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Delicado equilibrio: literario y de antes
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Delicado equilibrio: literario y de antes

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
viernes 05 de abril de 2024, 01:00h

Este drama americano tan de los años sesenta goza de una dirección acertada para una agradable puesta en escena y un competente reparto. De inaudito punto de partida, excelente construcción, sesudos diálogos y exigente duración, tiene momentos brillantes y bajonazos de tensión; es testimonio de una época pasada con destellos sabios que valen para la nuestra.

Un matrimonio maduro y próspero, asentado sobre una esposa controladora y un marido dócil, sufre la incómoda presencia permanente de la hermana de ella, alcohólica y vitriólica, la irrupción invasiva de la pareja de amigos de toda la vida, y el retorno de la hija tras su cuarto fracaso matrimonial: todo ello pone en tensión su inestable equilibrio.

Cuando se estrenó y premió esta obra, EEUU entraba en el terremoto cultural y vital de los años sesenta del pasado siglo tras lo que nada sería igualito. Al mueble bar imprescindible en los salones de la clase media sucederían otras drogas ilegales e incontrolables; a las parejas tradicionales, unas libertad sexual que desembocaría en el género no binario y la galaxia lgtbiq con sus 37 identidades; y así todo el entramado cultural y social del siglo XX, que hoy parece una reliquia del pasado, de tal manera que resulte a veces más lejana la peripecia de estos personajes que la de los truhanes del siglo de oro.

Se nos presenta como una reflexión sobre la incertidumbre en la sociedad contemporánea, pero más bien debería hacerse como un ejercicio de retrospección sobre otra época, aparentemente similar pero enormemente diferente. Edward Franklin Albee III (1928-2016), cuya consagración proviene de la famosa Quién teme a Virginia Woolf?, combinó la influencia europea del absurdo de Samuel Beckett y Eugène Ionesco con el examen crítico de la sociedad estadounidense, y lo hizo con gran oficio, afinada observación y notable inteligencia que le valieron para tres premios Pulitzer, el primero de ellos por esta A Delicate Balance en 1967, seguido de los de Seascape (1975) y Three Tall Women (1994).

Bajo su apariencia convencional, esta pieza contiene reflexiones muy interesantes no solo sobre los papeles tradicionales de hombre y mujer en el matrimonio de antaño, sino también sobre la fragilidad que escondemos bajo la costra solvente; el terror difuso -inconfesado e inconfesable- que nos va creciendo interiormente con los años; el imprescindible lubricante social que siempre han representado las bebidas alcohólicas si se sortean sus peligros; y la duda, la sempiterna duda que siempre rodea nuestras decisiones aunque hayamos aprendido métodos para acallarla.

El director argentino Nelson Valente se hace cargo de esta propuesta un tanto a contracorriente, de teatro de altura intelectual y situaciones incómodas, y Producciones Teatrales Contemporáneas presenta un espectáculo de altura. Escenografía y vestuario de Lua Quiroga Paul han preferido un tono ecléctico al de época y resultan válidos, bien completados por la iluminación de Ion Anibal López; los fundidos musicales entre escenas son un tanto chirriantes, y en la fila diez se oían mal los diálogos a pesar de pinganillos.

El reparto se enfrenta a dificultades no habituales, las del teatro de texto sólido, de diálogos enjundiosos, de contenido verbal denso en una acción suspendida. Pero tiene el acicate de que los cinco personajes son casi iguales de sólidos y todos tienen su momento de gloria en el escenario. Ciertamente, la Agnes de Alicia Borrachero resulta más simbólica que realista, y sus aires de superioridad la hacen distante frente a un Tobías que el actor americano afincado en España Ben Temple dota de atractivo exotismo huraño. Será la hermanita borrachuza Clara de Manuela Velasco un vendaval cada vez que aparezca en escena, mientras la hija Julia de Anna Moliner se debe resignar al papel secundario que le ha dado mister Albee, y el complemento de la pareja amiga está certero en su intrigante cometido con la Edna de Cristina de Inza y el Harry de Joan Bentallé, para nosotros el más interesante del reparto con sus manos en los bolsillos, con sus gesticulaciones vacilantes.

Al año siguiente del estreno, la obra dio el salto a Europa, y estuvo en el Odeon de París, llegando a Madrid rápidamente, en 1969, con dirección de Claudio Guerin y con Fernando Delgado, Luisa Sala y Charo Soriano actuando. En 2011 la llevó al Lliure de Barcelona Mario Gas, y en 2014 Glenn Close hizo de Agnes en Nueva York. Teatro de ley, desafiante de hacer y de presenciar, teatro de siempre, del clásico si se quiere, en estado puro, sin deconstrucciones al uso. A los modelnos, les resultará anticuado. A los más conservadores, de vez en cuando nos reconforta. Ah, y que por favor los estrenos no empiecen diez minutos tarde penalizando a los puntuales!

VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Traducción/Versión: 9
Dirección: 8
Interpretación: 8
Puesta en escena: 7
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 6

Centro Cultural de la Villa
Teatro Fernán Gómez Sala Guirau
UN DELICADO EQUILIBRIO
Autor: Edward Albee
Dirección Nelson Valente
Traducción Alicia Borrachero, Ben Temple
Del 4 al 28 de abril 2024

Elenco:
Agnes Alicia Borrachero
Tobías Ben Temple
Clara Manuela Velasco
Edna Cristina de Inza
Harry Joan Bentallé
Julia Anna Moliner

Escenografía y vestuario Lua Quiroga Paul
Iluminación Ion Anibal López
Producción y distribución Producciones Teatrales Contemporáneas S.L.

Horario
De martes a sábado a las 20:00 horas
Domingos y festivos a las 19:00 horas (festivos entre semana a las 20:00h)
Duración
125 minutos
Lugar
Sala Guirau
Precio
Entrada general 22
Martes y miércoles 17 (día del espectador)
Tarifa reducida: 18 (Todos los días): Carné joven, mayores.

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