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'House', una casa en Jerusalén
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'House', una casa en Jerusalén

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
sábado 26 de abril de 2025, 20:34h
El terrible conflicto generado a partir de la creación del estado de Israel, simbolizado en la historia de una casa y sus sucesivos ocupantes. Amos Gitai implora reconciliación reconstruyendo las vidas de sus inquilinos palestinos e israelíes, árabes y judíos. Una propuesta de enorme valor intelectual en una puesta en escena memorable. Una producción maravillosa en la que las piedras son testigos verídicos de los sufrimientos e ilusiones de un despliegue impresionante de personajes.
Gitai es el más conocido cineasta israelí. A partir de su trilogía documental –House (1980), A house in Jerusalem (1997) y News From Home / News From House (2005)- ideó esta alegoría hace dos años sin prever -o quizás intentando evitarlo- el inmenso horror que se desencadenaría seis meses más tarde en esas tierras y que aún prosigue ante la impotencia del mundo entero. En el escenario, y cuando sus últimos propietarios están sometiendo a la edificación a la enésima rehabilitación de su siglo de existencia, van surgiendo entre los andamios y los dos canteros que reparan los muros, personas muy dispares que saben del edificio a lo largo de su existencia, que recuerdan su pasado ligado a una casa que fue requisada a su dueño palestino tras la ocupación de Cisjordania, los cambios que fue sufriendo desde su construcción; son los sucesivos propietarios, sus familiares y vecinos, de orígenes diferentes, musulmanes de todo Oriente Medio, judíos con difíciles trayectorias de diversos países europeos, un despliegue de procedencias, fortunas, nacionalidades, idiomas, religiones y creencias que vinieron a coincidir aquí por el cruce del azar y el destino, por los dados que echa la divinidad a rodar con cada vida, a este barrio de las afueras de Jerusalén donde en un tiempo sus antiguos vecinos vivían en paz, donde fueron llegando emigrantes a lo largo del siglo XX, y donde a partir de 1948 comienza el enfrentamiento, los exilios forzados de los palestinos oriundos, la llegada impuesta de los ciudadanos del nuevo estado, desplazamientos y asentamientos artificiales, el foso de la política que los irá convirtiendo en enemigos irreconciliables sumidos en el odio y la venganza, en la espiral que a través de las sucesivas guerras abiertas y encubiertas, de la represión cotidiana y los estallidos terroristas, parecen haber alejado para siempre cualquier posibilidad de concordia.

La producción del centro parisino ‘La Colline Théâtre National’ es sencillamente deslumbrante en su sencillez y verosimilitud en base a un trabajo muy complejo y detallado para desarrollar las ideas de quien es autor, director y escenógrafo, que ha aplicado su experiencia cinematográfica para lograr una puesta en escena de antología, para emplear una dirección actoral con interpretaciones homogéneas, de relato vivencial, convincentes sin recursos manidos. Y sobre todo, un ritmo reposado, una alternancia entre parlamentos y músicas, un manejo de la sucesión de escenas, que da a la pieza aires de superproducción, de epopeya. Por ese imperdonable defecto cada vez más extendido en los departamentos de comunicación de nuestros teatros, no podemos detallar como deberíamos el trabajo de los trece componentes del reparto, que hablan en inglés, árabe, francés, hebreo y yiddish: sirva un sobresaliente generalizado con matrícula de honor para el joven belga sionista, para los dos canteros y el arte con que trabajan las piedras, para la pareja anciana de sefardíes argelinos.

A Gitai le ayuda con el texto Marie-José Sanselme, Laurent Truchot con las proyecciones de imágenes que entendemos proceden de sus tres documentales, y con la escena Talia de Vries y Philippine Ordinaire, completados con vestuario, caracterización, iluminación y sonido impecables. Hablando de este, mención tan importante como la que más merece la banda sonora magistral a cargo del director de coro y contratenor británico Richard Wilberforce, y la interpretación en directo de impresionantes salmos por parte de un cuarteto vocal, y de música tradicional iraní por parte de Kioomars Musayyebi al santur y Alexey Kochetkov al violín. La música viene a ser una cuarta parte del contenido y su fuerza ayuda a asimilar lo que se está contemplando. Lástima que los textos no hayan sido traducidos y que de nuevo brille por su ausencia documentación sobre su procedencia.

La trilogía documental en el origen de esta Casa fue prohibida y él tuvo que exiliarse durante diez años. Amos Gitai (Haifa, Israel, 74 años) es una de las voces más críticas con la política bélica de Israel. En una entrevista concedida hace unos días en París al periodista Alex Vicente le decía: ‘Se suponía que debía seguir los pasos de mi padre y convertirme en arquitecto, pero sentí que necesitaba enfrentarme al destino de mi país dando voz a un pensamiento crítico. Muy pronto descubrí que esa era mi misión, la de hacer de testigo. Ha habido momentos mejores y peores. El más esperanzador fue el proceso de paz que lideró Rabin. El peor, sin duda, es el actual. Estamos en el pico de la violencia, la destrucción y el odio. El arte no puede cambiar la trágica realidad, pero sí demostrar que es posible escucharse mutuamente. Pero eso exige que los extremistas, tanto de Hamás como del lado de Netanyahu, estén dispuestos a escuchar. Los israelíes que luchan contra esta deriva autoritaria y racista necesitan la amistad del mundo para seguir adelante. Si no, nos acercamos a un derramamiento de sangre apocalíptico; en Tel Aviv, cada sábado, decenas de miles de personas se manifiestan contra este gobierno desde hace dos años. Hay que apoyar a quienes defienden una visión distinta de Israel. Ayer sábado pudimos verlo actuar brevemente en la pieza y luego salir a saludar ante el entusiasmo del público asistente. Buena suerte, hazun saeid, shalom.

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 10
Dramaturgia: 9
Dirección: 9
Interpretación: 9
Puesta en escena: 9
Música: 9
Producción: 9
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: 4

TEATROS DEL CANAL
House
Texto y dirección: Amos Gitai
25 y 26 de abril de 2025
Duración: 2 h 30 min (sin intermedio)

Con: Bahira Ablassi, Dima Bawab, Irène Jacob, Alexey Kochetkov, Micha Lescot, Pini Mittelman, Kioomars Musayyebi, Menashe Noy, Minas Qarawany, Mark Bonney, Danielle O’Neill, Nathan Mercieca, Ghassan Ashkar
Cantantes – Dima Bawab (solista), Danielle O’Neill, Nathan Mercieca, Benedict Flinn
Músicos – Kioomars Musayyebi y Alexey Kochetkov

Asistente de escenario: Talia de Vries
Adaptación del texto: Marie-José Sanselme y Rivka Gitai
Escenografía: Amos Gitai asistido por Philippine Ordinaire
Vestuario: Marie La Rocca asistida por Isabelle Flosi
Iluminación: Jean Kalman
Sonido: Éric Neveux
Dirección musical: Richard Wilberforce
Colaboración en el video: Laurent Truchot
Peluquería y maquillaje: Cécile Kretschmar
Producción: La Colline – théâtre national
Con la colaboración de la Fundación Casa Pintada – Museo Cristóbal Gabarrón.

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