Una sorpresa estimulante. Una gran versión resucita a un dramaturgo francés dieciochesco que creíamos intragable y en esta pieza aparece superior a quien le eclipsó para siempre, el célebre Molière. La princesa de Barcelona y el príncipe de Castilla pueden unir sus reinos si no se cruza por medio el duque de León. Un enredo amoroso que supera al género con una actualización correcta, una trama perfecta, unas situaciones creíbles y unos personajes simpáticos. El buen hacer supera todas las barreras y este El lenguaje de tus ojos o el príncipe travestido es una comedia que termina conquistando.
Del ilustrado francés Pierre Carlet de Chamblain de Marivaux (1688-1763) sólo conocíamos La seconde surprise de lamour (La segunda sorpresa del amor) estrenada en 2008 en el Festival de Otoño por un prestigioso director, Luc Bondy, que no conseguía superar la cursilería del original (ver nuestra reseña de entonces). Pero sea mérito principal de la versión, o ya intrínseco de Le Prince travesti escrita en 1724, esta pieza es otra cosa y derrotó absolutamente a nuestros prejuicios.
Algo semejante parece haberle ocurrido a Amelia Ochandiano, que confiesa que de Marivaux la separaban serios reparos hasta dar con esta pieza de apariencia festiva, de trasfondo amargo y de desenlace digno. Una pieza que plantea con gran perspicacia los mecanismos humanos del disimulo exterior y el autoengaño interno. Una obra muy madura, nada simplona al estilo de la época. Ochandiano ha sumado al título original El lenguaje de tus ojos aludiendo a lo que dicen las miradas cuando las palabras no son capaces de expresar la verdad de los sentimientos. Dice que es una crítica feroz y muy divertida llena de comprensión hacia nosotros mismos y es verdad.
Ya hemos elogiado la versión; reiteramos la excelencia de los diálogos, tanta que siendo plenamente actuales parecen los originales. Tienen gracia medida y valor añadido algunas alusiones al presente gracias al enredo ambientado por Marivaux en una España inventada de hace dos siglos que podría ser real dentro de unas décadas. Son inteligentes y realistas las alusiones a la política y el poder, a la ambición y la doblez consustanciales, a lo que formaba parte de toda gestión de los asuntos pblicos ya antes de la revolución francesa y seguramente seguirá por algn siglo más.
A la altura de la versión, están la dirección y la coreografía de esta misma dramaturga, que en 2012 dirigió notablemente Lcido, de Rafael Spregelburd, para el CDN (ver nuestra reseña), tras un trabajo más discreto el año anterior con Mi mapa de Madrid de Margarita Sánchez (ver nuestra reseña). Esta vez, escena y elenco se integran adecuadamente en una notable producción. Puede gustarte a medias las escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda, an menos el vestuario de María Luisa y Rosa Engel, y bastante más la iluminación de Felipe Ramos, pero el conjunto funciona, no churría ningn elemento y abunda en detalles agradables entre los que hay que destacar las ilustraciones musicales, los movimientos coreográficos y el trono astado en un lateral del escenario. Arriesgada la bajada de telón previa al desenlace, que los espectadores menos duchos confunden con el final, y un poco estridente y desconcertante el inicio malgeniudo de la princesa.
Intrigas, sobornos y pasiones, deseos y deberes, engaños y autoengaños se suceden entre los consabidos malentendidos. Juanjo Cucalón está a la altura del protagonismo absoluto de un personaje que parece secundario, el sirviente Arlequín, cuyo bien hacer no decae nunca. Juan Gea hace un Federico extraordinario, un perfecto asesor alico, y nos preguntamos cómo ha podido calcar a la perfección a un buen señor que tenemos el gusto de conocer, que llegó a ser mano derecha del financiero despeñado Mario Conde y que viste los mismos trajes con chaleco a juego. Iker Lastra convence como Lelio, el príncipe de incógnito, y Cristina Castaño termina imponiéndose en una princesa enamorada, términos difíciles de congeniar en la vida real. Mariola Fuentes eleva a Luisita a alturas que no estaban previstas e Itziar Atienza es la que lo tiene más difícil, con esa Hortensia dividida entre lealtades y perjudicada por una cojera insidiosa y un bastón poco estético.
Es difícil expresar lo que marca la diferencia entre una comedia aceptable y otra cargante, en igualdad de buenos equipos técnicos y artísticos. Por qué aprobamos este príncipe travestido y desaprobamos hace tres días aquel pinturero pintor napolitano llamado Salvator Rosa (ver nuestra reseña), dos espectáculos tan similares. Es subjetivismo reprobable, simple gusto personal? Nos sometemos a sincero examen de conciencia y nos someteríamos a la penitencia impuesta de no creer vehementemente que hay más, mucho más, ese misterio del arte, que a veces funciona y a veces no.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Texto, 8
Dirección, 8
Interpretación, 7
Escenografía, 7
Producción, 8
Programa de mano, 7
Documentación para los medios, 6
NAVES DEL ESPAÑOL MATADERO
El lenguaje de tus ojos o el príncipe travestido
de P. de Marivaux
Versión Amelia Ochandiano
Del 27 de febrero al 22 de marzo de 2015
Coreografía y Dirección, Amelia Ochandiano
Reparto por orden alfabético
HORTENSIA Itziar Atienza
PRINCESA Cristina Castaño
ARLEQUÍN Juanjo Cucalón
LUISITA Mariola Fuentes
FEDERICO Juan Gea
LELIO Iker Lastra
Ficha artística
ESCENOGRAFÍA Ricardo Sánchez Cuerda
VESTUARIO María Luisa Engel y Rosa Engel
ILUMINACIÓN Felipe Ramos
UNA PRODUCCIÓN DE TEATRO DE LA DANZA DE MADRID
De martes a sábados 20h. Domingos, 19h.
Precio Entradas 22 . Martes, miércoles y jueves 25% de dto. (Descuento especial del 50% en todas las localidades para los días 28 de febrero y 1 de marzo).