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Los libros que leía El Greco
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Los libros que leía El Greco

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
martes 08 de abril de 2014, 01:00h

El Museo del Prado, la Biblioteca Nacional de España y la Fundación El Greco 2014 han presentado la exposición La biblioteca del Greco, una pequeña e interesante muestra que pretende reconstruir las raíces teóricas y literarias del arte del Greco a través de 39 libros que figuraban en su biblioteca a su muerte, y que se han podido identificar gracias a los dos inventarios realizados por su hijo Jorge Manuel en 1614 y 1621.

Cuatro de los libros son los mismos ejemplares que él poseyó, y el resto pertenecen a ediciones de la época que tienen gran probabilidad de ser las de los ejemplares que él tenía en su casa. Entre todos destacan una edición del tratado de arquitectura de Vitruvio, perteneciente a la BNE, y otra de las Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos de Giorgio Vasari, ambas abundantemente anotadas por el Greco con comentarios que permiten conocer sus ideas sobre la arquitectura y, sobre todo, la pintura. Junto a ellos, os ejemplares con obras de Jenofonte y Apiano Alejandrino también formaron parte de su biblioteca. Finalmente, se incluye una edición del tratado de arquitectura de Sebastiano Serlio con anotaciones que se le han atribuido en alguna ocasión.

La exposición se completa con tres manuscritos, nueve estampas que probablemente le sirvieron de inspiración, y cinco de sus pinturas relacionadas con su biblioteca. Es recoleta y delicada, muy sugerente. E invita a reflexionar sobre las interpretaciones tradicionales creadas en torno a su figura y su obra. Queda claro que siempre permaneció ligado a sus orígenes griegos, que intelectual y vitalmente tuvo mucha importancia en su vida la etapa italiana, y que en España se limitó a cumplir encargos de la manera más profesional y competente posible, pero que personalmente no era un místico ni un piadoso creyente, sino que probablemente seguía fiel a su religión ortodoxa. En aquel imperio español donde la religión católica era piedra angular y donde la religiosidad extrema y las tendencias místicas eran tan profundas, sigue siendo pues más misterio que nunca cómo y por qué Doménikos Theotokópoulos encarnó durante cuatro décadas la pintura religiosa más espiritual y trascendente.

También se exponen los originales de los inventarios de 1614 y 1621 realizados por su hijo, el primero al poco de morir su padre para establecer el contenido de la herencia, y el segundo al casar más de una década después como prueba de los bienes aportados al matrimonio. Está presente así mismo una carta del Greco al cardenal Alessandro Farnese de su época romana pidiéndole volver a ser admitido en su palacio donde había estado alojado casi un año. Y las nueve estampas que se exhiben, fundamentalmente obras de Cornelis Cort y de Alberto Durero, fueron referencias ineludibles para el pintor, y se exponen acompañadas de reproducciones de cuadros suyos a los que pudieron inspirar. Finalmente, entre las cinco pinturas que muestran las variadas relaciones que pueden establecerse entre los cuadros y los libros del cretense, están El soplón o La Anunciación.

Entre libros, estampas y cuadros son un total de 56 obras que los organizadores pretenden que sirvan para aproximar al visitante a lo que el Greco leyó y escribió, a sus conocimientos y a sus reflexiones como vehículo para comprender las ideas sobre el arte de la pintura que subyacen en su obra. Fue Doménikos Theotokópoulos sin duda un pintor humanista, un intelectual renacentista con una visión culta del mundo y la vida.

Las cinco secciones que vertebran el discurso expositivo reconstruyen el itinerario formativo del pintor y su consideración de la pintura como una ciencia especulativa. Mientras que el primer ámbito señala la importancia que la herencia griega tuvo para el pintor a lo largo de su vida, el segundo y el tercero recuerdan el papel fundamental que la cultura italiana desempeñó en su transformación artística. La sección más numerosa se dedica a los libros de arquitectura, que subrayan su interés por el carácter global de la arquitectura y su repercusión en la estimación de la pintura como arte liberal. La exposición termina con una breve sección sobre la imagen religiosa y muestra el libro Flos sanctorum de Alonso de Villegas, que contiene la primera mención impresa al pintor.

Se ha querido teorizar en demasía a partir de los libros que tenía en su poder Doménikos Theotokópoulos a la hora de morir, lo que puede aportarnos sobre su personalidad, su formación intelectual, sus preferencias, sus opiniones. Pero es demasiado parcial lo que nos ha quedado para poder generalizar. Tenía 130 libros, una biblioteca mediana para su época, pero considerable para un pintor, que normalmente no eran muy cultos. Era fluido en griego e italiano, y leía con más dificultad en latín y en español. Fue autodidacta, muy devoto de la arquitectura y algo filósofo.

Una contribución original e interesante a la conmemoración del cuarto centenario de la muerte de un pintor malentendido en su tiempo, olvidado durante siglos y convertido hoy en figura señera del arte occidental. Estos libros tenía al final de su vida: los leía an?, le influyeron mucho o poco?, qué pueden transmitirnos de su propietario?

OTRAS EXPOSICIONES TEMPORALES

Esta exposición temporal se completa con otras no menos interesantes. Rubens. El triunfo de la eucaristía (25 de marzo 29 de junio de 2014) presenta seis de las tablas que pintó Rubens en preparación de una serie de veinte tapices con destino al Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, encargada en torno al año 1625 por la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos españoles. Esos grandes bocetos son los usados por los ayudantes del pintor para pintar los grandes cartones en los que se basan los tapices, tejidos en seda y lana en Bruselas. Cuatro de estos tapices, que se encuentran entre los de mayor calidad que se realizaron en Europa durante el Barroco, pueden contemplarse en la exposición (Más información).

Los diseños, pintados sobre tabla, desarrollan el tema de la Eucaristía, dogma principal del catolicismo que la infanta defendía. Estos bocetos se encuentran entre lo mejor de toda la producción de Rubens, y muestran su característica expresividad y vitalidad, y su gran conocimiento de las obras de arte de la Antigedad y el Renacimiento.

Además pueden an visitarse otras temporales: la impresionante Las Furias. De Tiziano a Ribera hasta el 4 de mayo (ver nuestra reseña) y la muy original y sorprendente Historias Naturales. Un proyecto de Miguel ngel Blanco hasta el 27 de abril (ver nuestra reseña), mientras que la sección La obra invitada está dedicada a La Virgen con el Niño y ángeles, de Jean Fouquet, hasta el 25 de mayo (más información)

Todo ello hace atractiva otra visita al Museo del Prado aprovechando la inminente Semana Santa.

Aproximación a la exposición La biblioteca del Greco (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 8
Comisariado: 7
Catálogo: 8
Documentación a los medios: 8
Programa de mano: 8

Museo del Prado
La biblioteca del Greco
Del 1 abril al 29 junio
Con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España y la Fundación El Greco 2014
Comisarios: Javier Docampo, Jefe del rea de Biblioteca, Archivo y Documentación del Museo Nacional del Prado, y José Riello, profesor del Departamento de Historia y Teoría del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid
Actividades complementarias: Además del habitual ciclo de conferencias e itinerarios didácticos, se ha programado un concierto extraordinario con motivo del Día del Libro y visitas para el profesorado.
Más información.

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