Para terminar con las celebraciones del cuarto centenario de Doménikos Theotokópoulos, el Museo del Prado ha intentado rastrear su influencia en los pintores que desde la segunda mitad del siglo XIX cambiaron las reglas de juego, en las escuelas y tendencias que alimentaron las sucesivas vanguardias durante un siglo, hasta los años 80 del pasado siglo. Propuesta ambiciosa y arriesgada que formula muchas hipótesis, algunas válidas, otras aventuradas. Una propuesta entretenida, que gustará al pblico que disfruta con las comparaciones.
Una selección de veintiséis obras del Greco de las cuales tan solo siete han participado en la ya clausurada exposición El Griego de Toledo- se une a cincuenta y siete pinturas y veintitrés dibujos y grabados de Manet, Cézanne, Picasso, Chagall, Modigliani, Kokoschka, Pollock y Saura, entre otros destacados artistas contemporáneos, para reconstruir la huella del Greco en el ltimo tercio del siglo XIX y a lo largo del XX.
Setenta instituciones y colecciones privadas de 40 ciudades y 15 países además del nuestro han refrendado la empresa. Un acontecimiento también que ha servido para presentar en sociedad a la Reina Leticia encargada de la inauguración oficial en la tarde de este lunes.
El recorrido por los ocho ámbitos de la exposición pretende revelar la complejidad y riqueza de la influencia del Greco partiendo de la fascinación ejercida por el maestro cretense en los artistas franceses más renovadores de finales del XIX, como Manet y Cézanne, y en destacados pintores españoles, Rusiñol y Zuloaga, entre otros. Un itinerario que, también, analiza el constante influjo que ejerció el Greco sobre el gran protagonista de la pintura del siglo XX, Pablo Picasso, junto a obras de otros artistas que, a partir de su relación con el cubismo, evolucionaron hacia otras propuestas, como André Derain, Robert Delaunay, Diego Rivera y Amedeo Modigliani.
Expresionistas como Beckmann, Macke y Kokoschka; el grupo judío de París, con Soutine y Chagall; y las poéticas surrealistas de Masson y Domínguez aparecen en la muestra con obras influenciadas por la pintura del Greco. El recorrido aborda, además, la especial relevancia del cretense en la configuración de la pintura moderna en América, con los ejemplos del mexicano José Clemente Orozco y los estadounidenses Benton y Pollock. Para finalizar, la muestra explora el impulso transformador del Greco como referencia en las angustiadas figuraciones expresivas de la posguerra europea, a través de ejemplos de Alberto Giacometti, Francis Bacon y Antonio Saura.
Sólo los 26 grecos presentes serían una gran exposición en sí misma. Han venido el Laocoonte y La visión de san Juan entre otras destacadas piezas repartidas por todo el mundo. Son escoltadas y contrastadas por 80 trabajos de pintores modernos influidos por el Greco, entre los que merecen ser citados el Entierro de Casagemas de Picasso y la versión que hizo Cézanne de La Dama del armiño, que viaja por primera vez a España.
Los ocho ámbitos de la exposición resumen el contenido: De Manet a Cézanne; Picasso y el cubismo; Zuloaga y Sorolla; El orfismo y su influencia; El expresionismo germánico; La visión de Toledo y el Greco por otros expresionismos; América; y Figuraciones posteriores a la II Guerra Mundial.
En el Prado consideran que ningn maestro antiguo ha tenido tanta influencia en la pintura moderna como El Greco; ni Goya ni Velázquez, ni Miguel ngel ni Rembrandt. Y es que lo reivindican especialmente por tener el mejor legado de su trabajo de entre todos los museos del mundo -nueve obras-, por haber organizado la primera exposición monográfica -en 1904- y por haber recibido en sus salas las visitas de tantos artistas extranjeros interesados en su obra.
Se dice que las comparaciones son odiosas pero entonces esta exposición, sobraría. Algunas de las muchas que se proponen son arrolladoras, otras son más dudosas y algunas rayan en pura coincidencia, como en la que inaugura el recorrido, Cristo muerto con ángeles de Manet a imagen y semejanza de La Anunciación de El Greco. Algo semejante nos parece el nexo entre los Bañistas desnudos de espaldas que pintó aquel con los hijos de Laoconte en idéntica pose que pintara El Greco con Toledo al fondo al final de su vida.
La influencia sobre Picasso es ampliamente estudiada a través de la presencia de 19 de las obras del pintor malagueño. Una influencia que se hizo intensa en su período azul reprentado por Evocación. En El entierro de Casagemas hay posible inspiración de El entierro del señor de Orgaz, y en La comida frugal se entiende una evocación de la elegancia gestual de las manos de San Pedro y San Pablo del cretense. Y más allá de Picasso, la obra del Greco habría tenido un papel preeminente en el cubismo: están presentes Derain con Retrato de Iturrino, Modigliani con el retrato de su amigo Paul Alexandre con la mano een el pecho a semejanza del caballero famoso, y los cubistas checos Emil Filla y Procházka.
A finales de siglo su influencia se haría patente en España, especialmente en la figura de Zuloaga. En Mis amigos, el artista vasco juntaba una representación de intelectuales españoles agrupada a los pies de La visión de San Juan del Greco, obra que poseyó en un tiempo. Se muestran también dos retratos de Sorolla, los del marqués de la Vega Inclán, fundador de la Casa Museo del Greco, y Manuel Bartolomé Cossío, autor de la primera gran monografía del Greco, ambos adalides de su recuperación.
Una de las derivaciones del cubismo, el orfismo de Delaunay, -que se inspiró claramente en el San Sebastián para su obra Gitano-, sería el movimiento artístico más vinculado a la obra del Greco. En cuanto al expresionismo centroeuropeo, artistas austriacos como Schiele y Kokoschka, y alemanes como Macke, Beckmann, Hofer y Steinhardt recibieron la influencia documentada de un Expolio, propiedad de la Alte Pinakothek de Mnich, y del Laocoonte. Chagall compondría en 1918 Visión (Autorretrato con musa) semejante La Anunciación del Greco en composición y tema.
Los paisajes de Toledo plasmados por el Greco aparecen como referencia de composiciones de artistas como Rivera, Zuloaga, Bomberg y los surrealista Masson y Óscar Domínguez. El acercamiento a la figura de Theotokópoulos por parte de Jackson Pollock es de lo más destacable: la presencia de su emblemática obra Gótico destaca en la sala central de la exposición, una panorámica circular bajo el ábside realmente espectacular. La exposición finaliza con nuevas supuestas aproximaciones a la pintura del Greco tras la II Guerra Mundial: Escucha oh Israel de Bomberg, que se relaciona con Cristo abrazado a la cruz, y el escorzo de la Mujer tumbada de Bacon, vinculado con el soldado en primer plano de la Resurrección. Hipótesis todas ellas respetables y todas ellas dudosas. Picasso cierra la muestra con dos aguafuertes sobre El entierro del conde de Orgaz y dos óleos, estos sí, de indudable raigambre en la obra del homenajeado.
Estamos ante una propuesta de gran mérito, por lo ambicioso de la tesis y lo complicado de la ejecución. Estamos ante un diálogo artístico a través del tiempo y del espacio, de los siglos y los continentes, como sólo una institución de esta envergadura puede plantear. Tras el agotador desafío, nos dominó esa cierta insatisfacción y zozobra que produce el encumbramiento desmesurado tanto como la displicencia injusta. Quedará para el debate valorar en sus justos términos la influencia de El Greco en la pintura moderna.
Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 8
Documentación a los medios: 8
Programa de mano: 8
MUSEO DEL PRADO
Edificio Jerónimos
El Greco y la pintura moderna
Del 24 junio al 5 de octubre de 2014
Comisario: Javier Barón, Jefe del rea de Conservación de Pintura del siglo XIX
Exposición organizada por el Museo Nacional del Prado y Acción Cultural Española (AC/E)
Con el patrocinio de Fundación BBVA
Horario de lunes a sábado, de 10.00 a 20.00h, y domingos o festivos, de 10.00 a 19.00h.
La tarifa nica de entrada al Museo es de 14 euros (reducida o gratuita, conforme a las condiciones habituales ya establecidas)
De lunes a sábado de 18.00 a 20.00 horas, y domingos y festivos de 17.00 a 19.00 horas, 50% de rebaja.
Para garantizar el mantenimiento de un nivel de aforo regular durante todo su horario de apertura, todas las entradas conllevarán la fijación de una hora determinada de acceso, y el sistema de venta anticipada a través de www.museodelprado.es, del teléfono 902 10 70 77 o en las taquillas del Museo permitirá seleccionar la fecha y hora de acceso siempre que queden entradas disponibles para la selección realizada.
El Museo del Prado ha organizado un programa específico de actividades en torno a la muestra para facilitar al pblico su recorrido por salas. Además del habitual ciclo de conferencias y las claves para ver la exposición, se han programado un ciclo de cine, un concierto, un curso monográfico y visitas para jóvenes.