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La Raymonda de Tamara Rojo

La Raymonda de Tamara Rojo

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
sábado 13 de mayo de 2023, 01:00h

Tras una larga carrera internacional como bailarina y directora, la madrileña nacida en Toronto -que cumple este miércoles 49 años- ha dado el salto desde interpretar una coreografía a idearla, y lo hace con un clásico renovado de sobresaliente presencia, brillante ejecución y excelente producción. Un tanto largo, si se nos permite.

Este ballet de Marius Petipa y Alexandre Glazunov -estrenado en el Teatro Mariinski de San Peterburgo en 1898- ha sido un desafío para grandes del género como George Balanchine, Rudolf Nuréyev y Alicia Alonso. Tamara Rojo buscaba algo grande para la compañía inglesa que lideraba desde hacía una década y lo encontró, hasta incluso decidirse a modernizarlo a su gusto y al de sus patrrocinadores y pblico ingleses. Un triángulo amoroso en las Cruzadas trasladado a la guerra de Crimea (1853-1856) con una heroína muy british, la enfermera Florence Nightingale, y la union jack permanentemente izada en el escenario. Eran tiempos de brexit, de cierta xenofobia y claros recortes, y a todo ello Rojo conjuraba de una tacada.

Su coreografía ha intentado conservar una gran parte del original de Petipa (sus solos icónicos, la riqueza y dificultad de sus variaciones) haciendo más una reinterpretación que una nueva creación, adaptándola a la condiciones físicas, técnicas y expresivas de los intérpretes de la danza clásica actual. En esta línea, la presencia masculina está más desarrollada, dando la oportunidad al bailarín de exhibir sus dotes atléticas, y las danzas folclóricas tradicionales se han fundido en una concepción nica. Digamos que el resultado no solo es válido sino espectacular sin apenas decaimiento.

Gavin Sutherland, director musical del ENB, ha reorquestado partes de la partitura de Alexander Glazunov para adaptarlas a la nueva dramaturgia. Así, se reorganizan algunos nmeros, introduce instrumentos tradicionales hngaros, y transforma en notas más intimistas y tristes, acciones tradicionalmente alegres (como el segundo vals, que cede su alegría a una cadencia que recuerda a los soldados caídos), sin renunciar a la riqueza melódica. No creemos que Glazunov tuviera nada que reprochar a los retoques, que respetan la altura de una partitura que poco tiene que envidiar a las de Piotr Ilich Chaikovski para este mismo género. Alexander Ingram al frente de la orquesta consiguió una ejecución impactante, de gran emotividad en todos los pasajes.

La misma Tamara asume la dirección artística del montaje, que es de una elegancia exquisita, un relato casi documental con diseño historicista de escenografía y vestuario de Antony McDonald, en el que la brillante irrupción de la tienda de campaña de la protagonista es antológica, acompañado de magnífica iluminación de Mark Henderson y notable dramaturgia de Lucinda Coxon. Para completar el espacio escénico, las proyecciones videográficas de Alexander Gunnarsson resultan de una delicadeza poética y un sugerimiento sutil muy apreciables.

Este viernes el trío protagonista que forman la compasiva jovencita Raymonda, su prometido el oficial John de Bryan y el tercero en discordia, el arrogante militar turco Abdur Rahman estuvo a cargo de Emma Hawes, Aitor Arrieta y Daniel McCormick por ese orden, a los que hay que reconocer una excelencia fuera de dudas, unos dotes físicos y una altura técnica de primera magnitud, de las que no abundan ciertamente. Emocionante Hawes en muchos momentos, deslumbrante y tierno al mismo tiempo Arrieta, algo envarado McCormick en su arrogancia masculina, al estilo antiguo de los bailaores de flamenco.

El primer acto resulta magistral, completo, redondo, desde la primera escena con las jovencitas cosiendo a la tercera con el sueño de la enfermera debatiéndose entre John y Abdur; el segundo acto es un espectáculo variado, de danzas inspiradas en los folclores hngaro y turco -y con sorprendentes resonancias españolas-, de mucho colorido y brillantez; el tercero, por desgracia, alarga excesivamente el espectáculo hasta las tres horas de duración, cierra la aventura en Crimea con el retorno a Londres y un final modificado para sustituir la boda convencional con John por la opción de una vida independiente por parte de Raymonda. Quizás la directora podría haber intentado fundir los dos ltimos actos para aligerar la pieza y evitar cierto cansancio al espectador.

En 2014, la CND dentro de un programa ecléctico, presentaba este tercer acto por separado, el Raymonda Divertimento coreografiada por su director José Carlos Martínez sobre el original de Petipa, que nos resultó una pieza de museo triste y lejana (ver nuestra reseña y ver un trailer de la misma). Y el Ballet Nacional Clásico de España la había ofrecido en 1988 en el Teatro de la Zarzuela, con escenografía y figurines de Pedro Moreno.

En 2019, visitó el Real la más famosa de las producciones del ENB en la etapa de nuestra compatriota, una Giselle memorable (ver nuestra reseña) en la que ella bailaba por ltima vez acompañada de su marido y con Aitor Arrieta en el segundo reparto.

Tamara Rojo merece que recordemos brevemente su ltima década vital pues en ella se han producido grandes acontecimientos profesionales y personales. Dirigiendo desde 2012 el Ballet Nacional de Inglaterra, la incorporación al mismo del mexicano Isaac Hernández al tiempo que iniciaban su noviazgo, motivó críticas que llegaron al diario decano londinense The Times. Varios bailarines testimoniaron de forma anónima que la relación sentimental de la pareja creaba un ambiente de trabajo muy incómodo, y que ella favorecía a su novio en los papeles que le daba. Unos reproches a los que miss Rojo respondería en una entrevista con la competencia tabloide, el Evening Standard: Llevamos año y medio de relaciones y hemos sido honestos desde el principio porque no queremos animosidades; él viene de la Ópera de París y del Mariinski de San Petersburgo y ha ganado todos los premios, así que no le faltan méritos para estar donde está Yo presenté el fichaje de Isaac al Consejo de Administración del ENB y les informé de nuestros vínculos personales, y fue aceptado por sus propios méritos, sin incompatibilidades.

Las críticas a su gestión afirmaban que desde su llegada un tercio de la cantera había abandonado la compañía, cansados del acoso verbal de Tamara y la falta de compañerísmo de Isaac. Se han ido muchos porque ha habido cambios que no les han sido favorables, estamos en etapa de restructuración por los recortes, se defendería ella mientras reivindicaba su romance con un joven 16 años menor que ella: Me hace sentir afortunada. Es increíble. Lo recomiendo encarecidamente. La diferencia de edad en nuestro caso es muy positiva En muchos sentidos, él es más maduro que yo porque es el séptimo de once hermanos y le ha tocado crecer rápido, obtuvo una beca a los 9 años para estudiar y se fue a América. Rojo dejaba en el aire la posibilidad de casarse con Hernández: Preguntarle a él, y el que pudieran tener hijos: Creo que ya es un poco tarde para tener once hijos, bromeaba. Para una bailarina ser madre es algo muy complicado porque sabes que tu carrera va a terminar pronto. Pero en marzo de 2021 será madre a los 46 años de un niño que se llamará Mateo.

Poco antes, su marido, con 30 años, había dado el salto al cine por duplicado, protagonizando Alguien tiene que morir, una serie de Netflix , interpretando a Lázaro, un bailarín mexicano como él, y bailando en escena. Y también El rey de todo el mundo dirigida por Carlos Saura. Contaría que sus padres son también bailarines y que había aprendido a bailar en el patio de su casa junto a sus hermanos, de los cuales varios son también artistas y uno en concreto, Esteban Hernández, era entonces bailarín principal del Ballet de San Francisco, el mismo en el que terminaría el matrimonio dos años después.

Y ella era entrevistada en abril de 2020 por Lola Galán para el dominical de El País: Puedo decir que nunca me presenté a ese cargo [Compañía Nacional de Danza], que nunca mostré interés ni hablé con nadie para el puesto porque no me interesaba. Pero en 2006 sí se entrevistó con el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, le decía la periodista. Me entrevisté pero no para ser yo directora de nada. A mí me invitaron a explicar cuáles serían las condiciones necesarias para tener en España una compañía de las características del Royal Ballet o del English National Ballet. Qué pasos habría que dar para construirla a largo plazo, respondía. Añadiendo: Creo que no tienen las condiciones mínimas para ir más allá de lo que hacen [la CND]. Pero lo más importante no es la cuestión de la Compañía Nacional de Danza, sino la completa falta de compromiso por parte de los políticos de todas las ideologías en nuestro país para tener unas instituciones culturales independientes, cuyos puestos no estén nombrados a dedo, y donde haya un organismo como aquí el Consejo de las Artes, que aísle la cultura del interés, en mi opinión incorrecto, de ciertos partidos por usarla como propaganda.

También afirmaba: Las críticas las acepto con normalidad y las agradezco porque aprendo de ellas. Los libelos anónimos y las informaciones falseadas que ocultan intereses personales espurios las trato como lo que son [] A los críticos [profesionales] los veo con respeto y a distancia.

En enero del año pasado, el ENB presentaba esta Raymonda simultáneamente a la noticia de la marcha de su directora al Ballet de San Francisco al que se incorporaría a finales de ese año. El inesperado cambio se producía después de que su esposo hubiera sido nombrado bailarín principal de la compañía californiana, la más antigua de Estados Unidos. Y en mayo de 2022 hizo su segunda coreografía, esta vez La Cenicienta de Sergei Prokofiev, con Christian Lacroix a cargo de escenografía y vestuario. Estrenando matrimonio, maternidad y profesión han sido años fructíferos para Tamara Rojo. Esta Raymonda es prueba de ello.

Aproximación a la propuesta (valoración del 1 al 10)
Interés: 7
Msica: 8
Coreografía: 8
Puesta en escena: 9
Interpretación: 8
Producción: 8
Programa de mano: 7
Documentación a los medios: 5

Teatro Real
Raymonda, ballet en tres actos
English National Ballet
Msica de Alexander Glazunov (1865-1936), con adaptación y edición de Gavin Sutherland y Lars Payne
Dirección y coreografía Tamara Rojo, sobre la de Marius Petipa
Del 10 al 13 de mayo de 2023.

Diseño de escenografía y vestuario Antony McDonald
Iluminación Mark Henderson
Asistente de la coreografía Renato Paroni de Castro
Danzas de carácter Vadim Sirotin
Dramaturgia Lucinda Coxon
Investigación de la coreografía y el sistema de notación de Stepanov Doug Fullington
Vídeo Alexander Gunnarsson
Principal director musical invitado Gavin Sutherland (10, 11, 13 de mayo)
Director musical invitado Alexander Ingram (12 de mayo)

Reparto bailarines principales
Raymonda Shiori Kase (10, 13 (16:30h de mayo)
Fernanda Oliveira (11, 13 (21:30h) de mayo)
Emma Hawes (12 de mayo)
John de Bryan Isaac Hernández (10, 13 (16:30h de mayo)
Francesco Gabriele Frola (11, 13 (21:30h) de mayo)
Aitor Arrieta (12 de mayo)
Abdur Rahman Fernando Carratalá Coloma (10, 13 (16:30h de mayo)
Erik Woolhouse (11, 13 (21:30h) de mayo)
Daniel McCornick (12 de mayo)

Producción de Tamara Rojo
Una coproducción del English National Ballet y Finnish National Opera and Ballet
Partner de la producción: Mayflower Theatre, Southampton

Duración aproximada: 2 horas y 45 minutos
Acto I: 1 hora
Pausa de 25 minutos
Acto II: 30 minutos
Pausa de 20 minutos
Acto III: 30 minutos.

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