La segunda parte de la excepcional trilogía dramática de la compañía Proyecto 43-2 sobre la an inacabada tragedia que desencadenó la violencia etarra durante cuatro décadas en el País Vasco, -con un millar de muertes, decenas de miles de víctimas entre heridos, represaliados, perseguidos y exiliados, y sobre todo una avalancha de dolor, odio e injusticia sin más parangón que el irlandés en la Europa Occidental del ltimo medio siglo-, mantiene el altísimo tono emocionante, revelador y pionero de esta iniciativa teatral, una de las más interesantes sobre nuestros escenarios en mucho, mucho tiempo.
La mirada del otro documenta y testimonia los encuentros entre militantes arrepentidos de ETA y sus víctimas directas o indirectas que se desarrollaron a partir de mayo de 2011 en la prisión alavesa de Nanclares de la Oca. Allí se encontraban los 23 activistas que habían rechazado pblicamente su pasado de entre los 571 que cumplían condenas por sus crímenes en las cárceles españolas. Fue una iniciativa secreta, impulsada por la Dirección de Atención a Víctimas del Terrorismo del gobierno autónomo vasco y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias del gobierno español, diseñada por el abogado Xabier Etxebarría y llevada a cabo por un equipo de mediadores. A la propuesta accedieron en una primera fase seis de los presos. Se trataba de responder a las preguntas del otro, arrepentirse del pasado, pedir perdón por el dolor causado, a solas o con la presencia de un mediador. Los encuentros fueron confidenciales y no hubo ningn tipo de contraprestación ni beneficio penitenciario para los presos. Lo ocurrido no trascendió hasta un par de años después. A los pocos meses, y sin que pueda establecerse relación directa, el 20 de octubre de 2011, ETA anunció el cese definitivo de su actividad violenta.
La mirada del otro es un relato de ficción de un hipotético encuentro construido con retazos de todos ellos, aunque parece basarse principalmente en el de la viuda Maixabel Lasa con Luis María Carrasco Asenguinolaza, el asesino de su marido, Juan María Jáuregi, ex gobernador civil socialista de Gipuzkoa. Intenta que no se identifiquen los protagonistas reales y los asesinatos concretos. La trama cuenta el proceso por el que un etarra que cumple condena desde hace catorce años se sentará frente a la hija del concejal que asesinó de un tiro en la nuca: la forma en que les llega la propuesta, sus vacilaciones, la decisión de aceptar, la primera entrevista -esa mirada del otro- y su reflexión final. Difícil tarea la de construir una pieza teatral sobre asunto tan delicado, y por eso es an más de celebrar el éxito de la empresa. Texto casi perfecto, diálogos y situaciones de gran verismo, dramatización sencilla y eficaz, escenografía mínima y convincente, y dirección precisa y sin fallos. Iluminación, msica, vídeo, vestuario y escenografía ceñidos a subrayar con ligereza formal el pero abrumador del contenido.
Y en la cima de todo ello una emocionante interpretación, en nuestra opinión sobresaliente, sin sobreactuaciones a las que tanto se prestaría el tema, sin gritos, sin lloros, sin ademanes grandilocuentes, sin todos esos recursos que traban la comunicación directa. Ruth Cabeza es una perfecta facilitadora, una de esas almas generosas que nutren las organizaciones no gubernamentales y las iniciativas bienpensantes que intentan poner parches en los males del mundo, a menudo sin conseguirlo. Su jerga profesional -victimario por asesino-, sus protocolos de actuación, su tejer medido, es impecable. María San Miguel interpreta a la perfección el dolor mitigado por el tiempo de una niña que perdió a su padre y que ahora es una mujer a la que faltan piezas. Pudo contener las lágrimas hasta que terminó la obra y eso nos emocionó más si cabe. Es además el alma de este proyecto cuya primera parte hay que recordar (ver nuestra reseña de entonces).
Y como vértice de triángulo tan inédito en un escenario, Pablo Rodríguez elabora un personaje que removerá las entrañas -así lo deseamos- de todo el que haya tenido que ver con historias de revolucionarios mesiánicos, de fanatismos subversivos, de presos políticos, de violencia y cárcel en nuestro pasado cercano, en la prematuramente olvidada segunda mitad del pasado siglo. Su expresión, sus gestos, sus movimientos, sus trabajosas palabras están sacadas de Carabanchel, del Puerto, de Soria y de cientos de historias reales. Es un compendio de humanidad rota que desgarrará a los espectadores más sensibles. Es un recuerdo a esos 23 ex etarras, héroes muchos después de sus presuntas crueles heroicidades: Antonio Alza; José Arizmendi; Aitor Bores; Rafael Caride; Luis María Carrasco; Asier Carrera; Joseba Díaz Urrutia; Ibon Echezarreta; José Fernández; ngel Figueroa; Jess García Corporales; Carmen Guisasola Solozábal; Valentín Lasarte; Luis María Lizarralde; Idoia López Riaño; Fernando Luis Astarloa; Andoni Muñoz; Iurgi Oteiza; Pedro Picabea; Miguel Ruiz de Eguilaz; José Luis Urrusolo; Jorge Uruñuela y Sagrario Yoldi.
Por ejemplo, Urrusolo Sistiaga, Langile, fue uno de los más sanguinarios activistas, Carmen Guisasola estuvo en el comando Vizcaya (ambos son pareja actualmente), Idoia López Riaño en el comando Madrid), Rafael Caride fue uno de los autores de la matanza de Hipercor, en Barcelona, Valentín Lasarte fue condenado por los asesinatos de Gregorio Ordóñez y Fernando Mgica; y Pedro Picabea llegó a ser jefe de los comandos operativos.
El estreno de La mirada del otro en Eibar reunió en el patio de butacas a víctimas y verdugos por primera vez en la historia de este conflicto: Maixabel Lasa, Iñaki García Arrizabalaga, Josu Elespe, Carmen Hernández, Mariló Montero, Fernando de Luis Astarloa, Ibon Etxezarreta, Joseba Urrusolo y Luis Carrasco (estos ltimos tres an cumplen condena en la cárcel de Nanclares de la Oca, y Urrusolo cumple condena por cerca de una veintena de asesinatos y dos secuestros. La Audiencia Nacional le concedió tres días de permiso a mediados de julio de 2013, considerando que, frente a los 449 años de prisión a los que ha sido condenado en diversos procedimientos, deben prevalecer circunstancias como su buena conducta en prisión). Estuvieron acompañados por el citado Xabier Etxebarría y por Eduardo Santos, perteneciente al equipo de mediación que trabajó en los encuentros.
En Madrid, el 8 de mayo al mediodía la compañía fue saludada por Mercedes Gallizo, ex directora de Instituciones Penitenciarias, y Txema Urkijo, adjunto a la directora de la Dirección de Atención a Víctimas del Gobierno Vasco, impulsores de los encuentros de Nanclares. Todavía hoy la decisión es muy discutida y lleva años suspendida. Quizás sólo fue un gesto simbólico contra una muralla enorme.
Este jueves, víspera de San Isidro Labrador, santo patrono de Madrid, en la Sala Cuarta Pared con lleno absoluto se vivieron momentos extraordinarios. El pblico era el habitual, jóvenes inquietos, maduros cultos Había entre ellos personas afectadas directamente por la tragedia vasca? De haber sido así seguramente sintieron como nunca antes que el teatro nació y vive para ser catarsis.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 9
Texto, 8
Dirección, 8
Escenografía, 8
Interpretación, 9
Producción, 8
Documentación para los medios, 7
Programa de mano, 7
Sala Cuarta Pared
LA MIRADA DEL OTRO
De 7 a 16 de mayo- 21h.
Compañía Proyecto 43-2
Dramaturgia: María San Miguel y Chani Martín
Director: Chani Martín
Intérpretes: Ruth Cabeza, Pablo Rodríguez y María San Miguel
Producción: Proyecto 43-2
Diseño de escenografía: Karmen Abarca
Diseño de iluminación: Ral Romo (Wensy)
Coordinadora de vestuario: Susana Moreno
Msica original: Jorge Arribas
Vídeo, fotografía y diseño gráfico: Alba Muñoz y Juan Carlos Mora
Asistente de producción: Irene Domínguez
Prensa: Silvia Espallargas (ASÍ COMUNICA)
Duración: 70min.
Precio: 14.
Han colaborado la Consejería de Educación, Política Lingística y Cultura del Gobierno Vasco, el Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas de la Universidad Carlos III de Madrid, el Instituto de Derechos Humanos Padre Arrupe de la Universidad de Deusto, Bodegas Luis Alegre, festival Surge de la Comunidad de Madrid y la Sala Cuarta Pared.