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Aquella Arabella que aún no conocíamos
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Aquella Arabella que aún no conocíamos

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
miércoles 01 de febrero de 2023, 01:00h

Esta ópera de Richard Strauss llega a Madrid noventa años después de su estreno en una producción elegantísima y confusa, con su solemne partitura y su atrabiliario libreto, excelentemente interpretada y exageradamente larga.

El director de escena Christof Loy ha montado la que denomina una coreografía de emociones que afloran tras el velo de hipocresía y oropeles de un imperio decadente y degenerado, el austro-hungaro, derrumbado tras la llamada primera guerra mundial. Loy lleva un par de décadas ligado a la obra, pues la producción que se ve en Madrid fue concebida inicialmente para la Ópera de Gotemburgo en 2006, evolucionando desde entonces hasta su actual recreación en el Real. Despoja la comedia de adornos, decoración palaciega y trajes engalanados, trasformando su lujoso hotel en un espacio diáfano, concebido por el escenógrafo y figurinista Herbert Murauer como un gigantesco cubo en el que paneles deslizantes van dejando al descubierto las estancias interiores donde se desarrollan las sucesivas escenas, a veces mostrando solo resquicios para que el espectador se sienta un poco como un indiscreto mirón de peripecias ajenas. Reinhard Traub aplica una iluminación deslumbrante en los blancos contrastada con negros preciosos. Los cantantes, actores y bailarines, con un elegantísimo vestuario del mismo Marauer, se mueven con parsimonia premeditada en una coreografía de Thomas Wilhelm tan elegante como el resto de la puesta en escena, interesada en potenciar la hondura psicológica con un meticuloso trabajo actoral.

David Afkham, gran conocedor de la msica de Richard Strauss, ya dirigió en el Real Bomarzo, en 2017, y sufrió la cancelación de La pasajera, de M. Weinberg, prevista para junio de 2020, a causa de la pandemia. Como director de la orquesta elevó la partitura a sus cimas postwagnerianas dejando evidente lo trivial de la trama ante lo excelso de la partitura. Todo el aspecto musical funcionó a la perfección, incluida la compenetración con las voces y estas en dos y tercetos perfectamente modulados. Sara Jakubiak fue una Arabella irreprochable, como lo fue la otra Sara, la soprano belga Defrise como la unisex Zdenka, siendo lo nico reprochable la semejanza entre sus dos voces. El barítono bajo austriaco Josef Wagner se hizo cargo del aventado Mandryka, al que dió un aire más maduro que el correspondiente a tan veleidoso personaje. Otro barítono menos oscuro, Martin Winkler, se hizo cargo del Conde Waldner, el padre de las dos mozas -la casadera y la transgenerada-, mientras que el tenor americano Matthew Newlin hizo el enamorado enajenado Matteo, y la célebre mezzo Anne Sofie von Otter se ocupó de la mamá de Arabella, Adelaide, en plenitud de forma, quince años después de que hiciera la hija en el estreno de la producción: continuidad muy meritoria. Bien los tres pretendientes -con Dean Power, Roger Smeets y Tyler Zimmerman a cargo de los condes Elemer, Dominik y Lamoral, el penltimo reciclándose en amante ocasional de la madre sin que parezca exigirlo el guion. Y bien la pequeña aportación autóctona, Elena Sancho Pereg en esa imposible Fiakermilli también víctima de abusos por parte del terrateniente croata, posiblemente invento de Loy sacado de su manga.

La génesis de esta ópera se remonta a 1927, cuando Strauss le pidió al escritor Hugo von Hofmannsthal un libreto que emulara su El caballero de la rosa, con la que ambos habían triunfado. La comedia debería desarrollarse nuevamente en Viena, pero ahora con la trama desplazada al año 1860, cuando el imperio austro-hngaro se resquebrajaba bajo los oropeles de una monarquía decadente.

El enredo parte de un tema aparentemente muy sencillo: un noble empobrecido por el juego y el despilfarro ofrece la mano de su hija mayor, Arabella, a ricos pretendientes, para así salvar a su familia de la trágica ruina económica. La protagonista acepta ese papel degradante con arrojo, ocultando su humillación en un juego de seducción que cree controlar, hasta acabar aceptando a un rico y hosco provinciano ajeno a la hipocresía y depravación de los salones vieneses, en un final más resignado que feliz. Un convulso contexto político y social en los albores del nazismo en el que compositor y libretista, crean una comedia lírica con reminiscencias de la opereta y el vodevil , y cuyo estreno ya no pudo ver Hofmannsthal, muerto repentinamente dos días después del suicidio de su hijo.

Las desavenencias con el régimen nazi apartaron del cargo de director musical de la Ópera de Dresde a Fritz Busch, dedicatario de la partitura, que iba a estrenar la obra. Lo mismo pasó con la soprano Lotte Lehmann, que no pudo interpretarla. Fueron reemplazados por el director Clemens Krauss, en el foso, y la que sería su mujer, la soprano Viorica Ursuleac, como protagonista, pero una convención de líderes nazis, a poca distancia del Teatro, acaparó todas las atenciones, pasando el estreno de Arabella casi inadvertido y ante un pblico teñido de camisas pardas.

La obra ha experimentado una creciente revalorización en los ltimos años, gracias a interpretaciones musicales y dramatrgicas más hondas y serias, que profundizan en lo que subyace bajo los cánones de la comedia. La msica de Strauss, que nace de la prosodia de un texto de gran voltaje teatral, rico en requiebros y dobles sentidos, va dando voz a un reparto de personajes caricaturescos, perfilados con sutiles leitmotiv que articulan y entrelazan vals, polonesas, melodías eslavas, partes cantadas y habladas, con una orquestación cristalina y minuciosa, que alcanza vuelos de grandísimo ímpetu emocional.

Arabella fue la sexta y ltima colaboración entre el msico y el escritor. Este remedo El caballero de la rosa, con aliño frívolo a semejanza de El murciélago, atesora an -especialmente en su tercer acto valores ciertos, aunque resulte voluminosa, fría, distante y esquiva.

Vista pocos días después de La Dolores (ver nuestra reseña) la comparación de ambas se presta a jugosas reflexiones. Musicalmente muy superior la bávara, como corresponde a la simpar cultura germana en este terreno, resulta más verosímil la aragonesa, aunque ambas sean asuntos inflados con cuatro pretendientes por hembra casadera. Cierto es que los aires de la jota aragonesa nos resultan sentimentalmente entrañables y que los valses vieneses nos suenan relamidos y palaciegos. Representan culturas diferentes, con sus aspectos positivos y menos, ninguna superior ni inferior, aunque decirlo suene disconforme con nuestros atávicos complejos, an peores en este terreno, el musical.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 7
Dirección musical: 8
Dirección artística: 7
Escenografía: 7
Coreografía: 8
Voces: 8
Orquesta: 8
Coro: 8
Producción: 8

Teatro Real
Arabella
Lyrische Komdie en tres actos
Msica de Richard Strauss (1864-1949)
Libreto de Hugo von Hofmannsthal
Estrenada en el Sächsisches Staatstheater de Dresde el 1 de julio de 1933
Estreno en el Teatro Real
Nueva producción del Teatro Real, procedente de la Oper Frankfurt

Equipo artístico
Directores musicales David Afkham
Jordi Francés 12 feb
Director de escena | Christof Loy
Escenógrafo y figurinista | Herbert Murauer
Iluminador | Reinhard Traub
Coreógrafo | Thomas Wilhelm
Director del coro | Andrés Máspero

Reparto
Arabella | Sara Jakubiak
Zdenka | Sarah Defrise
Conde Waldner | Martin Winkler
Adelaide | Anne Sofie von Otter
Mandryka | Josef Wagner
Matteo | Matthew Newlin
Conde Elemer | Dean Power
Conde Dominik | Roger Smeets
Conde Lamoral | Tyler Zimmerman
La fiakermilli | Elena Sancho Pereg
La tiradora de cartas | Barbara Zechmeister
Zimmerkellner | José Manuel Montero
Welko | Benjamin Werth
Djura | Niall Fallon
Jankel | Hanno Jusek
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real

Arabella se emitirá en directo en el canal televisivo MEZZO el 9 de febrero a las 19.00 horas.

ACTIVIDADES PARALELAS
(Todavía vigentes)
9 de febrero, a las 12.00 horas | Museo de Arte Contemporáneo de Madrid
Visita guiada por los fondos del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid que reflejan temas relacionados con Arabella.
Por María ngeles Salvador, directora de la institución
No es necesaria inscripción previa
14 y 16 de febrero, a las 17.30 horas | Museo Nacional de Artes Decorativas
Visita-taller: máscaras para adultos.

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