El Museo Reina Sofía presenta la mayor retrospectiva que sobre el artista italiano Alighiero Boetti (1940-1994) se ha organizado hasta el momento y la primera que se realiza en España. La muestra alighiero boetti. estrategia de juego abarca toda la trayectoria de quien nos es presentado como una de las figuras más fascinantes e influyentes de la segunda mitad del siglo XX. Ha sido preparada conjuntamente con la Tate y el Moma, y esto ya de por sí supone un jalón importante en la proyección internacional de la institución española. Dicho lo cual, Boetti apenas aporta algo más que referentes históricos para los especialistas. Las preguntas a estas alturas son ya viejas y las respuestas, bienintencionadas y hasta inocentes.
Fue Alighiero Boetti un artista dedicado a transformar materiales sencillos, seriados, industriales, en supuestas obras de arte para ser expuestas: propuestas de complejidad conceptual, visual y estética cuyo prestigio ha crecido en las dos décadas transcurridas desde su fallecimiento. Pionero en el interés por las instalaciones, gustó de hacerlas simples, con materiales sencillos, para reflejar la relación dialéctica entre elaboración y presentación. Posteriormente su obra se fue diversificando hasta llegar al mail art, las prácticas conceptuales, el bordado y el
tapiz. Sus creaciones escapan de cualquier clasificación convencional. Boetti fue un artista inquieto,y practicó las felici coincidenze, el arte dentro del arte que rinde pleitesía al azar y al destino. Sus felices coincidiencias son las concomitancias significativas de Carl Jung, un factor cada vez más presente en nuestro mundo a medida que aumenta la globalización.
En Afganistán, en la década de los setenta, encontró inspiración y refugio siguiendo los pasos de un antepasado suyo, Giovan Battista Boetti, que en siglo XVIII se convirtió al Islam en un viaje a Constantinopla. Encargaba a las bordadoras afganas plasmar sus ideas. Ejercía levemente de diseñador, de teórico, de maestro de un taller con operarios a distancia. Un artista curioso porque no ejecutaba sus obras sino que encargaba la realización de sus elucubraciones a ayudantes y artesanos. Su pensamiento creativo contenía varios principios de dualidad: norma y excepción, lógica e indeterminación, orden y desorden, singularidad y multitud, similitud y diferencia, clasificación y desbordamiento. El título de la exposición, Estrategia de Juego, quiere tener en cuenta estas dualidades pero refleja el aspecto menos interesante de las mismas. Hacía series porque vivía en un mundo manufacturado donde los objetos ya no eran nicos, donde el artista ya no era excepcional, donde las propuestas ya no podían ser unilaterales.
Su mayor aportación es esta respuesta mltiple, esta respuesta formada por series variables donde pequeñas modificaciones alteran el conjunto. No hay ya discursos que aguanten Facebook. Aunque debajo del fragor esté la playa. Trabajó con una amplia gama de herramientas, técnicas y materiales: papel, plexiglás, yeso, cristal, aglomerado, madera, tela No constituían nicamente un medio, sino un fin en sí mismos. Experimentar, hacer arte para después del arte.
Boetti es uno de los artistas más destacados de la corriente del arte povera, que surgió en su Turín natal y cuyo término fue acuñado por el crítico Germano Celant en 1967. Sin embargo, dos años más tarde se desvinculó de ese movimiento con rotundidad, criticando duramente la etiqueta, como tantos colegas siempre reacios a las clasificaciones de periodistas y estudiosos.
La exposición arranca con su obra temprana, donde se podrá ver Ping Pong (1966), compuesta de dos cajas que flanquean la puerta de acceso a la sala y se iluminan alternativamente; o Colonna (Columna, 1968), realizada con hierro y papel. De los ltimos años sesenta también se presenta una de sus obras más célebres, Manifesto (1967), serie de carteles impresos que consistían en una lista de dieciséis artistas relacionados con el arte povera. Junto a cada uno de los nombres aparecen unos símbolos que insinan codificar las relaciones entre los miembros del grupo, aunque no existe un código que permita descifrarlos.
Más adelante se hallan expuestas Emme i elle elle e Millenovecentosettanta (Mil novecientos setenta), de 1970, una de las varias piezas de madera lacada que realizara; incisiones y graffiti de la segunda mitad de los sesenta, como I VEDENTI (Los Videntes,1967) o Scrittura graffita (Escritura esgrafiada, 1968), realizadas sobre cemento o yeso; y los lavori biro, hechos con bolígrafo con amigos y conocidos, con títulos como aelleigiaccaeieerreobioetitii (1973) o Mettere al mondo il mondo a Roma nella primavera dellanno mille novecentosettantotto pensando a tutto tondo (Traer al mundo el mundo en Roma en la primavera del año mil novecientos setenta y ocho pensando en todo, 1978).
En una sala dedicada a la idea del tiempo en la obra del artista, se recogen LAlbero delle ore (El rbol de las horas), realizado en 1979 sobre tejido, o el Calendario, un trabajo que se prolongó de 1974 a 1994 y se compone de 17 paneles de papel. También Lampada annuale (Lámpara anual), que consiste en una bombilla que, colocada en una caja de madera, se enciende nicamente durante once segundos al azar cada año.
Las siguientes salas dan cuenta de los primeros trabajos, entre ellos su obra
epistolar: Los Viaggi postali (Viajes postales), iniciados en 1969, una serie de cartas que Boetti enviaba a amigos y conocidos utilizando direcciones inventadas, creando así una red conceptual alrededor del mundo que conectaba al artista y a sus allegados, indagando en las posibilidades del sistema postal como medio de creación.
Otra serie de su producción es Tutto (Todo), dos tapices de gran formato que Boetti realizó en los ltimos años de su vida (1989, 199293 y 1994), donde el artista diseñó campos de formas y objetos imbricados, ejecutados con gran profusión de color. También se incluyen los Aerei (Aeroplanos, realizados entre 1978 y 1989), grandes paneles hechos a bolígrafo o acuarela sobre papel donde pequeños aviones surcan el cielo azul. Ordine e disordine (Orden y desorden), completado en 1973, consiste en un centenar de tapices elaborados con letras de colores que el artista entregaba a bordadoras afganas y pakistaníes para que eligieran su composición final.
Para el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, no fue un conceptual ortodoxo y siempre introducía en sus seriales aleatorios un toque inadecuado, un elemento que no encajaba y marcaba la ironía de la propuesta. La marca arte povera se quedó pequeña y estrecha para una generación de artistas italianos que gozan hoy día de mucho predicamento: en su país coexisten en estos momentos hasta cinco exposiciones dedicadas al movimiento. Lynne Cooke, subdirectora del Museo desde 2008, que ha representado al Reina en el trabajo conjunto con la Tate y el Moma, habló en inglés para decir bien poco. El catálogo publicado por las tres instituciones implicadas en el proyecto incluye 140 imágenes, y ensayos de los otros dos comisarios, Mark Godfrey y Christian Rattemeyer.
Tiene algo de patético el deambular de Boetti por la cartografía de este planeta. La selección de su serie Mappa, realizada entre 1971 y 1994, es sin duda su trabajo más celebrado. Se trata de un conjunto de bordados realizados a mano en colaboración con artesanos de Afganistán y Pakistán, países, especialmente el primero, con los que Boetti mantuvo una estrecha relación y a los cuales viajó en repetidas ocasiones. Estos bordados de gran formato
alguno llega prácticamente a los tres metros por seis reproducen mapamundis en los que la extensión de cada uno de los países está cubierta por su propia bandera. Boetti diría, a propósito de esta serie, que el mapa bordado le parecía la más alta forma de belleza.
Pero la cartografía de Mercator, que Boetti usó prioritariamente, así como las posteriores de Van der Grinten y Robinson con las que quiso enmendarse, han quedado ya obsoletas. Al parecer concedían más extensión a los países más poderosos, el Occidente capitalista fundamentalmente, en detrimento del pobre Tercer Mundo. Toda una metáfora de la caducidad meteórica de la mayor parte del arte de nuestros días. Boetti creía en el pensamiento como el sexto sentido, y dentro del mismo, en su faceta intuitiva más que en la racionalista. Su evolución es presentada con un despliegue fabuloso de espacio en toda una planta del Museo. Obliga a andar mucho, y luego a desandar con bastantes probabilidades de perderse. Probablemente, le habría gustado. Hoy tendría 71 años.
Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 6
Despliegue: 7
Comisariado: 7
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Edificio Sabatini, 3 planta
alighiero boetti
estrategia de juego
4 de octubre 2011 5 de febrero de 2012.
ORGANIZACIÓN: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Tate Modern, Londres y The Museum of Modern Art, Nueva York
COMISARIOS: Lynne Cooke, Mark Godfrey, Christian Rattemeyer
COORDINACIÓN: Soledad Liaño
ITINERARIO: Tate Modern (Londres) (28 febrero 27 mayo 2012)
The Museum of Modern Art (Nueva York) (26 junio 1 octubre 2012)
ACTIVIDADES PARALELAS: 5 octubre, 19.30h. Auditorio del Edificio Sabatini
Encuentro con Lynne Cooke, Robert Lumley y Christian Rattemeyer.