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Evolución frente a revolución
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Evolución frente a revolución

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
domingo 20 de octubre de 2013, 01:00h

Mientras tantos diletantes y desinformados juegan a ser revolucionarios repitiendo ideas obsoletas, métodos anticuados y propuestas que se han demostrado mil veces falsas, Carter Phipps ha estudiado a fondo a un puñado de filósofos, científicos y místicos de entre lo más granado de los iconos del Movimiento Nueva Era, ha constatado en ellos planteamientos y concepciones similares, y ha sintetizado su esencia en una palabra: Evolucionarios, revolucionarios de nuevo cuño que partiendo de la idea de la evolución proponen una nueva visión del mundo, de la historia de la humanidad y del futuro que podemos y debemos forjarnos. Evolucionarios que aplican la teoría de la evolución a la psicología y la política, a las cultura y la religión. Evolucionarios que ven un sentido en el devenir humano, lo contemplan en una amplia escala temporal y lo ven como el camino seguro para progresar en vez de propugnar cambios radicales o terremotos drásticos.

Cuando escuchamos hablar de evolución, todos pensamos en fósiles, simios, Darwin y Dawkins. Pero la idea de evolución es mucho más profunda y amplia. En la actualidad, un movimiento de científicos, filósofos y pensadores espirituales visionarios a los que Carter Phipps llama evolucionarios está forjando una nueva visión de la evolución que reconoce la importancia de la ciencia, remodela la cultura y actualiza de forma radical la espiritualidad. El libro despliega el potencial espiritual de la que cree que es la idea más importante de la ciencia, un avance tan importante como el que fueron la rueda o la escritura.

Analizando la confluencias de las ideas de Teilhard de Chardin, Ken Wilber, Sri Aurobindo y otros destacados personajes del siglo paasado, tiende un puente entre ciencia y espiritualidad, y presenta una introducción asequible a las ideas que están fecundando el salto evolutivo imprescindible para superar la crisis sistémica actual, iluminando incógnitas del pasado y ampliando el horizonte previsible de nuestro futuro.

Carter Phipps fue editor de la revista Enlighten-Next (ya desaparecida) y vive en Massachusetts. Parecería, escribe en la introducción, que el debate sobre la Evolución es una guerra entre facciones irreconciliables, entre quienes ven, en el mundo natural, la expresión de una inteligencia divina y quienes solo ven manifestaciones y procesos impersonales de una materia despojada de todo significado. Cabría concluir, si atendiésemos exclusivamente a los titulares de los periódicos, que vivimos en un mundo en el que Dios y la Evolución son mutuamente excluyentes.

Pero no sería así pues el 91% de los estadounidenses cree en Dios y el 50% acepta la teoría científica de la evolución. Basta con hacer cuatro cálculos para darnos cuenta de que la imagen en blanco y negro de una nación polarizada que nos presentan los libros y revistas que se amontonan en los estantes escamotea el amplio abanico de matices que separan ambos extremos. Y, como pone de relieve la investigación que, al respecto, he llevado a cabo en la ltima década, no solo estamos hablando de un amplio abanico de grises, sino de un rico y multicolor arcoíris.

El trabajo en EnlightenNext -explica- me permitió conocer y entrevistar a algunos de los líderes espirituales más interesantes y a los científicos más brillantes de la actualidad, y conocer cuál era su visión sobre muchas de las cuestiones más importantes relativas a la cultura humana. También entonces aprendí que la evolución no es tanto el trazo en la arena que separa los territorios de la ciencia y de la fe como el puente que los conecta.

El viaje que me llevó a la elaboración de este libro -contina- fue lo que el autor Steven Johnson denomina un presentimiento lento, es decir, una revelación gradual que unifica muchas intuiciones y descubrimientos importantes. A medida que fui entrevistando a muchos individuos que estaban abriendo nuevos caminos en los campos de la ciencia, la espiritualidad, la filosofía, la psicología y hasta la religión tradicional, me di cuenta de que todos ellos compartían un tema fundamental, la evolución. Todos ellos se inspiraban en la revelación de la ciencia de nuestra historia biológica y cósmica y esgrimían explícitamente, en algunos casos, la noción de evolución como nueva forma de dar sentido a la vida en el siglo XXI. Y, aunque esta inspiración haya inclinado a algunos hacia el secularismo y el humanismo a la vez que orientado a otros hacia el panteísmo o incluso el teísmo, todos ellos compartían, a la hora de interpretar sus respectivos campos, el mismo contexto evolutivo. Finalmente reconocí que estábamos asistiendo al nacimiento de una nueva visión filosófica y espiritual del mundo. Esa visión es respetuosa con la ciencia y se formula cuestiones relativas al objetivo y el significado de un cosmos que se halla en continuo cambio. Y, aunque esta visión haya aflorado lentamente, en nuestra cultura, a lo largo de los ltimos dos siglos, lo cierto es que, en las ltimas décadas, lo ha hecho con renovado brío.

Mi intención original, que formulé en un artículo, era la de descubrir lo que yo llamaba el debate real de la evolución, es decir, las visiones científicas, filosóficas y metafísicas que están obligándonos a redefinir la naturaleza del proceso evolutivo y repensar el modo en que habitualmente respondemos a las preguntas de siempre: De dónde venimos?, Quiénes somos? y Hacia dónde vamos? Y, en la medida en que fui dejando atrás los titulares extremos, descubrí un mundo extraordinario en el que las ideas convencionales sobre ciencia y religión están patas arriba y donde científicos, filósofos y teólogos están buscando un modo más adecuado de avanzar entre lo que, en cierta ocasión, Plutarco describió como el estrecho sendero que discurre entre el precipicio de la impiedad y la ciénaga de la superstición.

La evolución es una de esas ideas innovadoras capaces de eterminar las corrientes de nuestro Zeitgeist cultural, aunque solo sea por el hecho de que sus raíces se asientan profundamente en nuestra visión de la realidad. No es exagerado decir que el modo en que pensamos en la evolución influye poderosamente en el modo en que entendemos la vida, el universo y, en suma, todo. Por ello constituye un pilar esencial en nuestro intento de presentar una nueva visión que satisfaga las exigencias del siglo XXI. Y no soy el nico en sostener esta convicción. Este libro concita un ecosistema, tan diverso como interconectado, de teóricos, investigadores, maestros y filósofos que, cada uno a su modo, contribuyen a este importante proyecto cultural. Confío en que, a medida que vayan perfilándose los contornos de esta visión evolucionaria del mundo, descubriremos respuestas nuevas y creativas a los retos que, en este mundo complejo y cambiante que hemos heredado, nos depara la vida. El modo en que pensamos en la evolución es esencial para el tipo de visión que tenemos de nuestro futuro colectivo. Configura nuestra comprensión de quiénes somos, de cómo hemos llegado hasta aquí y de cuál es el papel que, en la creación del mundo de mañana, nos corresponde. No existe, frente a los retos sin precedentes que nos imponen la globalización, la amenaza medioambiental y la disonancia cultural, nada más apremiante. Y lo más paradójico es que el debate sobre nuestro origen constituye también un referéndum cultural sobre nuestro futuro.

Carter Phipps divide su libro en cuatro apartados que describen su objetivo: reexaminando la evolución, reinterpretando la ciencia, recontextualizando la cultura, y reimanginando el espíritu. Entre sus apartados, asuntos tan sugerentes como
Cooperación: Un cosmos sociable, La evolución de la consciencia: La historia interior, La espiritualidad evolucionaria: Una nueva orientación, La evolución de la iluminación, o Un Dios en evolución.

Resulta sintomático del desprestigio actual de la etiqueta New Age, el que Phipps no la cite ni una sola vez en su libro. A nadie le gusta que le incluyan en movimiento tan atrabiliario, confuso, heterogéneo y bastante desprestigiado, pero lo cierto es que estando integrado por un pblico a menudo tan desinformado como bienintencionado, tuvo una gran presencia a finales del siglo pasado, y si bien ya no es tema preferente para los mediosde comunicación, sigue presente en la vida social en un discreto segundo plano pugnando por el surgimiento de un nuevo paradigma del que este libro es un eslabón.

Quizás el Evolucionismo no sea el talismán que asegura Phipps ni una novedad tan notable, teniendo en cuenta que ya parte de los presocráticos pueden considerarse evolucionistas en sus planteamientos, tal como Demócrito y su río en cuyas aguas uno no puede bañarse dos veces seguidas. Pero es una original manera de presentar un abanico de ideas inspiradoras que podrían articular una alternativa para superar esta prolongación angustiada del siglo XX en que vivimos y entrar de lleno en un más despejado tercer milenio.

Editorial Kairós
Evolucionarios. El potencial espiritual de la idea más importante de la ciencia
Carter Phipps (www.carterphipps.com)
Traducción: David González Raga
PVP: 19,50 euros
Tamaño: 13 x 20 cm
Páginas: 496
Colección: Ensayo
ISBN: 978-84-9988-308-3

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