Algunos personajes emplean el aonikenk, lenguaje de los tehuelches, que recibe un bellísimo tratamiento musical lírico en contraste con el de las partes vocales en castellano, más recio, monocorde y cortante. Las diferentes etnias conocidas con el término amplio de tehuelches hablaban idiomas cuyo número y relación es controvertido, digamos que seis. Los aonekenk («sureños») hablan el conocido como tehuelche, tshoneka o aonikenk, el más estudiado y casi extinguido, intentándose recuperar su uso a través del programa «Kkomshkn e wine awkkoi ‘a’ien (No me da vergüenza hablar en tehuelche) de la organización Wenai sh e pekk.
El libreto tiene una narradora, Ikalemen, una mujer de hoy que empieza a reconocerse como tehuelche y reconstruye recuerdos de la memoria oral de sus ancestros y así aparecen dos mujeres aonikenk —Xorenken, una anciana vidente, y Golenkon, una joven que va a casarse con Kentelan, su enamorado. Estamos en 1520 y la expedición española fondea en la gélida Bahía de San Julián y toma contacto con la tribu tehuelche, a quienes llamarán patagones por su gran estatura, y a la que pertenecen los tres personajes indígenas de la obra. Raptan a Kentelan para llevarlo a España como prueba del contacto y mientras, Magallanes descubre una conspiración contra él, condena a decapitación y desmembramiento a los sospechosos y a ser abandonado en tierra a Juan de Cartagena, el capitán que lidera a los descontentos, que queda atado para que muera lentamente. Ya moribundo le encuentran Xorenken y Golenkon y le salvan para que les ayude a encontrar a Kentelan, pues Juan sabe que está previsto que hagan escala más hacia el sur antes de pasar al otro lado. Así los tres andan y andan interminablemente buscando el lugar donde la nave fondeará.
Mientras, en el barco Antonio Pigafetta, cronista de la travesía, quedará a cargo de «civilizar al salvaje», al que cuida mientras escribe un diccionario de equivalencias entre los dos idiomas. Las dos indígenas y el español pugnan por alcanzar la expedición hasta el punto donde se unen los mares, pero mientras el pobre novio preso no puede aguantar las privaciones que ya sufren los tripulantes y enferma gravemente ¿Conseguirá curarse, llegará a tiempo su esposa de rescatarle? No importa que les rebelemos que Kentelan muere, Golenkon ya embarazada penará por siempre, y a su hija y las otras hijas de la tribu, y a las hijas de las hijas, se les trasmitirá el recuerdo de lo ocurrido, mientras el libretista se permite un alegato reivindicativo final muy a la moda de estos tiempos como ya antes se ha permitido que aparezca un Magallanes que no figura en los créditos. Una lástima, porque la narradora Ikalemen nos podría haber contado como Golenkon y Juan reconstruían sus vidas juntos, criaban a la hija de Kentelan y viviían el lento e inexorable proceso por el que las civilizaciones y las culturas se han ido imponiendo unos a otras a lo largo de la humanidad. Eso sería un final muy feliz para una historia muy bonita, y además bastante ajustado a la realidad, porque fueron miles y miles de españoles los que se unieron a miles y miles de indias para dar lugar a la gran cultura iberoamericana.
Hasta la llegada de los españoles, los tehuelches poseían un modo de vida cazador-recolector con movilidad estacional, desplazándose en pos de las manadas de guanacos. La presencia europea desató pestes (sarampión, viruela, gripe) que los diezmaron, particularmente a los septentrionales gennakenk. Entre los siglos XVI a XVIII el topónimo Patagonia era dado a todo el territorio desde el sur del estuario del Río de la Plata. Fueron muy influenciados y hasta dominados por los mapuches. En 1905 sufrieron una epidemia de viruela que mató al cacique Mulato y a otros de su tribu. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, algunos grupos aonikkenk fueron raptados y exhibidos contra su voluntad en Bélgica, Suiza, Alemania, Francia o Inglaterra. Está muy documentado el caso de un jefe llamado Pitioche, quien fue capturado junto a su mujer e hijo. Desde 1995 el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas comenzó a reconocer personería jurídica a comunidades indígenas de Argentina, entre ellas a dos comunidades tehuelches de la provincia de Santa Cruz y a 4 mapuches-tehuelches de esta y otras provincias. Su situación en Chile es casi de completa extinción.
Erráruriz ha compuesto una notable partitura, una combinación de melodía occidental con ingredientes étnicos que habla por sí sola de lo que ocurrió en Chile y en todos los virreinatos allende el océano. La dirección artística de Marcelo Lombardero es también sobresaliente. Aunque incide en la invasión cinematográfica que sufren los escenarios teatrales, lo hace con gusto y medida, combinando los excelentes audiovisuales de Leandro Pérez con la apertura de ventanales entre telones ideada por Noelia González potenciada por la magnífica iluminación y secundada por adecuado vestuario y coreografía. Todo rima y todo casa, para que el elenco se sienta inspirado y brille especialmente Evely Ramírez en su ‘coraggioso’ y gallardo personaje.
No digamos nada más, salvo aconsejar a los dubitativos que se acerquen hoy o mañana porque quedan, quedan entradas. Es una manera de ventilar nuestra zarzuela, de que coja nuevos aromas igual de nuestros.
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 8
Partitura: 8
Libreto: 7
Dirección artística: 9
Dirección musical: 9
Puesta en escena: 8
Interpretación: 7
Producción: 9
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 7
TEATRO DE LA ZARZUELA
Patagonia
Ópera de cámara en dos actos
Música Sebastián Errázuriz
Libreto Rodrigo Ossandón
En el 500 aniversario de la Primera Vuelta al Mundo de Magallanes (1519-1522)
Estrenada en el Teatro del Lago de Chile, el 18 de marzo de 2022,
Estreno en España
Dirección musical
SEBASTIÁN ERRÁZURIZ
Dirección de escena y dramaturgia
MARCELO LOMBARDERO
Escenografía
NOELIA GONZÁLEZ SVOBOBA
Vestuario
LUCIANA GUTMAN
Iluminación
MARCELO LOMBARDERO y FELIPE MUÑOZ
Coreografía
IGNACIO GONZÁLEZ CANO
Audiovisuales
LEANDRO PÉREZ
Reparto
Golenkon EVELY RAMÍREZ; Xorenken MARCELA GONZÁLEZ; Antonio Pigafetta NICOLÁS FONTECILLA; Juan de Cartagena SERGIO GALLARDO; Ikalemen MARÍA PAZ GRANDJEAN; Kentelan FRANCISCO ARRÁZOLA; Hombre español MANUEL PÁEZ.
Orquesta de la Comunidad de Madrid
Titular del Teatro de La Zarzuela
Producción del Teatro Biobío y Teatro del Lago de Chile (2022)
70 minutos, sin pausa
Tras la función del sábado 22 de febrero, se celebrará un coloquio entre el reparto, los autores y el público.