la Plaza de Cibeles abre su cuarta temporada exponiendo una amplia selección de la Colección Abelló, una de las colecciones privadas de arte más importantes del mundo y probablemente la más exquisita entre las españolas. 160 del medio millar de piezas que la componen, ofrecen un inigualable panorama de la historia de la pintura de cinco siglos, algo que ni siquiera los mejores museos pueden ofrecer dada su especialización por épocas. Pero la Colección Abelló tiene un poco de todo, y a menudo de lo mejor. De El Greco a Bacon, pasando por Canaletto, Goya, Modigliani o Picasso, un asombroso conjunto de pinturas y dibujos con algo de escultura, seleccionado con enorme gusto, gran dedicación y cantidades ingentes de dinero. Pocas veces esta colección ha viajado al exterior y nunca creemos de forma tan contundente. Quizás no haya otra ocasión de verla.
El Prado o el Louvre han tenido y tienen grandes obligaciones institucionales que les condicionan. Un coleccionista, sin embargo, puede adquirir lo que le plazca. Si tiene buen gusto, criterio, dinero y décadas por delante, puede hacer maravillas. Eso es lo que ha hecho el financiero Juan Abelló, junto a su esposa Ana Gamazo y Hohenlohe-Langenburg . Es una de las mayores fortunas de España, famoso por sus triunfos junto a Mario Conde, del cual supo separarse justo a tiempo para proseguir una trayectoria discreta cuajada de sucesivos éxitos a cuál mayor.
Su colección es nica, de sello muy personal. Con una gran amplitud de épocas y estilos, ha sido pionera en interesarse por la producción de artistas con muy pocas obras presentes en España, como Francis Bacon u otros pintores clave de las vanguardias históricas. Este carácter precursor define otra de las características de esta colección, la predilección por la obra sobre papel, considerada en España hasta fechas recientes como menor. El valioso conjunto de dibujos del siglo XVI al XX que atesora la convierte en una de las mejores colecciones privadas de dibujo de España.
Felipe Garín, que dirigió el Museo del Prado a comienzos de los años 90, y fue luego director del Instituto Cervantes y de la Academia de España en Roma -larga etapa en la que coincidimos en esa ciudad y conocimos su faceta comisarial- así como presidente de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, ha trabajado un año en seleccionar un tercio de la colección para ofrecer un recorrido cronológico con especial presencia del dibujo dando prioridad a no dar sensación de agobio, de aglomeración, a que respiren las piezas en este espacio expositivo tan especial que forman los sótanos del Palacio de Correos, un amplio pasadizo en forma de herradura con recovecos internos. El avance a lo largo de los siglos tiene una sala de transición dos cuadros enfrentados de épocas distintas: El retrato de Felipe II con la Orden de la Jarretera de Joris van der Straaten, llamado en España Jorge de la Ra, y la Femme assise (Mujer sentada) de Juan Gris. Con ello se pretende no solo mostrar como un mismo género en este caso el retrato puede dialogar perfectamente desde su calidad en épocas bien distintas, sino también reflejar mediante ejemplos concretos la manera como lo hacen en su ubicación privada permanente.
Al iniciarse el recorrido con un Greco en memoria de su cuatricentenario y terminar con el enorme tríptico de Francis Bacon de 1983, la disposición casi circular del recorrido, permite a ambas piezas mirarse en la entrada y salida de la muestra: el San Francisco estigmatizado y en trance místico ora al cielo frente a las retorcidas poses del hombre sentado en calzoncillos y con las piernas cruzadas sobre fondos naranja y con sombras huidizas del Tríptico que pintara Bacon en 1983.
Cinco siglos de arte y los nombras más resonantes: Pedro Berruguete, Juan de Flandes, El Greco, Lucas Cranach, Juan Pantoja de la Cruz, José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Alonso Cano, Murillo, Juan de Arellano, Luis Meléndez, Canaletto, Francesco Guardi, Antonio Joli, Francisco Bayeu, Francisco de Goya, Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Isidro Nonell, Joaquín Sorolla, Mariano Fortuny, Juan Gris, Pierre Bonnard, Georges Braque, Fernand Léger, Paul Klee, Mark Rothko, Pablo Picasso, Joan Miró, Salvador Dalí, Vincent Van Gogh, Edgar Degas, Amedeo Modigliani, Gustav Klimt, Egon Schiele, George Grosz, Wassily Kandinsky, Edvard Munch, Henri Matisse, Francis Bacon o Antoni Tàpies. Un concentrado vitamínico, una experiencia accesible que en un par de horas equivale a un curso completo de pintura universal.
La primera sala -Madrid, Villa y Corte- representa un homenaje a Madrid, con lienzos en su mayoría de gran tamaño, que reflejan escenas de la capital desde el siglo XVII hasta el XIX. En esta introducción a la exposición se pueden ver obras de escuela madrileña del siglo XVII, así como obras de Giuseppe Canella Vista de la Carrera de San Jerónimo y Vista del Paseo del Prado, entre otras, o La Fuente de la Cibeles, de David Roberts, con las que se produce un guiño realidad-ficción, al encontrarse los lugares y monumentos reales a escasos metros de la propia sala.
La siguiente sala, -Del gótico al humanismo-, recorre los siglos XV y XVI y presenta obras de Bernardo Serra, Jaume Baço Jacomart, Juan de Flandes, el Maestro de Artés, Pedro Berruguete, y Lucas Cranach, autor particularmente querido por los Abelló, entre otros. Además, esta sala alberga, segn el comisario, uno de los mayores placeres visuales de la exposición, el Salvator Mundi entre san Pedro y san Juan, de Fernando Yáñez de la Almedina, considerada como una obra maestra.
La tercera sala -Cuando el hombre convierte la naturaleza en arte- cuenta con obras del siglo XVII, tanto óleos como dibujos, de José de Ribera, Bartolomé Esteban Murillo, Francisco Pacheco o Francisco de Zurbarán. Asimismo, conformando lo que el comisario califica un espacio casi mágico presenta una completa serie de bodegones y floreros, muy apreciada por sus propietarios, de los artistas más representativos y reconocidos del siglo XVII: Miguel de Pret, con una de sus escasas obras firmadas, Bernardo Polo, Juan de Arellano, Pedro Camprobín o Antonio Ponce y su obra maestra Bodegón con jarrón de Talavera con flores, alcachofas y frutas.
Las vedute, Goya y su mundo es el nombre de la cuarta sala, donde el recorrido se adentra en el siglo XVIII. Esta sala alberga, entre otros, piezas magistrales de Canaletto y Guardi, y lienzos de Antonio Joli, que muestran cómo se traslada a Madrid y su entorno el estilo italiano de mediados del setecientos. En palabras de Felipe Garín: un conjunto insólito en el coleccionismo español. Incluye, además, dos retratos particularmente importantes de Goya, de don Martín Miguel de Goicoechea y doña Juana Galarza, sus consuegros, y un dibujo de la esposa del pintor, doña Josefa Bayeu que, como explica el comisario citando a Carducho, refleja cómo el Dibujo es la perfección del Arte.
El siglo XIX protagoniza la quinta sala, dedicada al Naturalismo europeo. Cubre un espacio que va desde mediados de siglo hasta los años veinte, con un conjunto ecléctico que cuenta con obras de autores españoles como Mariano Fortuny, Ramón Casas, Hermen Anglada Camarasa, Aureliano de Beruete, Santiago Rusiñol, Joaquín Mir o Joaquín Sorolla, que comparten espacio en absoluta contemporaneidad con Pierre Bonnard, Toulouse-Lautrec Van Gogh y Amedeo Modigliani.
La sexta sala, Picasso y sus contemporáneos alberga catorce piezas de Pablo Picasso entre óleos, aguadas, tintas y lápices, presididos por el excepcional Desnudo sentado. Dialogan con él obras de Braque, Léger, Juan Gris y Matisse, junto con dos obras de su contemporáneo Salvador Dalí, Rostro invisible/Ruinas con cabeza de medusa y paisaje y el dibujo Retrato del padre del artista y su hermana.
La muestra culmina en la séptima sala, De Miró a Francis Bacon. Historia y modernidad. En ella comparten sus dos amplios muros, por un lado, obras del siglo XX de artistas norte-europeos, que ponen de manifiesto el internacionalismo de la colección: Edvard Munch, Gustav Klimt, Vasily Kandinsky, Paul Klee, Kees van Dongen, Egon Schiele y George Grosz. Frente a ellos, una obligada síntesis de la muy extensa nómina de maestros españoles de la abstracción de la segunda mitad del siglo XX, tales como Antoni Tàpies, Pablo Palazuelo o Manolo Millares, sin incluir los artistas vivos.
Finalmente, en los muros restantes, las obras de Joan Miró, referente necesario en el arte español del siglo XX y, frente a ellas, Mark Rothko (Negro, rojo, negro). Como cierre, las obras maestras de Francis Bacon (1909-1992): una temprana Composición de 1933, el Estudio de un retrato, el tríptico con los Tres estudios de retrato de Peter Beard y el espectacular Tríptico de 1983.
Esta Colección Abelló prosigue la serie Mecenazgo al servicio del arte, con la que se pretende acercar al pblico algunas de las colecciones privadas más relevantes del país. Iniciada a finales de 2012 con El legado Casa de Alba (ver nuestra reseña para la ocasión), prosiguió al año siguiente con Colección Helga de Alvear. El arte del presente (ver reseña), y ya el pasado diciembre llegó Colección Masaveu. Del Románico a la Ilustración (ver nuestra reseña de entonces).
CentroCentro Cibeles compagina estas grandes exposiciones temporales con un despliegue algo errático de muestras, jornadas, conciertos, simposios, etc., en áreas como diseño, arquitectura, moda y comic, de mucho menor calado. En tres años dice haberse convertido en la tercera de las instituciones más visitadas en el Paseo del Arte, tras el Museo del Prado y el Reina Sofía.
En la selección de la muestra están presentes la primera adquisición de la colección -Peñas de Urquiola (1907) de Darío de Regollos- y la ltima de hace sólo unas semanas, los retratos de Felipe V y su esposa María Luisa Gabriela de Saboya, realizados por de Miguel Meléndez en 1709. Tiene un diseño muy cuidado, un recorrido fácil y preciso, y un catálogo modélico, sin añadidos superfluos ni excesos teorizantes, con toda la obra expuesta y una breve introducción, en un formato manejable. El precio es más accesible que en anteriores ocasiones y el lugar inmejorable. Una cita ineludible del otoño cultural madrileño.
Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 8
Documentación a los medios: 8
Programa de mano: 8
CENTROCENTRO CIBELES DE CULTURA Y CIUDADANÍA
COLECCIÓN ABELLÓ
2 de octubre de 2014 1 de marzo de 2015
De martes a domingo, de 10 a 20 horas Cerrado lunes 24, 25 y 31 de diciembre y 1 y 6 de enero
Organiza y produce: CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía
Director del proyecto: Enrique Gutiérrez de Calderón
Comisario: Felipe Garín Llombart
Comisario adjunto: Almudena Ros de Barbero
Ayudante de comisariado: Vicente Samper
Diseño museográfico: Francisco Sánchez Bocanegra, con Eloy Martínez de la Pera y Víctor Rodríguez
Patrocinio: MasterCard.