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Renoir en el Prado, por J.C.Deus

Renoir en el Prado, por J.C.Deus

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
lunes 18 de octubre de 2010, 01:00h

1. Autorretrato 1875El Museo Nacional del Prado inicia la temporada apostando por Renoir, un valor seguro entre las masas turísticas nacionales y foráneas que son hoy día el principal cliente de los museos del mundo. Pierre-Auguste Renoir vivió 78 años y pintó sin parar durante 60 de ellos. Ha dejado cuatro mil pinturas. Esta selección de 31 de ellas refleja su período más impresionista, el favorito de los expertos. Ha sido colocada en el corazón del Museo, hablando de t a t con los maestros de los que aprendió y a los que retornó con su refinado clasicismo. Creo que estoy empezando a entender algo sobre la pintura parece que comentó el mismo día de su muerte, en 1919.

El impresionismo es hoy día favorito indiscutible de la cultura de masas y sigue dando infinito juego a las instituciones culturales. El Museo Thyssen- Bornemiza y la Fundación Caja Madrid nos presentaron esta ltima primavera Monet y la abstracción, mientras que la Fundación Mapfre obtenía un rotundo triundo con Impresionismo. Un nuevo renacimiento. La apuesta del Prado consiste en los fondos del Clark Art Institute, una institución norteamericana que nos presta casi completas todas sus existencias del pintor francés, aprovechando sus obras de ampliación, a cambio de que cuando reabra sus puertas en 2014, el Prado corresponda con una importante selección de desnudos de su catálogo.

2. Palco en el teatroPasión por Renoir, este excelente conjunto de obras del artista francés reunido apasionadamente por el coleccionista norteamericano Robert Sterling Clark (1877-1956) y su esposa Francine, ha sido colocado en el corazón del Museo, cerca de Velázquez y no lejos de Tiziano y El Bosco; a él se accede a través de la inocencia de Murillo y se abandona atravesando el ímpetu de Goya. No es extraño pues que el director y el conservador jefe de la institución estadounidense se muestren entusiasmados de la oportunidad que les ha brindado la que consideran la mejor pinacoteca del mundo. Ciertamente, nunca había habido en España una exposición monográfica de Renoir. Puede discutirse si el Prado es el enclave adecuado. Puede opinarse sobre si el salto resulta perturbador, aunque lo sea menos que en el caso reciente de Francis Bacon.

El multimillonario mister Clark se estableció en la meca parisina de los años veinte y se casó con una actriz francesa. Apostó audazmente por las vanguardias y eso le permitió juntar una fabulosa colección. El Museo/Instituto que legó al mundo es hoy sobre todo una reputada escala para los estudiosos de la historia del arte y una especie de paraíso del mundillo artístico global. Además de este intercambio con el Prado, la institución norteamericana contribuye también en estos momentos a la exposición Picasso ante Degàs organizada con el Museo Picasso de Barcelona.

3. Retrato de Madame MonetLas 31 obras se ordenan en varias pequeñas secciones temáticas -retratos, desnudos, paisajes, bodegones- en un conjunto abarcable y sugerente. Entre ellas, destacan Autorretrato (h. 1875), una pintura cuyo tratamiento difiere de su habitual estilo delicado y revela, en cambio, una honda voluntad expresiva; Retrato de Madame Monet (h. 1874) en el límite entre el retrato y la pintura de género, y de pincelada fragmentada poco convencional; La barca-lavadero de Bas-Meudon (h. 1874) y El puente de Chatou (h. 1875), paisajes del mayor experimentalismo y del mejor periodo impresionista de Renoir; Palco en el teatro (1880), en la que destacan los fuertes contrastes tonales entre negros, blancos y negros alejándose de la paleta azul que había caracterizado su obra de los cinco años precedentes; Peonías (h. 1880), una de las composiciones! de flores más esplendorosas del artista y un ejemplo del modo en que gustaba de llenar los lienzos hasta los márgenes y evitar todo espacio abierto; Cebollas (1881), la obra preferida del señor Clark, de pincelada fluida y carácter informal pero cuidadosamente estructurada; y Bañista peinándose (1885), una de las figuras de dibujo más preciso y exquisito y el punto culminante de su superación de la técnica impresionista.

Aunque se incluyen unas cuantas obras posteriores, la exposición se centra en el período más considerado hasta hoy de su trayectoria, entre 1874 y 1900, la etapa más puramente impresionista, y deja de lado ese otro Renoir de madurez que insistió en su vinculación con las grandes tradiciones pictóricas anteriores, y que está ganando terreno en los ltimos tiempos.

4. Bañista peinándoseComo casi todos los impresionistas, Renoir es un artista escasamente representado en las colecciones españolas, sin presencia en ninguna colección pblica excepto en la del Museo Thyssen-Bornemisza, con origen en el coleccionismo privado. Nació en 1841, hijo de un sastre que se trasladó a París con su familia cuando el pintor era un niño. Comenzó como aprendiz de pintor de porcelana en un taller y luego entró en el estudio de Charles Gleyre, un pintor de renombre. Frente a la pintura academicista imperante, los rechazados o independientes pronto lograrían el pasaporte a la inmortalidad con la etiqueta de impresionistas. Renoir mantuvo cierta independencia y al final de su vida volvió al clasicismo. En 1900, la reputación de Renoir como gran pintor estaba firmemente establecida. Durante los ltimos 20 años de su vida padeció una artritis que le impedía usar las manos, por lo que pintaba con un pincel atado al brazo, la fuerza de voluntad del artista entregado que nos recuerda al Bethoven sordo. Un ciclón del que su producción pictórica es mayor que las de Manet, Cézanne y Degas juntas.

Un siglo después de su vida, sus obras siguen exponiéndose continuamente. En el otoño de 2009 el Grand Palais en Paris se centró en su ltimo período, -Renoir au XXème siècle-, hasta ahora el menos popular, un enfoque que compartió con su Late Renoir el Philadelphia Museum of Art. Algo antes, en 2005, la Cinematèque Française celebró Renoir + Renoir, el trabajo del pintor junto al de su hijo el director de cine Jean Renoir (18941979).

5. El puente de ChatouPasión por Renoir es un concentrado del talento del pintor, una exposición temporal colocada de una forma un tanto discutible, que ha optado por una presentación modesta y sin aditamentos. Es Renoir puro, el Renoir más Renoir. Se inicia con dos autorretratos entre los que se enmarca toda una vida, desde el rupturismo inicial casi expresionista hasta el clasicismo reposado cercano al final. Entre un joven iluminado y un anciano resignado se nos ofrece el testimonio de una vida dedicada a captar la vida.

MUSEO NACIONAL DEL PRADO
Pasión por Renoir
La colección del Sterling and Francine Clark Art Institute
19 de octubre de 2010 6 de febrero de 2011
Museo del Prado, sala 16 b
Exposición coorganizada por el Museo Nacional del Prado (Madrid) y el Sterling and Francine Clark Institute (Williamstown, Massachusetts)
Comisarios: Javier Barón, Jefe de Departamento de Pintura del siglo XIX del Museo Nacional del Prado y Richard Rand, Jefe de Conservación del Clark Art Institute.

12. Cebollas

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