Cada vez más gente corre por correr, practica este ejercicio físico tan solitario y tan deprimente en apariencia, y saca de él energía y euforias para enfrentarse a la vida. Runners, la opera prima de una actriz colombiana afincada en España, penetra en este cerrado mundo escribiendo una tragicomedia irregular, aceptable y vigente.
Karina Garantivá es una mujer muy emprendedora, alma mater de Primas de Riesgo Producciones, gestora cultural de muchos vuelos que ha finalmente descubierto que escribir una comedia no es difícil, lo dificil es estrenarla y no te quiero decir si encima es primeriza. Y ella tenía mimbres para conseguirlo, experiencia en la producción y quasi una compañía en forma de Laboratorio dedicado al desarrollo de proyectos teatrales y al crecimiento profesional de los artistas asociados al proyecto. Escribir una comedia es fácil, pero necesita un argumento original, y si cuenta con un pblico potencial interesado en el tema, mejor que mejor. Y a Karina no se le puede negar que ha dado con un filón poco explotado, la moda triunfante de trotar para hacer ejercicio físico, la manía global de correr, lo que primero se llamó footing en su etapa espontánea y ahora se llama running convertido en negocio fabuloso de métodos ganadores, fabricantes de zapatillas, alimentos energéticos y regímenes alimenticios adecuados a lo que se ha convertido en casi una forma de vida, un exceso que pronto -ya- estará pasando factura en forma de lesiones y desequilibrios.
Un señor normal, ya casi en los sesenta y con el desastroso aspecto habitual de los de esa edad en nuestros lares, de repente quiere cambiar su vida y elige para ello entrenarse para correr un maratón. Cae voluntariamente en manos de un entrenador de gente importante y de sus secuaces, una especie de secta vendeburras, pero su convicción desenmascara a los farsantes y le libera de la rutina oprimente de su vida y especialmente de su opresora esposa, que no sólo le desprecia sino que le es infiel con el entrenador de marras, todo ello a través de una relación inocente con su casi adolescente entrenadora personal.
El curioso mundillo de los runners -que no se contenta aquí con ceñirse al trabajo físico sino que aspira a la potenciación mental adoptando elementos del mundillo del desarrollo personal y las terapias orientales- va cediendo espacio al naufragio del matrimonio y se pierde por otros asuntos colaterales -envidias femeninas, batallas de poder- con lo que la atractiva originalidad de partida desemboca en trivialidades trilladas del género, hasta alcanzar un final bien resuleto tras noventa minutos entretenidos.
El matrimonio Marcos y Mari es lo mejor de la pieza, y Janfri Topera y Silvia Espigado lo interpretan con espontaneidad y frescura. Daniel Moreno resulta tan repelente y melifluo como necesita su personaje, ese cuentista en chándar llamado Owen, y Mara López hace una Laurita entrañable. Quizás sea Ruth, el personaje a cargo de la autora, el menos logrado.
Karina Garantivá ha tenido también la suerte de poder contar con su pareja, el director del Centro Dramático Nacional Ernesto Caballero, para dirigir la obra. Aunque no aporta nada especial si consigue darla solvencia con el oficio de su mucha experiencia, no embarullar demasiado las entras y salidas de los cinco personajes, anclarlos en el movimiento absurdo de cinco absurdos bancos de gimnasio, y sobre todo disimular la pobreza mendicante de una puesta en escena sin escenografía.
Dice la autora: No me sentía feliz cuando la escribí, sino todo lo contrario. El mundo de la cultura al que había decidido dedicarme 16 años atrás empezaba a parecerme un lugar demasiado hostil como para pasar en él el resto de mi vida. Y es que, dada mi condición de joven actriz extranjera, en un momento dado de mi carrera sufrí una inopinada campaña de rechazo y exclusión por parte de algunos compañeros de profesión, pregoneros, eso sí, de los principios de igualdad y solidaridad. Se la ve resentida. Dice el director: He decidido, en el poco tiempo libre que mis labores institucionales me han permitido, participar de una apasionante aventura artística llamada Runners: una luminosa opera prima de Karina Garantivá, que ha despertado mi asombro y entusiasmo.También lo ha hecho la encomiable iniciativa que están protagonizando los Teatros Luchana, un ilusionante espacio rescatado del destino que sufren muchos de nuestros edificios culturales: convertirse en grandes comercios de moda. Mi incondicional apoyo, pues, a este proyecto de diálogo y encuentro ciudadano que tanto está enriqueciendo la vida cultural de nuestra ciudad. Se le ve obsequioso.
En fin, qué vamos a decir de este mundo del teatro, fiel reflejo del que le rodea. Runners -se ve que Corredores quedaba más paleto- es un buen argumento, con aceptables trama y texto, con una dirección hacendosa, una interpretación notable, una puesta en escena muy deficiente y una producción de corto vuelo. Si tuviera éxito -y lo podría tener a poco que corra la voz entre los miles de aficionados a esta actividad deportiva- podría pulirse y lustrarse y convertirse en un buen producto de largo recorrido.
Este domingo, en la velada siguiente a su estreno, no llegaba a cubrirse tres cuartas partes del aforo. El pblico aplaudió con ganas y se cumplió el ritual de salir a saludar tres veces.
VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 6
Texto: 6
Dirección: 6
Interpretación: 6
Escenografía: 5
Producción: 5
Programa de mano: 5
Documentación a los medios: 5
Teatros Luchana
Runners, de Karina Garantivá
Viernes, sábados y domingos hasta el 30 de octubre de 2016
Duración: 90 min
REPARTO
Janfri Topera Marcos
Silvia Espigado Mari
Daniel Moreno Owen
Mara López Laura
Karina Garantivá Ruth
Dirección: Ernesto Caballero
Dramaturgia: Karina Garantivá
Iluminación: Francisco Ariza
Msica: Esther Acevedo
Producción: Primas de Riesgo Producciones
Precio: 24
www.runners-teatro.com
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