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Virgen de Guadalupe, la imagen que forjó el virreinato español de México

Virgen de Guadalupe, la imagen que forjó el virreinato español de México

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
jueves 12 de junio de 2025, 17:34h
‘Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España’, es una exposición original que celebra el intenso y profundo vínculo ideológico entre ambos países mediante la devoción a la Virgen de Guadalupe. Ojalá que influya en despejar malentendidos y prejuiciosa ambos lados del Atlántico.
Comisariada por dos profesores mexicanos, Jaime Cuadriello y Paula Mues Orts, reúne una setenta obras procedentes en su mayoría del patrimonio español y ha contado con destacadas piezas novohispanas para narrar la importancia de la imagen de la Virgen de Guadalupe y su consagración como icono trasatlántico devocional y político. Incluye obras de destacados pintores de tiempos del virreinato como José Juárez, Juan Correa, Manuel de Arellano y Miguel Cabrera, junto a Velázquez, Zurbarán y una contribución española de primer orden. Se trata de una mirada inédita sobre cómo la virgen guadalupana fue reinterpretada, reproducida y venerada en ambos continentes.

A modo de introducción necesaria, recordemos que Nuestra Señora de Guadalupe es una aparición mariana que la iglesia católica considera verídica, ocurrida en las faldas del cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México 3l 12 de diciembre de 1531 al indígena chichimeca Juan Diego Cuauhtlatoatzin. El obispo Juan de Zumárraga le pidió una prueba cuando este se lo contó y así apareció la imagen impresa en el manto típico de Diego. La tilma está hecha de tela de magüey, y la imagen es de una mujer joven de tamaño natural, con un manto azul y una estrella en la cabeza: se encuentra en la Basílica de Guadalupe, donde es venerada por millones de peregrinos cada año.

El culto guadalupano es una de las creencias más arraigadas en el actual México y parte de su identidad, y ha estado presente en el desarrollo como país desde el siglo XVI incluso en sus procesos sociales más importantes como la Independencia de México, la de Reforma, la Revolución mexicana, cuenta con millones de fieles, incluso ajenos al catolicismo algunos de ellos profesantes como guadalupanos sin ser necesariamente parte del catolicismo. Las raíces devocionales primigenias de esta imagen estarían en la Virgen de Guadalupe de Extremadura, por la cual tenían devoción los conquistadores españoles. Hay también sincretismo con la de la deidad mexica Toci o diosa Tonantzin lo que contribuyó a que los españoles del siglo XVI ganaran el apoyo de la población indígena de México. El 12 de octubre de 1895 fue coronada canónicamente y en 1910 el papa Pío X la nombró patrona de América Latina.

La exposición esta estructurada en once secciones temáticas que van mostrando desde las primeras representaciones de las apariciones, hasta las sofisticadas vera effigies reproducidas con fines devocionales o políticos. El recorrido arranca con una cartografía visual que documenta la sorprendente densidad de imágenes guadalupanas distribuidas por toda la geografía española; responde a factores económicos, sociales y políticos como el comercio con las Indias, la minería y el trasiego de funcionarios virreinales. Las obras reflejan tanto la devoción como los intereses de comunidades, artistas, comerciantes, nobleza y clero, que hicieron de Guadalupe una devoción compartida.

Los núcleos temáticos abordan, entre otros, la transmisión del relato guadalupano mediante modelos narrativos y visuales estandarizados; la genealogía formal de la imagen y su conexión con iconos marianos europeos como la Inmaculada o la Tota Pulchra; su condición de «pintura no hecha por mano humana», emparentada con el concepto del Deus pictor; y la sacralidad de su manto, concebido como reliquia viva y objeto de veneración. También se incluye un contrapunto con la pintura peninsular contemporánea, revelando afinidades y disonancias estilísticas con
escuelas como la madrileña y la andaluza.

Particular interés despiertan las secciones dedicadas a las “vera effigies», copias exactas o variantes tocadas a la original, que eran reproducidas con técnicas artísticas especializadas. Asimismo, destaca la presencia de materiales exóticos —nácar, marfil, latón— llegados a través del Galeón de Manila, que evidencian la proyección global del culto guadalupano y su inserción en redes transoceánicas de intercambio cultural. Un conjunto que traza un mapa artístico y simbólico de la devoción guadalupana vigente desde el siglo XVII hasta principios del XIX.

Como complemento a la muestra, la Fundación Casa de México en España colabora con una intensa programación cultural que profundiza en la dimensión simbólica y artística de la Virgen de Guadalupe. El programa incluye conferencias de los comisarios, un ciclo de cine con títulos históricos y contemporáneos, cápsulas informativas y talleres de artesanía tradicional mexicana, impartidos por maestros de Michoacán y Chiapas. Actividades que pretenden ofrecer una experiencia integral que entrelaza historia, arte y tradición viva.

El recorrido subyuga aunque no resulta del todo claro. Debería empezar refiriéndose a la imagen original de Nuestra Señora de Guadalupe que se conserva en la basílica del mismo nombre, en las faldas del cerro del Tepeyac. Múltiples estudios durante siglos sobre la tilma, el manto de Juan Diego donde la aparición dejó su imagen, tanto de la tela, como de las tintas o colorantes, el procedimiento de impresión, las imágenes en los ojos de la Virgen y del obispo Zumárraga, las estrellas y sus constelaciones, la temperatura, latidos, dimensión áurea y etcétera, realizados por diferentes métodos científicos desde fotografía con rayos infrarrojos hasta al tecnología de ampliación y transmisión de imágenes digitales satelitales, mantienen el misterio de que la Imagen no está pintada, no hay rastros de pintura ni pinceladas de ningún tipo, por delante ni por detrás. La imagen no podía explicarse como humanamente hecha. En 1979 los norteamericanos Philip Callahan y Jody Brant Smith, asociados a un centro católico de estudios marianos, fotografiaron la imagen con cámara infrarroja y no encontraron explicación científica para la hechura del manto, túnica, manos y rostro de la Virgen. En 1998, la Iglesia católica a través de la Congregación Vaticana para las Causas de los Santos dictaminó que la aparición -cinco en realidad- era un hecho demostrable, declarándolo como real, y presentando 27 documentos con testimonios indígenas y ocho de origen mestizo indo-española. En 2002 el papa Juan Pablo II en persona canonizó a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el primer santo indígena de América. Existen al menos 22 películas y documentales sobre el tema.

Tampoco su precedente y probable inspiración merece la atención debida en la exposición. La Virgen de Guadalupe patrona de Extremadura, cuyo Real Monasterio es patrimonio mundial, y también es conocida como «Reina de la Hispanidad». Dice su leyenda que fue en el siglo XIII, cuando al pastor Gil Cordero se le apareció una figura femenina que le indicó donde se encontraba la talla sedente realizada en madera de cedro, en una cueva cercana al río Guadalupe (del árabe Wad-al-luben,Río escondido). Su leyenda dice que fue tallada por San Lucas y que a su muerte sufrió no pocas peripecias para llegar desde la Beocia griega a tierras extremeñas. De cualquier manera, el hecho es que fue escondida en la provincia de Cáceres con los papeles pertinentes que documentan su historia. Y es muy probable que su imagen y devoción inspirara a su homónima mexicana. Se dice que Cristóbal Colón oró en el santuario de Guadalupe en Cáceres antes de partir y que llevaba consigo una réplica de la imagen, como harán muchos jefes de expediciones posteriores, y al descubrir la Isla de Karukera, el 4 de Noviembre de 1493, le cambió el nombre a Guadalupe en honor a la virgen extremeña.

Aproximación a la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 7
Comisariado: 6
Catálogo: 9
Programa de mano: 9
Documentación a los medios: 9

Museo Nacional del Prado
“Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España”, una exposición única
Del 10 de junio al 14 de septiembre de 2025
Montada por Jaime Cuadriello y Paula Mues Orts en las salas C y D del edificio Jerónimos
Con la colaboración de la Comisión Arte Virreinal de la Fundación Amigos del Museo del Prado y el patrocinio de Rassini.
Se complementa con una programación cultural desarrollada junto a la Fundación Casa de México en España.

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