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Jo, qué noche
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Jo, qué noche

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
viernes 08 de septiembre de 2017, 01:00h

Otra Noche Perfecta es un conjunto de historietas urbanas sin más identidad que pasarse de rosca con ocurrencias truculentas y vocabulario lo más soez posible. Podría verse si llegara acompañada de una puesta en escena y una interpretación decentes, pero realmente no es el caso. An aplicando todos los eximentes que aplicamos a los que empiezan, a las compañías y autores noveles que trabajan en pequeñas salas, no podemos suscribir esta propuesta.

Y eso que Ramón Paso, prolífico nieto de Alfonso Paso y bisnieto de Enrique Jardiel Poncela, tiene a las espaldas unos cuantos montajes ya, y la compañía PasoAzorín Teatro, ídem de lienzo. Otra noche perfecta antes se llamó Cosas que nos preocupan por la noche, y debe proceder en parte de El síndrome de los agujeros negros, también colección de historias cortas. Podría citarse la famosa peli Jo, qué noche (Martin Scorsese, 1985) como referencia lejana.

Unas jóvenas ebrias se refugian en un tanatorio huyendo de la lluvia y es un antiguo conocido el muerto que nadie vela; un jóveno divorciado y una procaz jovenzuela coinciden en una avería del metro; otra jóvena borracha se lleva a dos amiguetes al cementerio porque quiere mear en la tumba de su hermana; jóveno marica (así dicen) y jóvena rasposa han decidido matar al padre porque les da mucho trabajo cuidarlo; jóvena alcohólica vive atormentada por el recuerdo de la hija que mató en accidente de tráfico. Y todavía faltaba alguna historia cuando decidimos con mucho dolor de nuestro corazón ausentarnos de la sala.

Ramón Paso se muestra ufano de que la obra que se ríe de las cosas serias de las que no hay que reírse, del suicidio, del amor, de la redención, de la muerte, de los asesinatos descuidados. Una tragicomedia sobre esas pequeñas transgresiones que alguien se podría atrever a cometer, por la noche, cuando nadie le ve. Es, en definitiva, una mirada intencionadamente sincera al ser humano. Sinceridad no es sadomasoquismo social ni presentar la vida como un cubo de basura. Falta equilibrio, iba a decir madurez. El autor se gana la vida en el infame oficio de los guionistas de teleseries que al menos en España han sido y son una plaga culpable de muchos de nuestros defectos, especialmente la falta de sentido estético, el desprecio por la buena educación, la carencia de idealismos y la proliferación de mentes ancladas en el materialismo más romo, incapaces de sentir un atisbo de sentimientos. Y la obra resulta muy contagiada por esta visión del mundo, que es simple ceguera voluntaria.

Y sobre este texto plagado de chistes malos, lugares comunes, diálogos chispeantes e incitaciones a la risotada, -pero que sin embargo podría aceptarse como mal menor si llegara mejorado por una dirección creativa-, se encabalga una puesta en escena desangelada que encadena historias moviendo un banco, poniendo msicas sin ton ni son, y dejando al elenco con el mismo vestuario espantoso de inicio a fin. Y una dirección actoral, nefasta, basada en gritos siniestros, empujones continuos, ademanes violentos, gesticulaciones de parvulario y soniquetes forzados. Únicamente Guillermo López-Acosta parece una persona. Y eso que con un equipo tan corto y una producción tan birria, el director cuenta ni más ni menos que con tres ayudantes de dirección.

Sentimos muy mucho ser tan críticos, pero la propuesta no cumple los mínimos exigibles en nuestra discutible -por supuesto- opinión, que puede muy bien no coincidir con la suya si se anima a acercarse a la sala y centro cultural El Montacargas (por cierto no le vimos, lo han quitado?). Va a cumplir un cuarto de siglo instalada en un encantador edificio de tres plantas que fue fábrica de caramelos, en una zona que debería haber mejorado mucho con el Madrid-Río pero que todavía espera su momento. En la planta baja tiene bar y programa msica, café-teatro, cabaret, exposiciones de pintura y fotografía. La segunda planta es el teatro, con capacidad para 50 espectadores. Y el tercer piso se dedica a escuela teatral, cursos, reuniones y talleres. Merece la pena conocerla.

Sala El montacargas (Antillón, 19 metro Puerta del ngel)
Otra noche perfecta (Cosas que nos preocupan por la noche)
PasoAzorín Teatro

Dirección y texto: Ramón Paso
Reparto: Ana Azorín, Inés Kerzan, Guillermo López-Acosta, ngela Peirat, Elisa Pelayo, Vicent Soler
Producción ejecutiva, espacio escénico y vestuario: PasoAzorín Teatro
Iluminación: Pilar Velasco
Dibujo: Edu Pelayo
Diseño gráfico: Ana Azorín
Ayudantes de dirección: Blanca Azorín, Elisa Pelayo, Daniel San Miguel

7, 14, 21 y 28 de septiembre a las 2030
Entrada: 12.

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