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Atraco en Agbanäspach
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Atraco en Agbanäspach

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
martes 16 de marzo de 2021, 01:00h

Todo es marketing, hasta el hecho de que se diga en inglés y no como se debería, mercadotecnia. Quizás el Centro Dramático Nacional recupere el dinero invertido con esta atrabiliaria propuesta, pero el experimento resulta flojito a pesar del contubernio de crítica y pblico deseosos de modernidad facilona.

La espuma activista, oportunista y desnortada de la generación indignada que se impone ya en todos los terrenos, arrinconando a la marchita generación anterior, la de la transición del autoritarismo a la democracia, necesita afirmarse desesperadamente en lo que llamábamos la superestructura ideológica y ahora es simple devaneo culterano, y va a ver esta obra como íbamos a ver Castañuela 70: da lo mismo que sea mala, pero es nuestra. Y los creativos -antes llamados intelectuales- que perciben por donde va la demanda institucional, pues colocan su oferta.

Nao Albet y Marcel Borràs han montado un espectáculo con muchos disparos y muchos tacos, frenesí de carrerones y cóctel de msicas famosuelas, sobre un atraco bancario nacido como argumento teatral y convertido en una muy real performance, que no acertando a ponerle fin aceptable han prolongado hasta dos horas de duración interminable, catatónica, agónicamente insufrible. Despliegan en escena el consabido caos posmoderno -troceado del escenario en diferentes niveles de acción horizontales y verticales poblados de cubículos que aportan periódicas novedades entretenidas, fundidos en negro para disimular desconexiones, microfonía actoral, proyecciones audiovisuales, lío y más lío- pero en realidad salvo algunos pequeños aciertos escenográficos, todo es un vaivén caprichoso antes de que aparezca Irene Escolar y después de que lo haga, realmente lo nico destacable de la producción, segura en escena, muy creible hablando en ruso e inglés, precisa en sus poses y gestos, madura actriz en propuesta inmadura.

Albet y Borrás son dos histriónicos personajes de sí mismos, unos actores/guionistas que evolucionan hacia un do su confromación como do humorístico algo satírico, en la línea de Faemino y Cansado, sin el nivel de Tip y Coll, sin la mordacidad de Martes y Trece, sin la gracia de los Hermanos Calatrava, una versión treinteañera de dos frikis saltimbanquis. Alguien les comparó con Zipi y Zape, y no está mal visto: arriesgan congelarse como traviesos chavalines de tebeo.

El resto del reparto está muy bien en su vertiente femenina y regular en la masculina, quizás porque hay papeles como el que le toca a Vito Sanz que son impresentables. Hay que destacar a la soprano Alina Furman que no solo se marca un aria de Tosca al final sino que es capaz de ponerse en el papel de una limpiadora inmigrante del Este y hacerlo muy bien.

Gracia, lo que se dice gracia, la obra tiene poca. Parte del pblico acude dispuesto a reirse y se ríe sin ton ni son, algunos más les siguen convencidos de estar en la pomada, y el resto nos quedamos con cara de póquer. La introducción de una burlesca Maria Abramovic en la insulsa historia de otro atraco más -quizas el argumento más trillado del cine comercial- tiene cierta originalidad hasta que se convierte en una ridiculización gratuita de una artista a la que se trivializa y descontextualiza convirtiéndola en lo que nunca quiso ser, una alternativa a la dramaturgia escénica tradicional. Poque la performance no lo es. Un personaje al que en 2012 Robert Wilson consagró una ópera, cantada por Antony e interpretada por William Dafoe (ver nuestra reseña de entonces), algo que da idea de haber alcanzado cierto respetable estatus en el tinglado cultural.

Teóricamente la pieza reflexiona sobre el teatro en sí, si tiene an sentido contar historias ficticias desde un escenario, con actores interpretando personajes, con tramoya simulando ambientes, con recreación literaria en lugar de vida real. Pero la alternativa que plantean sirviéndose de una manipulación de las tesis de Abramovic, la madrina de la performance, es un silogismo mal planteado a partir de premisas no enfrentadas. Claro que las formas de representación teatral han evolucionado, evolucionan y evolucionarán pero sin despistarse por Agbanäspach.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 5
Texto: 5
Dramaturgia: 6
Dirección: 7
Interpretación: 8
Escenografía: 7
Msica: 5
Producción: 8
Información a los medios: 7
Programa de mano: n/h

Centro Dramático Nacional
Teatro María Guerrero
Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach
Escrita y dirigida por Nao Albet y Marcel Borràs
5 FEB 21 MAR 2021

Reparto
Nao Albet, Carlos Blanco, Marcel Borràs, Irene Escolar, Alina Furman, Eva Llorach, Francesca Piñón y Vito Sanz

Voces en off
Jordi Boixaderas, Rafa Calvo, Eduard Farelo, Camilo García, Maife Gil y Mercé Montalà

Escenografía Jose Novoa
Iluminación CUBE.BZ (María de la Cámara y Gabriel Paré)
Vestuario Paula Ventura
Espacio sonoro Roc Mateu
Vídeo y subtítulos Oslo Albet
Asesoramiento movimiento María Cabeza de Vaca y Oriol Pla
Ayudante de dirección Anabel Labrador
Ayudante de dramaturgia Juan Miranda
Ayudante de escenografía Laura Ordás
Ayudante de vestuario Sandra Espinosa y Rubén Martín
Traductora y coach de ruso Anastasia Kostyuchek (Instituto Ruso Pushkin de Madrid)
Fotos espectáculo Clàudia Serrahima y Luz Soria
Producción Equipo SOPA

16 de marzo encuentro con el equipo artístico.

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