La Compañía Nacional de Teatro Clásico abre a las familias con niños su recobrada sede del Teatro de la Comedia, y lo hace con este clásico inolvidable a cargo de una compañía vasca que demuestra su veteranía y buen hacer con una versión original, profesional y adecuada, que agudiza el ingenio de los pequeños y satisface las exigencias de los grandes.
Respeta el texto de Charles Perrault, que vivió en el siglo XVII e inauguró la literatura infantil con historias tradicionales actualizadas a su época, historias tan universales como El gato con botas, La bella durmiente, Cenicienta o Caperucita Roja. Y lo respeta haciendo Iñaki Ricarte lo que hizo Perrault hace tres siglos, recreando la situación dramática, esta vez a través de la relación de un hijo adulto con su padre anciano y frágil, quienes desde un hogar de hoy reconstruyen el cuento de ayer.
Los niños deben esforzarse porque la dramaturgia no es la típica y tópica. El padre hace consecutivamente de sí mismo, de Pulgarcito, de Ogro, y el hijo por su parte interpreta a la mujer del ogro y también a Pulgarcito y sus hermanos. Por eso se aconseja vivamente que no acudan menores de seis años. Pero los niños agradecen cuando no les toman por tontos, cuando desafían y estimulan su inteligencia -más viva y rápida que la nuestra- como en este montaje de teatro dentro del teatro, de dormitorio normal trasmutado en bosque umbrío o guarida de criatura legendaria, sin más recursos que la imaginación y la magia del teatro. Así se construyen aficiones, así se hacen futuros y sensatos espectadores del buen teatro.
Los mayores, además, no son olvidados y sometidos a la tortura de esos espectáculos infantiles tontilones, descuidados y vulgares, y pueden seguir la trama con interés y sin cansancio, incluso con la alegría secreta de recordar historia tan impresionante que tenían olvidada. Porque Pulgarcito como todos los cuentos clásicos tiene detrás mucha tela que cortar, plantea asuntos an conmovedores en nuestra sociedad del espectáculo (del espectáculo sensacionalista y truculento, sobre todo) y deja interrogantes eternos y mensajes certeros para valorar más lo que tenemos, para reavivar sentimientos básicos que a menudo sepultamos en el fondo de nuestro ánimo.
La trama apenas tiene desmayos salvo un final algo confuso; el texto es bueno; la duración, pertinente; la puesta en escena, a la altura del buen teatro para mayores, con una iluminación de notable presencia y con adecuada solvencia del resto de los recursos escenográficos; y los dos intérpretes, por ltimo, mantienen el adecuado pulso de un teatro infantil sin artilugios infantiloides (al parecer se alternarán dos repartos). El director saca partido suculento a recursos elementales, y es destacable la conversión de una maleta en dormitorio infantil y de un armario en exteriores e interiores alternativos de mucho juego escénico.
En definitiva, acierto de la CNTC para estas fechas, acierto de la compañía Teatro Paraíso, con 38 años de existencia, y acierto de Iñaki Rikarte, director con anterioridad de media docena de obras infantiles. En el estreno de ayer el lleno fue completo, el ambiente inmejorable y los aplausos al final muy generosos. El asesor infantil que nos acompaña habitualmente en estas lides dictaminó con su juiciosa autoridad que le había gustado mucho y dio prueba abundante de ello durante toda la función. Así que por una vez, todos contentos.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 8
Texto, 8
Dirección, 8
Interpretación, 7
Escenografía, 7
Producción, 8
Programa de mano, 8
Documentación a los medios, 8
CNTC
Teatro de la Comedia
Pulgarcito, de Charles Perrault
Dirección y dramaturgia: Iñaki Rikarte
Producción Teatro Paraíso
Reparto:
Tomás Fernández/Aitor Fernandino
Ramón Monje/Peio Arnáez
Composición musical: Iñaki Salvador
Iluminación: Esteban Salazar
Escenografía y vestuario: Ikerne Giménez
Composición musical: Iñaki Salvador
Luz y sonido: Kandela Iluminación
Fotografía Aitor Audicana
Realización de escenografía Eskenitek.
Si (
No(
