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Tres fotógrafos, tres enfoques, tres estilos
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Tres fotógrafos, tres enfoques, tres estilos

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
viernes 06 de junio de 2025, 20:13h
Como adelanto a PhotoEspaña 2025, la cita anual con esta técnica que aspira a ser arte, la Fundación Mapfre presenta tres exposiciones muy diferentes, paisajística y conceptual, una; documental y social, otra; y retratista y humana la tercera. Divergen y se complementan para constituir una grata experiencia.
‘José Guerrero. A propósito del paisaje’ es la primera gran exposición monográfica del fotógrafo granadino, que explora la relación entre paisaje natural, arquitectónico y arqueológico con la actividad humana y el paso del tiempo. Son 138 fotografías y un audiovisual coproducido por el autor con el compositor Antonio Blanco (Jerez de la Frontera, 1979). La segunda muestra ‘Felipe Romero Beltrán. Bravo’, es una reflexión visual en la frontera entre México y Estados Unidos. Y la tercera, presenta la versión definitiva de la serie Las hermanas Brown de Nicholas Nixon, desarrollada entre 1975 y 2022.

Arquitecto técnico de formación, José Guerrero (Granada, 1979) se interesa por los espacios del límite y por las tensiones que encuentra en los mismos: entre lo rural y lo urbano, el documento y la abstracción, el objeto y su representación, la fotografía y la pintura, la luz y la sombra. Su obra se aleja, por lo tanto, del relato concreto y deviene en una prosa poética; concibe el paisaje como una entidad activa y dinámica donde lo sociopolítico, lo cultural y el imaginario colectivo se entrelazan de manera intrigante. La estratificación del tiempo y de la memoria, junto con los signos visibles del cruce y superposición de diversas culturas, completan una concepción más allá del paisaje como algo meramente natural y ajeno a nosotros. Con una meticulosa organización en series, utiliza de manera intencionada ciertos convencionalismos del paisaje natural y arquitectónico heredados de la fotografía moderna, como los horizontes marcados, la teatralidad del cielo y las nubes o la saturación de colores. Este enfoque invita al espectador a experimentar una fascinación y un confort ante lo que parece conocido. Una vez creado este espacio de reconocimiento, el verdadero desafío radica en desentrañar las intencionadas interacciones entre la realidad y la ficción que propone el autor, orientadas a provocar una renovación de la mirada, mas allá de la simple contemplación.

En la serie La Mancha (2009-2012) presenta esa legendaria desolación que no responde ya a la imagen actual de la región, y en ‘Efímeros’ (2003-2006) se interesa por los procesos de sedimentación y de estratificación de las construcciones humanas. En las canteras de Carrara, situadas en la región italiana de la Toscana, explora las sedimentaciones geológicas. Lejos de la blancura del mármol, se fija en la oscuridad del subsuelo.En el eje de la visita, la proyección del audiovisual Roma 3 Variazioni (2017), realizada conjuntamente con el compositor Antonio Blanco (Jerez de la Frontera, 1979) durante su estancia en la Academia de España en Roma, filmada en el
interior subterráneo del Acueducto Claudio, en la corriente de un afluente del río Tíber, y en una gruta mediterránea, requiere ser ‘una dramaturgia en tres actos que se relaciona metafóricamente con las ideas de origen, tránsito y final o renacer’. La serie ‘Brechas’ (2020-en curso) es una investigación de los límites de la percepción en una composicion vertical en la que un cierto horizonte se vislumbra al final. Inició la serie en una cantera de piedra caliza entre Huescar y Castril, en Granada, prolongada en las estrechas calles de la medina de Fez, en Marruecos. Al final la serie titulada «BRG», realizada a partir de maquetas inspiradas tanto por el trabajo arquitectónico de Luis Barragán y en la pintura metafísica de Giorgio de Chirico, plantea el tema de la desconfianza crítica en la veracidad de la fotografía y los artificios de la percepción. Un recorrido conceptual que se inicia en horizontes mudos y termina en abstracción colorista.

En cuanto a Felipe Romero Beltrán (Bogotá,1992), en 2016 se trasladó a Madrid para seguir con su formación en fotografía y en 2024 obtuvo su título de doctorado en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense con una tesis sobre la imagen documental. Se sitúa en los límites de la fotografía documental al utilizar elementos propios de este lenguaje — registro de lo cotidiano de forma directa, construcción de documentos sobre una realidad histórica definida…— y ponerlos a dialogar con otros de carácter artístico, pictórico o performativo. A lo largo de su carrera, Romero Beltrán se ha interesado siempre por territorios conflictivos, como ‘Magdalena’, uno de los ríos más importantes de Colombia, testigo de la lucha armada iniciada en 1960 por las FARC, cementerio donde esconder los cadáveres de los asesinatos cometidos, y ‘Dialecto/Dialect’, sobre un grupo de menores marroquíes emigrantes ilegales de Marruecos a Sevilla.

En Bravo, el río frontera entre Estados Unidos y México, sitúa al espectador en un tramo próximo a Monterrey, donde los flujos de personas que llegan para atravesarlo lo condicionan todo, conformando la identidad de sus gentes y de sus modos de vida, y se concibe como un ensayo fotográfico de cincuenta y dos fotografías ordenadas en tres grupos: cierres, cuerpos y brechas. Interiores casi desnudos, muros y superficies en las que destacan las texturas y los colores; partes y restos de carreteras y edificios donde se aprecian las huellas del paso de migrantes; y retratos de individuos que el artista ha ido encontrando en sus viajes a la zona en la que ha llevado a cabo el proyecto.

Finalmente, Las hermanas Brown (1975-2022) es la serie completa de Nicholas Nixon que constituye un emocionante viaje en el tiempo y la memoria. Iniciada en agosto de 1975, fotografiando a su esposa Bebe y sus cuñadas Heather, Laurie y Mimi, se ha prolongando con una toma anual de semejante composición y enfoque durante medio siglo, hasta que fotógrafo y fotografiadas han decidido darla por terminada antes de que llegue el final de alguno de los cinco. Nixon ha utilizado para su realización una cámara de 8 × 10 pulgadas (20,3 × 25,4 cm) a la que se mantiene fiel por la notable calidad de los resultados que obtiene, y cuyo tamaño de negativo no hace necesaria la ampliación. Cuarenta y ocho fotografías que han convertido un ritual privado en una de las obras más significativas de la fotografía contemporánea. Nixon (Detroit, Míchigan, 1947), es uno de los fotógrafos más reputados del panorama internacional contemporáneo. Las Hermanas Brown han sido objeto de exposiciones numerosas en todo el mundo, en 2017 Mapfre le dedicó una exposición monográfica (ver nuestra reseña de entonces). La serie The Brown Sisters [Las Hermanas Brown] fue la primera incorporación significativa de la Fundación Mapfre a su programación de exposiciones y su política de adquisiciones con una colección iniciada en 2007 y centrada sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, que tiene como principal objetivo la fotografía artística, especialmente, aquella que se inserta en la tradición documental.

Nicholas Nixon y la fotografía en serio

La idea de hacer una serie con el retrato anual de su esposa y de sus cuñadas partía de una tradición familiar que habían establecido los padres de estas, pues todos los años tomaban una fotografía de sus hijas que luego utilizaban como felicitación de Navidad. En 1974, Nixon, durante una de las muchas reuniones familiares, quiso hacerles también él un retrato. Entonces Bebe tenía veinticinco años y sus hermanas, Heather, Laurie y Mimi, veintitrés, veintiuno y quince respectivamente. A pesar de que esta primera imagen no satisfizo sus expectativas, al año siguiente decidió realizar la misma operación, esta vez con mejores resultados, hasta el punto de que la nueva toma se convirtió en la primera de una de las series más conocidas en el ámbito de la fotografía internacional: ‘Fue una casualidad. A todos nos gustó mucho una fotografía y de ahí el impulso del que salió la idea. La misma que se le ocurre a la mayoría de los padres’.

Tomadas siempre con su cámara de gran formato, las imágenes repiten una serie de constantes formales: En cuanto a la manera de captar a las hermanas, estas aparecen siempre en el mismo orden: el que ocuparon por azar la primera vez que fueron fotografiadas, y ocasionalmente en pose frontal, mirando a la cámara. Por lo general, las
fotografías se realizan en exteriores, aprovechando una luz natural que inunda toda la composición. La perfección técnica, precisión y claridad de las imágenes hacen de esta serie una obra maestra, que entronca perfectamente con la tradición del formalismo de la fotografía americana del siglo XIX. A veces el artista se permite aparecer en la imagen de forma sutil, como mera sombra o a través de sus dedos colándose por alguna esquina. Se trata de una especie de autorretrato que nos recuerda que él es también un miembro más de esa familia. En las escenas que componen la serie destaca la mirada de su mujer, que es siempre frontal y remite a la complicidad que existe entre ambos.

Las imágenes de esta serie muestran una de las cualidades primarias de la fotografía: la capacidad de transmitir esa sensación de nostalgia que nos es familiar a todos. Ayudado por la luz, casi crepuscular, que permite a la lente capturar lo que el ojo humano no alcanza a ver a simple vista, Nixon consigue que la serie lleve al espectador a un lugar en el que se combina la idea del paso del tiempo, inexorable, con la de estar asistiendo a una escena familiar y privada. Esta combinación de emociones alcanza su punto álgido gracias a la repetición, y la debemos también al hecho de que las hermanas se hayan prestado, año tras año, a posar ante la cámara de Nixon, permitiendo que una parte de su intimidad salga a la luz pública. El éxito de cada uno de los retratos no depende solo de Nixon, sino también, como se ha dicho, de las propias hermanas, que no solo se sienten libres de posar a su aire –aunque siempre en el mismo orden–, sino que participan en la elección de la toma que será rescatada para la serie de entre las diez o doce que realiza el fotógrafo en cada sesión anual.

Ha transcurrido casi medio siglo desde el inicio del proyecto. Contemplar una a una estas fotografías nos permiten descubrir cambios graduales en las hermanas. El color del pelo, que se va volviendo blanco, las arrugas en el rostro, la forma de los cuerpos. Pero estas transformaciones no se limitan al aspecto, sino que van más allá: a través de pequeños gestos y complicidades, de abrazos y miradas huidizas, las hermanas nos hablan de su historia y de cómo el tiempo la ha ido transformando irremediablemente.

Aproximación a las propuestas por el orden citado (del 1 al 10)
Interés: 7, 6, 9
Despliegues: 8, 8, 8
Comisariados: 7, 7, 7
Catálogos: 9, 9, 9
Programas de mano: n/v
Documentación a los medios: 8

Fundación MAPFRE
Del 5 de junio al 24 de agosto
-‘José Guerrero. A propósito del paisaje’
Comisaria: Marta Gili
-‘Felipe Romero Beltrán. Bravo’
Comisaria: Victoria del Val
-‘Las Hermanas Brown (1975-2022)’
Comisario: Carlos Gollonet.

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