Uno se teme un vetusto melodrama de maduros fracasos nostálgicos, se asusta del título y se previene contra los intérpretes, por famosos y encasillados. Pero estas cartas que se leen Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán han atisbado la esencia de la existencia humana, el gran misterio, el paso del tiempo, la misma vida. Quizás se necesita haber cumplido los sesenta para captarlo. Y esa era la edad media del pblico que abarrotaba la enorme sala. Ya no quedan entradas para ninguna de las funciones.
Un hombre y una mujer nos leen las cartas que se han escrito durante medio siglo, desde que eran niños. Son cartas breves, a veces muy seguidas, en ocasiones espaciadas por años. Y van reflejando los avatares de su vida a través de la adolescencia, la juventud y la madurez, a través de juegos, estudios, amigos y familiares; a través de ligues, noviazgos, matrimonios y divorcios; a través de carreras y cursos divergentes. Vemos como evolucionan las vidas de Melissa Gardner y Andrew Makepeace, y cómo nada saldrá como era de suponer, eso de las vueltas que da la vida, eso del azar y el destino como brjula incontrolable que nos dirige. Él está enamorado de ella desde pequeñito, pero ella le desprecia por apocado, por prudente. Ella parece ganar la partida d eun futuro brillante con un matrimonio exitoso, un porvenir de artista y el muchísimo dinero que su familia le brinda. Él parece destinado a una existencia gris y poco agraciada. Pero hete aquí que el paso del tiempo da la vuelta al calcetín y cuando llegue el ecuador vital, ella hace aguas en todos los frentes mientras a él la vida le sonríe. Ella descubrirá que estabaenamorada de él desde el principio y que no supo reconocerlo a tiempo. Todavía vivirán una corta historia de amor antes de que el inexorable peso de la realidad les separe para siempre.
Cartas de amor es de 1989. Poco se sabe de su autor, A. R. Gurney. Lindsay Champion ha contado (este es su artículo) la historia de este éxito inesperado: Gurney estaba harto del teatro y quiso hacer un relato con esta historia sin conseguir que se lo publicaran. Menos mal que la reescribió en formato teatral porque se convertiría en finalista de los Premios Pulitzer y en el mayor exito de toda su carrera, un autentico clasico moderno que sigue siendo representado hoy en dia en teatros de todo el mundo. La han puesto en escena Charlton Heston y Jean Simmons (1991), Sigourney Weaver y Jeff Daniels (2007), Elizabeth Taylor y James Earl Jones (2007), y hasta Alain Delon y Gerard Depardieu la representaron alternativamente con Anouk Aimee en Paris. Volvió a Broadway en 2014 y este an~o Ali McGraw y Ryan ONeal han vuelto a encontrarse cuarenta y cinco an~os despues de rodar Love Story para interpretarla en una exitosa gira por todo Estados Unidos. En España, la estrenó en 1992 Josefina Molina con Analia Gadé y Alberto Closas, y la repuso José Sámano en 1997 con la misma Analia Gadé acompañada de Jose Luis Pellicena.
David Serrano la ha adaptado y la dirige de forma impecable, revalidando su buen hacer de Lluvia constante -un gran impacto a comienzos de este año en el Bellas Artes (ver nuestra reseña)-, con una escenografía escueta y elegante que consigue no cansar en su inmóvil elegancia sólo alterada levemente por el enrramado de lucecitas que se van apagando lentamente al fondo hasta quedar sólo dos brillando tenuemente.
Julia Gutiérrez Caba retorna a las tablas después de quince años y demuestra no haber olvidado su mucho oficio adquirido en la presencia en más de cincuenta obras de teatro a lo largo de cuatro décadas. Una gran presencia en escena, un aspecto excelente para su edad. A veces titubea, pero podría entenderse parte del papel. Miguel Rellán sigue siendo el mismo pianista de Novecento de Baricco en 2013 (ver nuestra reseña), el mismo profesor taciturno de Jugadores de Pau Miró en 2014 (ver nuestra reseña), el mismo Piotr Nikolaevich Sorin de Los hijos se han dormido, la versión de Daniel Veronese sobre La Gaviota de Chéjov en 2012 (ver nuestra reseña). Siempre habrá papeles adecuados para este actor de 73 años.
Es defícil leer y leer las cartas de toda una vida sentado en un sofá durante noventa minutos. Ambos están contenidos, expresivos y hasta un poco subyugantes Leen las cartas o las han aprendido de memoria? Con gestos sutiles e inflexiones de voz medidas recorren toda la vida de sus personajes, comienzan siendo niños y terminan siendo viejos.
Buena puesta en escena y buena interpretación, pero sobre todo soberbio texto que informa sin decir, que cuenta sin narrar, que es sobrio y va ganando en emoción hasta terminar conmoviendo. El prolijo parlamento final del senador Andrew Makepeace Ladd III permite enjugar esas lágrimas rebeldes y esa congoja incontenible que asaltará a muchos espectadores, y recomponerse para cuando se alce el telón y haya que participar en esas tres profundas ovaciones que marcan los éxitos teatrales.
VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Texto: 8
Dirección: 7
Interpretación: 8
Escenografía: 7
Producción: 8
TEATROS DEL CANAL
Cartas de amor
De A. R. Gurney
Dirección y adaptación: David Serrano
Del 29 de septiembre al 23 de octubre de 2016
Intérpretes: Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán
Escenografía y vestuario: Mónica Boromello
Iluminación: Ion Aníbal López
Producción ejecutiva: Lola Graíño
Dirección de Producción: Ana Jelín
Producciones Abu, Bucharta y Milonga Producciones.