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Testimonios fotográficos y esculturas licuadas acompañando a Sorolla

Testimonios fotográficos y esculturas licuadas acompañando a Sorolla

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
miércoles 20 de septiembre de 2023, 01:00h

La Fundación Mapfre inaugura su temporada expositiva en Madrid con una propuesta triple original y llamativa. No una sino tres exposiciones bien diversas de fotografía, escultura y pintura: el francés Mathieu Pernot y el italiano Medardo Rosso como introductores a una pequeña y deslumbrante selección del mejor y más querido Joaquín Sorolla.

El fotógrafo Mathieu Pernot (Fréjus, 1970) nos presenta Documento-monumento, un recorrido por sus casi 30 años de producción artística. Pernot trata en sus distintas series temas/motivos relacionados con realidades en los márgenes de la sociedad (minorías, migrantes, desplazados, prisioneros) y los presenta mezclando materiales de archivo junto con sus propias imágenes.

Medardo Rosso.Pionero de la escultura moderna recupera la memoria de un artista (1858-1928) cuyas ideas y planteamientos rompieron con su época y resultaron decisivas para la creación escultórica en el siglo XX. Obsesionado por ir más allá de la realidad y esculpir el contexto de sus personajes, realizó una escultura deconstruida y fantasmal en busca de la esencia.

Finalmente, Los veranos de Sorolla se une a la celebración del centenario de su fallecimiento a través de una pequeña, pero muy escogida selección de obras con el tema más popular de su carrera, las escenas de playa, y mostrar la singularidad de una visión muy propia y muy genuina que gana admiración con el paso de los años.

Así que nos encontramos con un trío de ases al que solo le falta un palo para completar la baraja: concienzudos reportajes fotográficos, penetrantes disquisiciones en la materia buscando la piedra filosofal y estallidos luminosos de playas levantinas y norteñas hasta casi cegar. No está nada mal la mezcla de ingredientes cuyo orden y prioridades puede quedar al azar se la visita y al destino del visitante.

MATHIEU

Documento/Monumento, primera retrospectiva en España de Pernot realizada por Victoria del Val, relaciona temas elaborados en temporalidades distintas, imágenes realizadas en los clubes de boxeo de Marsella en 1994 con la serie más reciente hecha hace unos meses en Melilla por encargo de esta Fundación, las fotografías de edificios destruidos de Beirut en 2000, después de la guerra civil libanesa, junto a las de voladuras controladas de edificios colmena en barrios periféricos, la serie Los que gritan junto al material gráfico recogido en la abandonada cárcel parisina de La Santé. Y destacando sobre todo ello en abundancia y profundidad, Los Gorgan, el seguimiento durante décadas de un clan gitano para conocer sus nacimientos, vidas y muertes a través de un caleidoscopio de imágenes poderosas, cariñosas, respetuosas y hasta solemnes.

Puede pensarse que hay cierto paternalismo exhibicionista al gusto de nosotros los ciudadanos respetables hacia estas familias gitanas evolucionado desde las caravanas donde an viven muchos a los barrios sociales donde hya son ciudadanos casi integrados. Pero sin duda es un testimonio veraz de un mundo secreto y marginado. Muy bien organizada por personajes, mezclando los retratos de Pernot y otros testimonios como fotos de carné de distintas épocas, no dejará sin duda insensible a quien la visite, con el impacto final de los personajes ilumionados por el fuego sacrificial de la quema de la caravana de un familiar que acaba de fallecer.

MEDARDO

Medardo Rosso fue totalmente incomprendido en su época, y nos tememos que lo siga siendo por siempre jamás, aunque su obra se entienda hoy por los críticos como sumamente renovadora y adelantada a su tiempo. Fue un visionario que con su trabajo de carácter más experimental, justamente en el que se centra esta muestra, planteó una ruptura frontal con la escultura de su tiempo. A partir de 1883 se plantea variaciones y repeticiones de una misma obra con distintos materiales -en cera, en bronce y en yeso- y se apoya en experimentos fotográficos para captar su esencia, y la busca con dibujos insistentes hasta dar con su clave. Sus modelos son gente comn, a menudo humilde y marginal. Lo que buscaba era captar una idea, una visión fugaz del desamparo, la inocencia o la pobreza.

En cada una de las versiones de sus obras, Rosso trataba de retener la visión mental o la impresión que tenía de lo que había contemplado. Hablar de impresión no quiere decir, sin embargo, que Rosso fuera un escultor impresionista, como en ocasiones ha señalado la crítica. Lo que hace el artista es abstraer lo visto y guardarlo en la memoria para desarrollarlo posteriormente una y otra vez, tanto en sus grupos temáticos como en las fotografías de estos. Tal y como él mismo señaló en una ocasión, nunca he estado con los impresionistas, ni franceses ni extranjeros.

Contemplada retrospectivamente, la producción más experimental de Rosso adelanta muchas de las preocupaciones de artistas posteriores a él tales como Constantin Brancusi, Alberto Giacometti especialmente, Lucio Fontana o el más contemporáneo Thomas Schtte. Frente a una escultura concebida como expresión de lo inmutable, basada principalmente en la masa y el volumen, Rosso desmaterializa las series sobre el mismo tema: las obras parecen iguales entre sí, sin serlo; cambia el color, la materia, el espacio en el que se ubican, la luz que incide sobre ellas, su volumen, el punto de vista.

Rosso creó piezas casi abstractas, esculturas que se esconden y se niegan. La exposición incluye cerca de trescientas obras, entre esculturas, fotografías y dibujos. El recorrido no sigue una secuencia cronológica, sino que se centra en los grupos escultóricos más emblemáticos que el artista realizó a lo largo de su trayectoria y hace hincapié en la idea que el propio Rosso tenía de su obra; esto es, que se trataba de una práctica en la que debía retomar una y otra vez el trabajo sobre las mismas piezas, otorgándoles un sentido distinto en cada ocasión. Así lo ve la comisaria Gloria Moure, aunque quizás a usted y a mí nos cueste un poco más descubrirlo.

JOAQUÍN

Y de este mundo fantasmal, de seres apenas surgidos del magma invisible que les rodea, pasar a Los veranos de Sorolla es todo un vuelco emocional. Cuarenta obras: 15 de mediano y gran formato, y 25 de pequeño formato le han bastado a la comisaria Casilda Ybarra Satrstegui para subrayar la potencia de su pintura en base a la elección de la costa como tema, en el encuadre de las composiciones, la espontaneidad de la captación del natural, el dominio en el tratamiento del color y el uso de los efectos de la luz para la creación de volmenes.

Tras unos primeros pasos ligados a la pintura de historia, religiosa o costumbrista con los que Sorolla busca abrirse camino en su trayectoria como pintor, en 1895 obtiene el más importante de sus éxitos internacionales hasta la fecha con La vuelta de la pesca. La selección del tema, la de un grupo en sus labores de trabajo, es reflejo del interés del naturalismo por una pintura que represente con veracidad la vida cotidiana, premisa en la que la captación de la luz y los efectos atmosféricos juegan un papel esencial. A partir de este reconocimiento, vemos en la obra del artista un paulatino incremento en su interés por otorgar el protagonismo en sus lienzos a marineros, pescadoras, bueyes o barcas de pesca. Un destacado ejemplo es Pescadoras valencianas, realizado en 1903, cuando Sorolla, consciente del éxito de estas composiciones, se desplaza a su Valencia natal, donde trabaja incansablemente en la creación de obras para su exposición del año siguiente en Berlín.

También se muestran otros dos lienzos con el motivo del trabajo en el mar, realizados en 1916: Pescadora valenciana con cestos y Sacando la barca. Estas obras ilustran un momento completamente diferente en la carrera del pintor, cuando, instalado enValencia descansa ese verano del encargo de la Visión de España por Archer Milton Huntington para la Hispanic Society of America. Junto a las escenas de trabajo en el mar, son las composiciones de ocio y esparcimiento en la costa las más populares de la carrera de Sorolla. La exposición introduce esta línea temática a través de uno de los bocetos más completos para Triste herencia!, una obra fundamental en la carrera del artista, pues con ella obtiene el máximo galardón en la Exposición Universal de París de 1900 y se consagra internacionalmente como pintor de éxito.

Sorolla se incorpora a la nueva costumbre del veraneo y en la representación que hace de este tema en su pintura podemos distinguir dos vertientes que se corresponden con sus propios destinos estivales: las escenas de la costa mediterránea y de la costa cantábrica. Respecto a las primeras, se trata de composiciones que captan el gozo de la población local, con niños desnudos, niñas con ligeras batas o nadadores en pleno contacto con la naturaleza. Aunque predominan las escenas captadas en el litoral de su Valencia natal, buen ejemplo de elloson también los lienzos realizados durante el verano de 1905 en Jávea, en busca de motivos para las obras que ha de llevar a su gran exposición individual en la Galerie Georges Petit de París al año siguiente. Las composiciones de esta campaña están protagonizadas por los brillantes rayos de sol reflejados en las aguas del Mediterráneo y el escarpado paisaje de rocas, que sirven de escenario bien al juego de unas niñas en las orillas de las calas, bien a la representación de nadadores cuyos cuerpos se desvanecen bajo el agua.

Nadadora, Jávea es el título de una de las obras más destacadas de ese verano; Sorolla pinta una figura femenina, que se ha identificado con su esposa Clotilde, vestida con una larga tnica blanca y nadando entre unas aguas coloreadas de amarillo intenso por el sol del atardecer. La pincelada totalmente libre y vigorosa, de un tono vibrante, hace que el dibujo desaparezca a favor del protagonismo de las manchas de color, que diluyen los contornos de la figura.

Las estancias estivales en Valencia en 1908, 1909 y 1910 se pueden también relacionar con las exposiciones que Sorolla preparaba en esos momentos, y muy especialmente con las de Estados Unidos de 1909 y 1911, en el momento de mayor éxito y popularidad de su carrera. En estas campañas, el valenciano se centra en la captación plástica del movimiento y el dominio absoluto del color y de los efectos de la luz del Mediterráneo sobre las figuras y el paisaje. Así lo vemos en Niñas en el mar, que el pintor presenta en sus muestras de 1911 en Chicago y San Luis. Dos niñas cogidas de la mano y vistas de espaldas se disponen a entrar en el agua vestidas con sus sencillas batas
rosa y blanca, que contrastan con el intenso azul del mar como fondo.

De forma paralela a su consolidación artística y correspondiente ascenso social, Sorolla frecuenta distintas localidades de la costa cantábrica, caracterizadas por acoger a veraneantes de las clases altas. El paisaje costero septentrional le proporciona, además, la posibilidad de captar una luz diferente, más inestable y suave que la del Mediterráneo. Su mujer y sus hijas, ataviadas con sombreros y elegantes vestidos blancos, suelen ser las protagonistas de estos lienzos, donde aparecen representadas disfrutando los placeres que les ofrece el ocio veraniego.

La primera de las estancias veraniegas de Sorolla en la zona tuvo lugar en Biarritz, localidad del sur de Francia donde se instala en 1906 con su familia tras el clamoroso éxito de su exposición de la Galerie Georges Petit de París. De este momento destaca Bajo el toldo, Biarritz, óleo en el que representa a su mujer Clotilde y a su hija María en un apacible rato a la orilla del mar. Durante la primera parte del verano de 1910, el pintor acude junto a su familia a Zarauz con la intención de preparar sus exposiciones individuales de Chicago y San Luis del año siguiente. En las obras realizadas durante esta estancia, el artista refleja de nuevo las costumbres propias de ese veraneo distinguido en un conjunto de composiciones en las que representa a su familia bajo los característicos toldos abiertos de la playa o paseando por la orilla del mar. Entre ellas destaca María en la playa de Zarauz, con su hija mayor protagonizando ese paseo elegante. A partir de 1911, momento de máxima popularidad de la ciudad como centro del veraneo, Sorolla pasa varios periodos estivales en San Sebastián junto a los suyos.

En este contexto de las escenas dedicadas a los veranos del norte, son especialmente abundantes sus apuntes o notas de color, pinturas de pequeño formato en las que Sorolla plasma de la manera más directa sus impresiones del natural y que le resultan especialmente adecuadas para la captación rápida de todas sus ideas ante la inestabilidad de la luz debido a lo cambiante del tiempo. A la elección de este formato parece contribuir también el hecho de que el pintor no se sentía cómodo desplegando todos los materiales que necesitaba para abordar obras de mayor tamaño en el elegante ambiente de estas playas. Así, aunque hay considerables excepciones como La siesta o
Paisaje de San Sebastián, durante estos veranos la producción del artista se centra en la creación de obras de pequeño formato, con las que puede liberarse del encargo de la Hispanic y pintar lo que verdaderamente le apetece y le procura descanso. Durante sus ltimas estancias en San Sebastián en 1917 y 1918, antes de enfermar y tener que abandonar la pintura, en Paseo del rompeolas de San Sebastián en un día de tormenta, el pintor plasma con un estilo muy abocetado, al borde de la abstracción, un oscuro día de temporal y fuerte oleaje en la ciudad.

Antes, el cansancio físico le ha obligado en 1915 y 1916 a interrumpir el trabajo por recomendación médica. Durante los periodos estivales de esos años, el pintor vuelve a su Valencia natal y se recrea en la realización de obras como Pescadora valenciana con cestos o Sacando la barca; en sus temas mediterráneos halla el necesario descanso físico y emocional. Como epílogo, la exposición muestra Niños buscando mariscos, óleo realizado en Ibiza en 1919, es decir, durante el ltimo verano del artista antes de tener que abandonar la pintura, resumen de los logros artísticos de Sorolla a lo largo de su carrera. El marcado punto de vista en picado, tan relacionado con la fotografía, el dominio de la captación de los cuerpos infantiles bajo el sol o la sombra, la descomposición formal de la pintura en grandes pinceladas que no restan un ápice de expresividad a la obra, los reflejos de la luz en el agua o el imponente protagonismo de las rocas que enmarcan la composición muestran el trabajo de un artista plenamente moderno. En su ltimo verano antes de enfermar y abandonar los pinceles, Sorolla saborea y se deja seducir por la pintura que tanto amaba, como si presintiera que esas serían sus ltimas pinceladas junto al mar y bajo la luz del Mediterráneo.

CATLOGOS

Mención aparte merecen los catálogos de las tres exposiciones, tan distintos como lo son las propuestas. El de Pernot, incluye una amplia selección de obras representativas de los temas que articulan la exposición, una conversación entre el artista y la comisaria del proyecto, así como con ensayos críticos de Ilsen About y Ernst van Alphen, -especialistas en migraciones y estudios fotográficos-, y de la historiadora de la fotografía Luce Lebart. Los textos están ilustrados también con imágenes del artista que no forman parte de la muestra.

El de Sorolla incluye la reproducción de las obras expuestas, así como un ensayo de la comisaria sobre la evolución de las escenas de playa en su obra y su relación con las nuevas miradas que surgen en torno al mar en el siglo XIX y el nacimiento del veraneo.

Y el de Rosso incluye reproducciones de todas las obras expuestas y cuenta con ensayos de la comisaria de la muestra, y Maria Elena Versari, historiadora del arte y de la arquitectura. La cronología comparada ha sido elaborada por Carlos Martín y se completa con una selección de textos del propio Medardo Rosso, así como gran parte de las cartas que escribió a lo largo de su vida dirigidas a amigos, coleccionistas y conocedores de su obra. La publicación cuenta con una versión española y otra inglesa.

Aproximación a las propuestas (del 1 al 10)

SOROLLA
Interés: 9
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 7
Documentación a los medios: 9
Programa de mano: n/v

ROSSO
Interés: 7
Despliegue: 9
Comisariado: 8
Catálogo: 8
Documentación a los medios: 9
Programa de mano: n/v

PERNOT
Interés: 8
Despliegue: 9
Comisariado: 8
Catálogo: 9
Documentación a los medios: 9
Programa de mano: n/v

Fundación Mapfre
Fechas: Del 22 de septiembre al 7 de enero.
Lugar: Fundación MAPFRE (Paseo de Recoletos, 23. Madrid)
LOS VERANOS DE SOROLLA
Comisaria: Casilda Ybarra Satrstegui
MEDARDO ROSSO
PIONERO DE LA ESCULTURA MODERNA
Comisaria: Gloria Moure
MATHIEU PERNOT
Documento/Monumento
Comisaria: Victoria del Val

PRECIO DE LA ENTRADA
Entrada general: 5
Entrada gratuita los lunes (no festivos): 14.00-20.00 h
HORARIOS
Lunes: 14.00-20.00 h
Martes a sábado: 11.00-20.00 h
Domingos y festivos: 11.00-19.00 h
*El desalojo de la sala se inicia 10 minutos antes del cierre. El ltimo acceso (18:30 o
19:30) sólo permite un recorrido de 20 minutos.

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