Escuchar el tañido nostálgico y conmovedor de esa antepasada de la guitarra llamada vihuela, es bien difícil en estos días. En el siglo XVI el gran imperio de entonces -ya saben, aquel en el que no se ponía el sol- la convirtió en su instrumento favorito y se escribieron páginas de belleza extraordinaria cuyo rescate está en marcha. El recital del sábado pasado en el Real Coliseo de Carlos III de El Escorial -el nico teatro de corte que se conserva en activo en España y uno de los auditorios más hermosos de la Comunidad- fue un momento emocionante. Un breve refugio confortable en ese limbo entre el cielo y la tierra que es la msica.
Inauguraba así José Miguel Moreno (Madrid, 1955), conocido solista de instrumentos históricos de cuerda pulsada, la segunda edición de un ciclo instrumental que este año quiere superar los buenos momentos con que se inició el año pasado. El concierto estaba dedicado a la evolución de la guitarra española desde la publicación del primer libro de vihuela (1536) hasta las obras barrocas de G. Sanz. Una oportunidad para escuchar dos instrumentos tan diferentes entre sí, la vihuela, sobria e íntima, y la guitarra barroca, luminosa y brillante, ambos construidos segn modelos de la época.
Moreno prefiere la vihuela -así lo dijo claramente- y el concierto comenzó con ella y con ella llenó sus dos terceras partes, encontrando momentos cautivadores con La canción del emperador de Luis de Narváez (la melodía favorita del emperador Carlos) y terminando con un despliegue de piezas debidas a Alonso de Mudarra (1510-1580), el más conocido de los maestros vihuelistas y probablemente el mejor de todo el repertorio que ha sobrevivido hasta nuestros días. Mudarra forma parte junto con Luys de Milán, Enríquez de Valderrábano, Esteban Daza, Diego Pisador, Miguel de Fuenllana y Luis de Narváez del grupo de los siete vihuelistas españoles del siglo XVI cuya obra ha llegado hasta nosotros. La vihuela alcanzó su máximo esplendor en la Península Ibérica durante el siglo XVI, en ambiente cortesano y bajo el amparo de las capillas musicales de reyes y nobles. Su ámbito no quedó reducido a la península, teniendo en cuenta los continuos viajes de los reyes Carlos I y Felipe II (y, consecuentemente, sus capillas musicales) por toda Europa, y el instrumento también cruzó el océano y llegó al Nuevo Mundo.
A la vihuela sucedió en la velada que comentamos, y en el orden debido de continuidad, la guitarra barroca, tan misteriosa an frente a la evolución posterior del instrumento, tan refinada y discreta. Aquí, tras introducirnos piezas de Guerau y Martín i Coll, nacidas a caballo de los siglos XVII y XVIII, llegó un largo muestrario del repertorio del conocido maestro aragonés Gaspar Sanz, de nombre real Francisco Bartolomé Sanz Celma, autor de Instrucción de msica sobre la guitarra española y métodos de sus primeros rudimentos hasta tañerla con destreza, que ampliaría más tarde dos veces a lo largo de sus siete ediciones, tratado fundamental en la historia del instrumento.
Buena parte del contenido seleccionado para el recital ya lo incluía Moreno en su exitosa grabación La Guitarra Española (1536-1836), de la que se han vendido más de 30.000 copias. Otros registros suyos han explorado el mundo sonoro del Quijote, o las msicas en la época de Velázquez. Ha grabado también, junto a su hermano Emilio y La Real Cámara, los Quintetos con guitarra de Boccherini, y más recientes son los álbumes dedicados a John Dowland y Luys Milán. Todos recibidos con elogios (y premios) por la crítica internacional. Conciertos, clases magistrales y conferencias lo han llevado por el mundo, y recientemente ha abordado la Fantasía para un gentilhombre de Joaquín Rodrigo.
Algunos dicen que ha marcado un antes y un después en las recreaciones vihuelísticas del repertorio renacentista español. Otros citan a Hopkinson Smith. En cualquier caso, nos regaló ochenta minutos -incluidos dos bises- de gran emoción. Buen comienzo del ciclo Bajo el cálido sol de septiembre. Hemos conjugado la juventud de algunos intérpretes, con carreras an cortas, pero brillantes y la solidez de grandes maestros. Recuperar el patrimonio musical europeo y español, potenciar a jóvenes intérpretes y rendir tributo a los grandes especialistas, son los objetivos. Un escenario desnudo y un solo instrumento, msica en estado puro, dicen sus organizadores.
Real Coliseo de Carlos III
Bajo el cálido sol de septiembre
Ciclo de grandes intérpretes instrumentales
Sábado 7 de septiembre de 2013 / 20:00 h.
LA GUITARRA ESPAÑOLA: 1500-1700
200 años de historia
José Miguel Moreno, vihuela y guitarra barroca.
Obras de C. de Sermisy, D. Pisador, A. Mudarra, G. Sanz
| (1 hora y 10 minutos, sin descanso).
Programación restante
BAJO EL CLIDO SOL DE SEPTIEMBRE
CICLO DE GRANDES INTÉRPRETES INSTRUMENTALES
Entradas: De 10 a 15 euros
Sábado 14 de septiembre, 20:00
Violín solo, sólo violín
David Plantier, violín
Domingo 15 de septiembre, 19:00
Vaya de fiesta y de baile!
Danzas y diversiones para saraos, tabernas y palacios (España, siglos XVII-XVIII)
Manuel Vilas, arpa
Sábado 21 de septiembre, 20:00
De la basílica de San Petronio de Bolonia al palacio de Kthen
La evolución del repertorio para violoncello solo en el Barroco
Josetxu Obregón, violoncello
Sábado 28 de septiembre, 20:00
Scarlatti y Soler: dos maestros del clave en España
Nicolau de Figueiredo, clave
Domingo 29 de septiembre, 19:00
En el nombre del Padre
Yago Mahgo, fortepiano
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