José Catalán Deus
Una poeta a la que sus convicciones religiosas, su verso intimista, y su forma de ser sumieron en un silencio que llegó a difuminar su reconocida pertenencia a la Generación del 27. Vivió 94 años, escribió cuando pudo y quiso, fue aristócrata de izquierdas reciclada en el Opus Dei. Una biografía de las de verdad. Leerla es difícil hoy día.
Nacida en una familia noble, se inclinó siempre por la Izquierda, se casó en pleno asedio de Madrid en 1936 con un hombre de Azaña y tuvo que exiliarse con él en México cuando se implantó en España la dictadura. Allí abrazó sus convicciones religiosas y entró en el Opus Dei, que, segn explicó Jaime Lamo de Espinosa, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y sobrino de la escritora, la acompañó en los ltimos días de su vida en Madrid, cuidad a la que había regresado, viuda, en 1972.
Lamo explicó que la escritora un día rompió con todo incluida su familia, e hizo una apuesta fuerte por su marido, el poeta y secretario de Manuel Azaña, Juan José Domenchina, hasta el punto de que, cuando éste muere, ella renuncia a sí y se dedica a consagrar la obra del difunto.
Respecto a su vuelta del exilio, los expertos coinciden en que fue temprana, (1972) en términos de estrategia mediática pues habría tenido mucha más acogida si hubiera regresado ya implantada la democracia y arropada por la Izquierda. Una vez en España, se le llegó incluso a discutir su pertenencia a la generación del 27 algo que ella prefería atribuir al machismo español aunque era un problema de ideología y de orígenes.
Prueba de este olvido en que se sumió su obra es que, segn explicó Lamo, cuando falleció Rafael Alberti, los medios de comunicación le llamaron el ltimo poeta del 27, pese a que Ernestina de Champourcin an no había muerto. Muerta ya, nadie le niega la gloria que se le discutió en vida, concluyó su sobrino.
La obra Ernestina de Champourcin: Mujer y Cultura en el siglo XX que se presentó en el Ateneo de Madrid, recupera del olvido la figura de esta poetisa. Editado por Biblioteca Nueva, coordinado por los expertos en Literatura del siglo XX y exilio republicano, Rosa Fernández Urtasun y José ngel Ascunce, y prologado por el catedrático de Historia Contemporánea de la UPV/EHU Santiago de Pablo, el libro recoge las aportaciones presentadas al Congreso Internacional sobre Ernestina de Champourcin (Vitoria 1905 Madrid 1999) celebrado en Vitoria-Gasteiz en octubre de 2005, y repasa la biografía de la autora a la par que analiza su obra y su tiempo.
Por vida, vicisitudes, cronología, genio y voz literaria, Ernestina de Champourcin pertenece a la famosa Generación del 27. Por otras muchas razones esta condición le ha sido cuestionada y hasta ignorada, escribía Ana Bravo en elmundo.es. Ernestina era republicana. Y de izquierdas. Y tras una crisis religiosa se incorpora durante su exilio en México al Opus Dei. Era la tía Nina para sus sobrinos, la joven de orígenes aristocráticos, exquisita educación, avidez lectora y dominio del inglés y el francés como no era habitual en su tiempo y entre sus coetáneos.
Ernestina era también la feminista constructiva, la encargada de los asuntos literarios en el Liceo Femenino que fundaron María de Maeztu y Concha Méndez en 1926.
Ernestina nació en Vitoria el 9 de julio de 1905, porque el médico que iba a atender el parto de su madre veraneaba allí. La ltima vez que vio a su padre fue en la embajada de Noruega, donde él y su madre se habían refugiado al comienzo de la Guerra Civil. Allí fue para decirles que se casaba con Juan José Domenchina, poeta y secretario político de Manuel Azaña. Al que sería su esposo y compañero hasta su muerte en 1959, lo conoció en 1930 en la tertulia del Café Regina, a la que eran asiduos escritores como Valle-Inclán o Max Aub. Los unió la literatura y el gusto por la crítica sincera.
Para entonces ya se había ganado el reconocimiento de la crítica, con tres poemarios: En silencio (1926), Ahora (1928) y La voz en el viento (1931) y sus colaboraciones literarias en El Heraldo y La Época. Por añadidura, Gerardo Diego sella su pertenencia a la Generación del 27 al incluir a la pareja en su antología Poesía española contemporánea.
Ernestina supo adaptarse bien al exilio en México, del que regresó en 1972. Antes había venido a visitar a su familia y dejar un poemario Presencia a oscuras, que publica Rialp en la colección Adonáis en 1952 y que fue fruto de una crisis espiritual que marca su conversión religiosa y la incorporación al Opus Dei.
Murió el 27 de marzo de 1999, con 94 años. Su vida sufrió de las dos españas y trascurrió en el intento de juntarlas. Se diría que una gran tarea, pero inconclusa siempre. Se puede leer una breve biografía en Wikipedia.
Nunca quiso definirse, nunca se releyó. Para sus Obras Completas escribió una antipoética con la que probar a definirse:
Si no hay mas remedio, puedo decir que mi poética, si es que la tengo, puede ser una cosa en la que logro reconocer varias etapas. Primera: la eclosión inesperada, o sea el primer verso del que brota como un débil surtidor, el primer poema.
Segundo: paisaje de amor. Pasión y pintura.
Tercero: invasión de algo que lo emula todo. Que algo se desgaja a su vez en Amor va, de qué o hacia quien?
Amor humano. Bsqueda de fusión hacia otro
y por ltimo, amor trascendente. No basta el ser, es inevitable trascender, subir, ir mas lejos.
Trascender. Eso que algunos entienden.