Estamos ante un clásico de la literatura en lengua inglesa, hasta tal punto que resulta difícil encontrar en su país quién no la haya leído o visto en su docena de versiones cinematográficas y televisivas. Esta versión teatral es admirable y permite a Carme Portaceli y Ariadna Gil subirse al podio de la temporada.
Pero como en España la novela es menos conocida recordemos que Jane Eyre es una huérfana recogida por su tío que al morir queda en manos del malvado trato de su viuda y sus hijos que terminan por encerrarla en un orfanato
donde su afán de superación y su inteligencia natural consiguen que al llegar a los 18 años y abandonar la institución encuentre trabajo como institutriz en Thornfield Hall, encargada de la educación de Adèle, la hija del señor Rochester, con el que establece una relación amistosa entre iguales que lleva a ambos a enamorarse uno del otro. Pero cuando tras diversas peripecias van a casarse se descubre que Rochester está casado con una mujer enloquecida a la que mantiene encerrada en la casa. Jane huye y a punto de perecer de hambre y frío un sacerdote la acoge y la joven comienza a trabajar como maestra; con el paso de los meses el religioso le propone marchar con él a la India, proponiéndola un matrimonio de conveniencia. Pero Eyre siempre guiada por su saber escuchar la voz interior vuelve a Thornfield, que es una ruina incendiada por la esposa antes de suicidarse en una tragedia de la que Rochester ha quedado ciego. Ella lo va a buscar y deja brotar de nuevo el intenso amor que le tiene. Se casan. Son felices. Y con el tiempo él recupera la vista y tienen un hijo.
Una gran novela romántica que no puede sino seguir conmoviendo a quienes conectan con ese sentimiento imperecedero, an vivo a pesar de dos siglos de sepultamiento. La versión de Anna María Ricart es extraordinaria, sucesión alternada de escenas recreadas y extractos que los engarzan. La calidad del texto es deslumbrante precisamente en una descripción de los sentimientos que se adelanta a D.H.Lawrence y otros grandes de la literatura británica.
Carme Portaceli dirige a nuestro entender una obra maestra. En serio: de lo mejor visto en muchos años. No sabe uno por donde empezar describiendo sus cualidades, si por una puesta en escena de apariencia corriente a la que el movimiento original de los actores, la exquisita msica y los preciosos efectos audiovisuales convierten en un imán mágico, misterioso e hipnótico, si por el perfecto engranaje interpretativo de un reparto magnífico, o si simplemente celebrando que las dos horas de espectáculo resulten inolvidables y causen una impresión emocional e intelectual de las que de vez en cuando salvan al teatro y nos hacen adictos irrecuperables.
Ariadna Gil hace el papel de su vida. Lo vive, se lo cree, lo interpreta de una forma maravillosa: Nunca había tenido un personaje tan difícil ni me había costado tan poco emocionarme en el escenario, con esa sensación extraña de ver cómo me ha hecho mejor. Ves cual es el sitio de las cosas y a qué debes dar importancia. Te enseña una forma de vivir diferente y a ser auténtica. Pero de Abel Folk no podemos decir menos, ni de todos y cada uno de los otros cinco actores, a su altura sin bajar un centímetro, recreando unos personajes de novela, precisamente, de buena novela, personajes de los que ya no hay prácticamente en el teatro de ahora.
Iluminación, vestuario, caracterización, coreografía y sonido forman un todo que llamaríamos perfecto si no diera miedo y no supiéramos que la obra perfecta no existe. Las dos jóvenes msicos protagonizan un verdadero do concertante que nos gustaría poder oir un día con la atención necesaria. Está producción del Teatre Lliure nos dejó boquiabiertos, lástima de no disponer de más detalles de la misma.
Digamos de pasada que en 2010 y 2011 fue también llevada al teatro en Dublín por Michael Colgan y que oyra versión lleva un mes programada en un teatro de Seattle.
Con todo lo dicho y lo que podríamos añadir se deduce que estamos ante algo especial. En la noche del viernes, el estreno consiguió paralizar a ese pblico de invitados distraídos que vienen a un acto social y a aplaudir lo que les ponga. Al término, la emoción se notaba en la sala, las ovaciones sonaban sentidas, los aplausos no cesaban con buena parte del pblico de pie y a más de uno le pugnaban lágrimas de agradecimiento y de alegría.
Jane Eyre es un canto a las personas valientes que defienden lo que es justo contra viento y marea y al mismo tiempo gozan de buen corazón. Ser independiente de criterio y altamente sensible es un cóctel explosivo que trae problemas pero del que un ser humano puede sentirse orgulloso. Por encima de las circunstancias temporales, si eres una o un Jane Eyre sabrás escoger y siempre acertarás.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 10
Versión, 9
Dirección, 9
Puesta en escena, 9
Interpretación, 9
Producción, 9
Documentación para los medios, 7
Programa de mano, 7
Teatro Español Sala Principal
JANE EYRE, UNA AUTOBIOGRAFÍA
A partir de la novela de Charlotte Brontë
Adaptación Anna Maria Ricart
Dirección Carme Portaceli
Del 5 al 21 de octubre de 2018
REPARTO
Jordi Collet
Gabriela Flores
Abel Folk
Ariadna Gil
Pepa López
Joan Negrié
Magda Puig
MÚSICA
Alba Haro (violonchelo)
Clara Peya y Laila Vallés (piano)
EQUIPO ARTISTICO
Versión Anna María Ricart
Diseño de Luces Pedro Yage
Escenografía Anna Alcubierre
Vestuario Antonio Belart
Caracterización Toni Santos
Iluminación Ignasi Camprodon
Coreografía Ferrán Carvajal
Audiovisuales Eugenio Szwarcer
Sonido Igor Pinto
Msica Original Clara Peya
Ayte de Dirección Judith Pujol
Ayte de Vestuario Maria Albadalejo
Ayte de Escenografía Judit Colomer
Dirección Carme Portaceli
Una producción del Teatro Lliure
De martes a sábado 20h. Domingos 19h.