Está considerado entre los últimos practicantes, junto con sus hermanos Gianantonio y Nicolò -que quizás le ayuydaron en parte de los encargos que recibiera-, y su hijo Giacomo, de la clásica escuela de pintura veneciana. Su pintura se caracteriza por colores expresivos y contornos esfumados. Miembro de una familia de pintores, Francesco Lazzaro Guardi (1712-1793) aprendió y trabajó en el taller familiar bajo la enseñanza de su hermano mayor, Gianantonio. Durante sus primeros años hasta finales de la década de 1750, ejerció como pintor de temas históricos y religiosos, además de realizar frescos y bodegones. Fue en su madurez cuando comenzó a especializarse en la pintura de vedute (vistas urbanas) de la ciudad de Venecia, siguiendo el precedente de Canaletto (1697 – 1768). Durante los años siguientes y tras el fallecimiento de este, Guardi fue perfeccionando su trabajo e incorporando progresivamente representaciones idealistas a sus paisajes, convirtiéndose en el vedutista más importante de la Venecia de la época.
La exposición ocupa tres salas de la colección permanente y se divide en dos secciones: ‘La ciudad y sus fiestas’ y ‘Terraferma y los caprichos’, diríamos que la venecia de los canales en una y la venecia de tierra firme en la otra. El recorrido comienza con un grupo de obras que, a modo de crónica, capturan celebraciones y escenas de la ciudad de Venecia. A lo largo de las salas 13 y 14, se puede apreciar cómo Guardi toma como modelo para estas composiciones pinturas de Canaletto, que luego resuelve según su propio estilo pictórico, ‘con emoción, brío y dinamismo’, según opina la organización del museo.
Vemos ‘La fiesta de la Ascensión en la plaza de San Marcos’, una de las celebraciones más destacadas de Venecia, animada por numerosos paseantes representados con rápidas pinceladas y toques de color empastados que crean un juego de luces y sombras bajo un cielo lleno de matices. Otro ejemplo de su habilidad para inmortalizar las ceremonias oficiales es ‘La partida del Bucintoro’, con una amplia vista de la dársena con sus edificios más significativos y la salida de la galera llamada así, que se sitúa a la derecha del cuadro y se identifica por el estandarte rojo y dorado de los Dux, la saga de dirigentes de la ciudad. Completan la selección de obras que se exhiben en las dos primeras salas ‘El Canal de Giudecca con la Iglesia de Santa Marta’, ‘Pórtico con figuras’, ‘El pórtico del Palacio Ducal’, ‘Regata en el Gran Canal junto al puente de Rialto’, y ‘El Gran Canal junto al puente de Rialto’.
‘El puente de Rialto según el proyecto de Palladio’ reinterpreta el diseño del puente no construido de Palladio. Se diría que es una vedute más, otro vistazo realista del Gran Canal, pero al estar inventado nos da idea del grado de idealización del conjunto de sus obras, que han sido notable contribución a esa imagen ensoñadora y fantaseada de Venecia como quizás la ciudad más idealizada del mundo.
La segunda parte de la muestra se despliega en la sala 15, y sirve un tanto de contraste, pues el artista, a través de una pincelada suelta, se aleja de los modelos académicos mostrando el deterioro de las arquitecturas y fijando su atención en otros aspectos alejados del lujo y el esplendor, representando enclaves modestos próximos a Venecia. En ‘Capricho’ puede verse a dos pescadores que se afanan en sus labores acompañados de un perro. A su lado, se expone el dibujo preparatorio, ‘Capricho con arco romano en ruinas y templo circular’, donde se pueden observar pocas variaciones respecto al resultado final. El trazo fluido, y a veces nervioso, de la pluma de Guardi, además de construir los espacios, tiene la facultad de reflejar lo que será la carga de color posterior del pincel, en opinión de Mar Borobia, responsable de pintura antigua del Thyssen-Bornemisza.
El gusto del artista por retratar la vida cotidiana aparece en ‘Las compuertas en Dolo’, donde se centra en la actividad de la ribera del río Brenta y la sucesión de arquitecturas que convergen en el horizonte con la iglesia de San Rocco. ‘La isla de San Giorgio Maggiore’, pintada por el artista en varias ocasiones, retrata el lateral de la iglesia cuyo diseño estuvo a cargo de Palladio, junto al convento benedictino, el complejo religioso más antiguo de Venecia. Junto a ellas, se exhiben ‘El puente sobre el Brenta junto a las compuertas en Dolo’, ‘Paisaje con ruinas’, ‘Capricho arquitectónico’ y dos versiones de ‘Vista del Molo con el palacio Ducal’.
La exposición concluye con el óleo de su hijo Giacomo, ‘Regata en el Gran Canal junto al puente de Rialto’ y la obra ‘Il Bucintoro’ de Canaletto, que se puede ver en la sala 17, que le sirvió de inspiración para su versión del mismo tramo y que se considera una de sus piezas más logradas. La notable influencia y la mejor ejecución técnica permiten establecer cierta jerarquía. Las obras destacadas de Guardi son de un estilo conocido como pittura di tocco (de toque) por sus pequeñas y enérgicas pinceladas puntuales. En esto se apartaría del estilo de Canaletto, más sólido, meticulosamente dibujado y exacto desde el punto de vista arquitectónico. Un aire que haría que las obras de Guardi -dice la wikipedia- fueran muy apreciadas por los impresionistas franceses: en él los edificios parecen a menudo estar disolviéndose y hundiéndose en una laguna pantanosa; mientras Canaletto presenta a Venecia a la luz del sol, los cielos de Guardi están nublados y el tiempo es crepuscular. Se dirá que en último término, sus pinturas evocan ‘el comienzo de la disipación’. La ciudadanía se ha hundido en una masa minúscula de «fisgones», incapaces de salvar una república en decadencia, que declinaba rápidamente para convertirse, en palabras de Napoleón, en un gran salón de casinos, carnavales y cortesanas.
Aproximación a la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 6
Despliegue: 6
Comisariado: 7
Catálogo: n/h
Programa de mano: n/v
Documentación a los medios: 9
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Guardi y Venecia en la colección del Museo Gulbenkian
Del 3 de febrero al 11 de mayo de 2025
Salas 13, 14, 15 y 17 de la colección permanente, segunda planta.
Organizado por: Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en colaboración con el Museo Calouste Gulbenkian.
Comisariado: Mar Borobia.
Número de obras: 18 óleos y 1 dibujo de Francesco Guardi, 1 óleo de Giacomo Guardi y 1 óleo de Canaletto. Total:
Actividades complementarias: Tres conferencias y un concierto, en colaboración con la Embajada de Portugal.
Paseo del Prado, 8. 28014, Madrid.
Horario: Los Lunes de Mastercard, de 12 a 16 horas (entrada gratuita); de martes a domingo, de 10 a 19 horas.
Tarifas: Entrada única: Colección permanente y exposiciones temporales.
– General: 14 €.
– Reducida: 10 € para mayores de 65 años, pensionistas y estudiantes previa acreditación.
– Grupos (a partir de 7): 12 € por persona.
– Gratuita: menores de 18 años, ciudadanos en situación legal de desempleo, personas con discapacidad, familias numerosas, personal docente en activo y titulares del Carné Joven y Carné Joven Europeo. Venta anticipada de entradas en taquillas, en la web del museo y en el 91 791 13 70.
Más información: www.museothyssen.org.
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