Cómo interpretar el arte figurativo del pasado desde la óptica de un pintor abstracto? Fernando Zóbel (Manila, 1924-Roma, 1984) primero estudiaba los cuadros, y cuando creía haberlos comprendido, los traducía a su lenguaje abstracto. Un proceso al que dedicó su vida y que, con resultados interesantes, resulta sin embargo hermético para una inmensa mayoría.
42 pinturas, 51 cuadernos de apuntes y 85 dibujos y obra sobre papel conforman el recorrido que el Prado dedica a este importante eslabón de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX, un pintor nacido en el seno de una riquísima familia española lo que le permitió dedicar su vida a estudiar a los grandes pintores del pasado, a visitar sistemáticamente el Prado para estudiar su exposición permanente y a fundar el Museo de Arte Abstracto de Cuenca en 1966 junto a sus colegas y amigos Gustavo Torner y Gerardo Rueda.
Cómo admirar la pintura de los grandes maestros sin quedar paralizado de fascinación? Su respuesta fue estudiarlos para comprenderlos y a partir de eso, reinventarlos. Para saber pintar, primero hay que saber mirar. Y a mirar se aprende, creía. Y así lo puso en práctica en una investigación pictórica sistemática a lo largo de tres décadas. Formado en Filipinas, Europa y América, graduado en Harvard e instalado en España desde finales de los años cincuenta, su obra constituye un caso singular entre la vanguardia del siglo XX. Para él, la modernidad no significaba la ruptura con la figuración y con la historia de la pintura, sino su redescubrimiento; no el olvido del pasado, sino el desvelamiento del futuro que encierra la obra de los grandes maestros.
Zóbel. El futuro del pasado reconstruye el itinerario poético y artístico de un pintor que tuvo que aprender a ver para poder enseñar a mirar. La exposición se articula en cuatro espacios: I. El descubrimiento del pasado: de Harvard a Manila II. Dibujar pintando: caligrafía asiática y pintura abstracta III. Conversaciones con los maestros IV. Imágenes dialécticas y V. Paisajes del pasado y del futuro. Explora la obra del pintor a lo largo de dos itinerarios fundamentales para valorar su original contribución a la pintura abstracta contemporánea: el primero, entre la modernidad y el legado de la tradición, rene los estudios del pintor realizados en museos a lo largo de todo el mundo, el Museo del Prado muy particularmente, reconstruyendo su proceso creador. En segundo lugar, la exposición sigue la obra de Zóbel a través de un segundo itinerario, internacional y geográfico, mostrando cómo el dibujo fue la herramienta que le acercó a una forma original y alternativa de modernidad que descubrió en Asia, en la tradición vernácula de las Islas Filipinas o en la pintura china y japonesa. Ambos itinerarios nacen de la particular condición biográfica del artista: nacido en Manila, formado en los Estados Unidos para acabar instalándose en España, Fernando Zóbel no fue solo un pintor enormemente curioso y erudito, también fue un viajero permanente y un artista radicalmente cosmopolita. La obra de Zóbel constituye, por ltimo, un apasionante ejercicio de pedagogía artística. Los dibujos de Zóbel enseñan a mirar, lenta, sosegada y analíticamente. Sus pinturas y sus dibujos encierran el esfuerzo por comprender la voluntad artística que empujaba a artistas como Zurbarán o Sánchez Cotán, como Van der Hamen o Velázquez.
Resulta muy interesante repasar la cincuentena de cuadernos de apuntes del pintor expuestos en mostradores que intentan agruparlos por épocas y temáticas a lo largo de las salas expositivas: cuadernos exquisitos, cuidados al detalle, trabajados como si su destino fuera este, ser expuestos, como resultado de su constante e incansable dibujar y fotografiar para aprender a mirar, descifrar detalles, imaginar procesos y sintetizar sensaciones. Vivió sesenta años, consagrando la segunda mitad a su particular enfoque de la abstracción, tras quedar subyugado por Mark Rothko, e incorporar su interés por la fotografía y la caligrafía china. Influido por el expresionismo abstracto, encuadrado después en el informalismo europeo, llegó a una abstracción lírica a base de aplicar distintas veladuras a fin de ir eliminando lo superfluo y dejar lo esencial, un final al que incorporaría líneas etéreas y veleidosas. Una abstracción lírica de referencias paisajísticas realizada con brocha seca y jeringuilla, un proceso analítico de depuración del mundo exterior.
Su obra se agrupa en series, tituladas Saetas, Negra, Orillas, El Jcar y Blanca. Mi pintura siempre ha sido tranquila. Busco el orden en todo lo que me rodea. En el orden, en el sentido más amplio de la palabra, busco la razón de la belleza () Por eso soy incapaz de emplear directamente un modelo. Me fío mucho más de la ordenación que impone la memoria. La memoria selecciona y organiza. Me dice al oído: esto es lo que vale la pena, y yo intento escuchar, dirá en algn momento. Primero dibujaba, luego tomaba apuntes concretos, hacía fotografías y luego acuarelas. Y así destilaba el producto final. Desde Saetas (1957-1959), caligrafías sobre fondos de color, influido por la estética oriental y el expresionismo abstracto americano, a una progresiva depuración de color y formas que se concretó en la Serie Blanca iniciada en 1975, en la que terminó trabajando sólo con el blanco y una gama de grises muy claros.
Pero la contribución esencial de la muestra, no siempre explicitada como se debiera, es contemplar los diálogos que este pintor abstracto establece con pintores figurativos del pasado, comparar el original con su interpretación, intentar encontrar similitudes, razones, derivas Para concluir que probablemente fue tan enriquecedor para él como resulta ahora indescifrable para nosotros. Y que siguen siendo inescrutables los caminos del arte abstracto en su intento de interpretar la existencia con parámetros conceptuales, de alumbrar una nueva realidad distinta a la natural, de usar formas, colores y líneas para crear otro mundo paralelo y/o superior.
Aproximación a la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 7
Comisariado: 7
Catálogo: 8
Documentación a los medios: 6
Programa de mano: n/v
Museo Nacional del Prado
Zóbel. El futuro del pasado
15/11/2022 05/03/2023
Comisarios: Felipe Pereda, Fernando Zóbel de Ayala (Professor of Spanish Art en la Universidad de Harvard), y Manuel Fontán del Junco (Director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March y Director del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca).