Un personaje incómodo en estos tiempos y una historia moral ejemplar de las que ya no gustan a los que mandan en la cultura ni a los pblicos anodinos que ellos manejan. Tomás Moro, una utopía es un drama importante y convincente que está pasando desapercibido porque no va por la autopista de la moda. Se basa en una obra colectiva -con importante participación del mismísimo Shakespeare- a la que ha costado cuatro siglos emerger en el Reino Unido de la Gran Bretaña, donde no existe censura, pero haberla, hayla. El personaje, lo conocen. Su trágica historia, también. La adaptación española es buena en todos los aspectos. Teatro de reflexión. Dilemas morales que ya a nadie interesa plantearse. Morir por los propios ideales, pudiendo impedirlo con un gesto sencillo? Una metáfora sobre el peso y el valor de las convicciones personales, sobre si hay que seguir teniéndolas, sobre si da lo mismo ocho que ochenta.
Con un prólogo y tres partes que transcurren durante el reinado de Enrique VIII en Inglaterra, es una obra circular que comienza y termina en el mismo y trágico momento, en las horas previas a la ejecución de Sir Tomás Moro en La Torre de Londres el 6 de Julio de 1535. Realiza un recorrido retrospectivo por los instantes más importantes de la vida de su protagonista, su ascenso, su gloria y su caída. La versión de Ignacio García May ha ordenado y pulido escenas y personajes, y ha creado un narrador que reflexiona sobre lo que acontece en el escenario y sobre todo ayuda a recrear el contexto histórico.
Enrique VIII, obsesionado con lograr un descendiente legítimo varón, exigía al Papa una bula que le divorciara legalmente de su esposa española. Como el Papa se negaba, presionado por España, se inventó un apaño jurídico. Tomás Moro, que ejercía del equivalente a su primer ministro, no quiso refrendar la burda falsificación y el rey lo mandó decapitar por traidor. Luego rompió con Roma y fundó una nueva iglesia bajo sus órdenes. Así cambió la historia de Inglaterra.
Tamzin Townsend ejerce la dirección con la eficacia que demostrada ltimamente en un registro tan distinto como Babel (ver reseña), marcando un tono de distanciamiento muy til para enfrentarse a un drama que la mentalidad actual apenas llega a comprender: se puede elegir morir tan horrible y testimonialmente por unos principios morales y religiosos que hoy aparecen obsoletos?.
Tenemos una escenografía demasiado parca -algo que empieza a ser oprimente en las tablas madrileñas- con un nico recurso en el centro de la escena, un pequeño tmulo cubierto de arenisca rojiza que hace de celda y de todo lo que se preste. Afortunadamente, se aporta unas proyecciones visuales con valor añadido, y sobre todo un vestuario notable que consiguen una contextualización suficiente.
José Luis Patiño hace un Tomás Moro convincente, irónico y creíble, que es contrastado en nota contemporánea por un buen trabajo de ngel Ruiz como narrador escéptico. Están bien secundados, y el elenco en su conjunto acierta en tono, aunque haya algn caso -para no señalar- que necesitaría una dicción más clara. Nuestra humilde percepción aprecia a Lola Velacoracho como esa Lady Moro amorosa y atónita ante la actitud de su marido: su gesto es perfecto. César Sánchez y Manu Hernández se elevan un punto sobre un elenco que duplica papeles con eficacia.
La Fundación de la Universidad Internacional de La Rioja corre con el mérito de esta su segunda intervención teatral, tras el Enrique VIII de la compañía Fundación Siglo de Oro, ex Rakatá (ver reseña). Dos jalones de un Shakespeare disidente, en defensa de dos bestias negras de la historia oficial británica, Catalina de Aragón y Tomás Moro. Dos piezas interrelacionadas, una intervención interesante de la que no sabemos cuál será la tercera entrega.
La gran utopía -frente a los sueños y pesadillas colectivas- sigue siendo conseguir de la propia vida un recorrido aceptable. Hoy día, disentir en lo fundamental de las verdades ideológicas regimentales, sin aposentarse en las ramas partidistas y las memorias manipuladas, no, no cuesta la vida; tan sólo supone ostracismo social y silencio administrativo. Pero no por ello el dilema moral con el que cada uno traza su vida deja de manifestarse. Por eso esta obra, esta versión aquí y ahora, de duración adecuada y resultado notable, es til y necesaria. Y causa meritoria de una buena velada. El magnífico auditorio de la sala Guirao del Centro Cultural de la Villa estaba vacío en dos tercios, y eso es una injusticia que en las ltimas funciones programadas debería subsanarse.
VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Texto: 7
Versión: 8
Dirección: 8
Interpretación: 7
Escenografía: 6
Vestuario: 8
Producción: 7
Centro Cultural de la Villa
Teatro Fernán Gómez
TOMS MORO, UNA UTOPÍA
De los autores (probablemente) William Shakespeare, Anthony Munday, Herny Chettle, Thomas Dekker y Tomas Heywood
Versión: Ignacio García May
Dirección: Tamzin Townsend
Del 07/11/2013 al 24/11/2013
REPARTO
Tomás Moro: José Luis Patiño
Historiador: ngel Ruiz
Lady Moro: Lola Velacoracho
Doll y alcaldesa: Silvia de Pe
Margaret: Sara Moraleda
Erasmo y Fiscal: Manu Hernández
Rochester y Lord Alcalde: César Sánchez
Sherwsbury: Daniel Ortiz
Surrey y Bufón: Chema Rodríguez-Calderón
Lincoln y Gato: Jordi Aguilar
De Barde: Ricardo Cristóbal
EQUIPO ARTÍSTICO
Traducción: Aurora Rice y Enrique García-Máiquez
Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda
Vestuario: Gabriela Salaverri
Iluminación: Felipe Ramos (A.A.I.)
Sonido: Sandra Vicente
Regiduría / caracterización: María J. Barta
Ayudante de Dirección: Ricardo Cristóbal
PRECIO: 19
Martes y miércoles 16
HORARIO: Martes a sábado 20:00h. Domingos 19:00h.
Los días 15 y 16 no habrá función.
DURACIÓN: 100 min.
Encuentros con el pblico los días 9, 22 y 23 de noviembre.