jcdeus.es

Exposiciones

Darse la mano: escultura policromada que fascina
Ampliar

Darse la mano: escultura policromada que fascina

Por José Catalán Deus
x
jcdeustelefonicanet/6/6/17
martes 19 de noviembre de 2024, 14:00h
Antes, durante y después del Siglo de Oro, los escultores españoles recurrieron al color al servicio del catolicismo, para impresionar a los fieles y aumentar su devoción. Fue un despliegue excepcional aún no valorado en su gran calidad y cantidad acompañando la consolidación del imperio en el que nunca se ponía el sol. Un realismo sobrecogedor para captar especialmente en toda su crudeza la Pasión de Cristo. Tiempos aquellos de máximo poder terrenal consagrado al poder divino. “Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro” impresiona.

Se trata de una exposición a mayor gloria de la escultura policromada barroca española y su diálogo con la pintura. Lo hace mediante una espectacular escenografía que acoge casi un centenar de esculturas de los maestros de entonces junto a pinturas y grabados que, como en un juego de espejos, las emulan o reproducen, todo ello completado con piezas clásicas que dan testimonio de la importancia del color en la escultura desde la Antigüedad. Nadie mejor que Manuel Arias Martínez, director del departamento de escultura del museo para reivindicar la importancia de la escultura policromada en el conjunto del arte español con obras de Gaspar Becerra, Alonso Berruguete, Gregorio Fernández, Damián Forment, Juan de Juni, Francisco Salzillo, Juan Martínez Montañés o Luisa Roldán, y la presentación de obras recientemente adquiridas: Buen y Mal ladrón de Alonso Berruguete, San Juan Bautista de Juan de Mesa, y José de Arimatea y Nicodemo, pertenecientes a un Descendimiento castellano bajomedieval.

Desde el mundo grecolatino, la representación escultórica se entendió como una necesidad irrenunciable. La divinidad se hacía presente a través de su imagen corpórea. La muestra se centra en la escultura policromada que inundó iglesias y conventos en el siglo XVII, subrayando prédicas y devociones con imágenes de un realismo conmovedor. El color contribuyó de manera decisiva a acentuar los valores dramáticos de estas creaciones, tanto las destinadas a los retablos como a los pasos procesionales. La gestualidad teatral, unida a la vistosidad de los ropajes, ya fueran esculpidos, de telas encoladas o de textiles reales, convirtieron estos conjuntos en unidades escénicas de enorme realismo.

La síntesis de volumen y color triunfó de manera especial en el mundo hispánico del Siglo de Oro y constituye uno de los capítulos poco estudiados de nuestra creación artística. La escultura devocional, en la que lo divino cobraba una forma tangible y corpórea, aumentaba su eficacia comunicativa cuando se fusionaba con el color, entendido este no como un mero adorno sino como parte imprescindible de la pieza, al otorgarle una apariencia más cercana y verosímil. Escultores y pintores trabajaron al unísono y la escultura pintada se convirtió en un arma doctrinal cuya intensidad se incrementaba al sacar todo el partido a sus valores escénicos cuando salía en procesión; una herramienta al servicio de la oratoria persuasiva, un apoyo fundamental en la transmisión del mensaje sagrado.

Las siete secciones en que se divide el recorrido expositivo son un despliegue insuperable y se titulan: Dioses y hombres de bulto y de colores; Escultura para la persuasión; Artífices y mediadores divinos y humanos; Volumen y policromía; Negro de luto en un juego de espejos; Escultura, teatro y procesión; y El círculo cerrado, de la traza al trampantojo a lo divino.

La madera policromada es la reina del evento y el nivel alcanzado por aquellos escultores maravilla. El realismo de los cristos crucificados, y sobre todo de la espalda llagada del condenado azotado en varias piezas que compiten en hiperrealismo, casi espanta y todavía hoy, cuatro siglos después sobrecoge en nuestro mundo repleto de imágenes sensacionalistas de la cruda realidad. La colocación de muchas de las piezas permite contemplar ese envés casi sobrecogedor. Dos esculturas del crucificado con falda y un gran cuadro de una virgen y madre enviando a metros de distancia un chorro de su leche materna a la boca de un santo, colaboran a la impresión un tanto enigmática del conjunto, que visto fuera de su contexto en iglesias y procesiones adquiere renovado misterio.

Se llama perizoma o paño de pureza, a la pieza de tela o falda corta que, por motivos de pudor, sirvió para ocultar la desnudez de Jesús de Nazaret durante su crucifixión, tras ser expoliado de su túnica. No aparece en los evangelios canónicos, sino en uno de los apócrifos, el de Nicodemo. Si Cristo fue o no crucificado desnudo, o si en todo caso hay que representar esta escena con paño de pureza es un asunto que ha generado controversia. La forma del perizonium (su longitud, ceñido, cinturón, etc.), ha variado a lo largo de la historia y se dice que el verdadero perizonium se conserva en la catedral de Aquisgrán. En cuanto a la Virgen María amamantando a distancia a Bernardo de Claraval, una obra de Alonso Cano, se enmarca en una piadosa tradición que daba al gesto significado de profundo afecto.

Tanto por su poca frecuentada temática como por el acierto en su montaje, la exposición es todo un acontecimiento. Lástima que no dispongamos de imágenes de sala que den idea del espectacular despliegue. Ya en 2017 el comisario había organizado un encuentro en el Centro de Estudios del Casón del Buen Retiro titulado ‘Escultura española en madera policromada: Identidad y futuro’. Entonces era subdirector del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. En 2021 se hizo cargo del departamento de escultura del Museo del Prado. Ya en el siglo XVII un estudioso comentaba frente al Cristo del Perdón ‘que así la pintura como la escultura, dándose las manos, componen un prodigioso espectáculo’. Se puede decir lo mismo hoy día.

Aproximación a la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 9
Despliegue: 9
Comisariado: 8
Catálogo: 9
Programa de mano: 9
Documentación a los medios: 7

Museo Nacional del Prado – Salas A y B del edificio Jerónimos
“Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro”
Hasta el 2 de marzo de 2025
Comisariada por Manuel Arias Martínez, Jefe de Departamento de Escultura del Museo.
Colabora Fundación AXA.

CATÁLOGO
424 páginas
Medidas: 18 x 24 cm
Encuadernación: tapa dura con los cantos vistos
Idioma: castellano e inglés

ACTIVIDADES
–Ciclo de conferencias
Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro
Director: Manuel Arias. Museo del Prado
27 y 30 de noviembre y 4, 11, 14, 18 y 21 de diciembre de 2024. Auditorio. 18.30h
–Charla para facilitar la visita autónoma del público a la exposición temporal,
proporcionando las claves esenciales para apreciar y comprender mejor las obras que forman parte de la muestra.
Lunes a las 12.30 y 17.00 h. Sala de Conferencias
Actividad gratuita para los visitantes con entrada al Museo
–Concierto Siglo de Oro
Interpretado por Lookingback/Andreas Prittwitz
22 de noviembre a las 19.00 h. Auditorio
Venta de entradas on-line y en taquilla
Precio: 12 euros
–Teatro
Misterio del Cristo de los Gascones
Interpretado por la compañía Nao d’amores
14 de febrero de 2025. Auditorio
Entradas 12 euros.

Precio
Entrada general: 15 €
Entrada reducida: 7,50 € (con acreditación)
Horario de precio reducido (50%) durante las dos últimas horas de apertura
Horario
De lunes a sábado: 10 – 20 h
Domingos y festivos: 10 – 19 h
Último pase: 45 min antes del cierre
El desalojo de las salas comienza 10 min antes del cierre.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios