El nuevo director artístico del Teatro Real presentó la temporada 2010-2011, con la que inicia un proyecto de cinco años con el que quiere colocar al coso madrileño en la vanguardia de la ópera internacional. Acaban de reducirle el presupuesto en un tercio, pero Monsieur Gérard reinvindica que en tiempos de crisis la cultura es an más importante porque proporciona energía. Durante su extenso parlamento se esforzó en aparecer humilde y simpático, y en deshacerse en elogios hacia Madrid y España, hacia el teatro Real y nuestra aportación cultural ayer y hoy al mundo. Para defenderse de la acusación generalizada que hace de los directores artísticos los nuevos dictadores de la ópera, se definió como un catalizador al servicio de los creadores. Esta figura polémica podría aportar ideas frescas y gusto por la innovación al panorama de nuestro país. Sea bienvenido.
Lo que quiero es emocionar, no provocar. Muchos creen por falta de suficiente educación que la msica contemporánea no emociona, pero es erróneo. Vamos a ayudar a que se refuerce la democracia cultural, a que la gente salga emocionada tras el espectáculo, a que discuta, a que se enfrenten opiniones diversas. Crear curiosidad en el pblico es lo más importante. Todo ello aderezado con una mano tendida a periodistas y aficionados (No creo que Madrid sea una ciudad conservadora), y elogios reiterados al país que le acoge con gran expectación: Los españoles an no son conscientes de la enorme influencia de su cultura en Europa, Madrid es una ciudad original en la que me encuentro muy a gusto y en la que hay más msica contemporánea que en París, el Real ana la grandeza de su escenario con un inspirador intimismo.
Acompañado por el Presidente del Patronato, Gregorio Marañón, y el Director General, Miguel Muñiz, Mortier habló largo y tendido casi hora y media en un castellano que ya es inteligible y se mostró tranquilo y esperanzado en que su paso por Madrid esté a la altura de las etapas anteriores de su carrera de programador musical admirado y respetado en las ltimas décadas. Este belga con aspecto de funcionario, modales exquisitos y apariencia tímida, tiene 66 años y nació en Gante, patria del emperador Carlos V, sobre el que bromeando dijo que quizás sabía menos español que él cuando llegó a España.
Decir Mortier es mentar una sucesión ininterrumpida de éxitos: fue Director de La Monnaie de Bruselas (1981-1991), del Festival de Salzburgo (1991-2001), de la Trienal del Rhur (2002-2004) y de la Ópera de París (2004-2009), antes de aceptar esta oferta española en vez de la de Nueva York. Para subrayar sus preferencias desde el principio, se presentó sentado bajo una panoplia de grandes fotografías de compositores muy contemporáneos: Cristobal Halffter, Kurt Weil, Karol Szymonoswski, Benjamin Britten, Oliver Messiaen, Pilar Jurado y Luis de Pablos -estos dos ltimos además presentes de carne y hueso, y encargados de simbolizar una cálida acogida al francés por parte del establishment musical español. Jurado estrenará su primera ópera, y De Pablos y Halffter tendrán sendos conciertos de homenaje.
Entrando en el motivo de la convocatoria, la presentación adelantada de la próxima temporada, dijo que an no está ultimada del todo porque la vida es cambio, pero que sí prevée tres grandes líneas: apoyo a lo nuevo en un ambiente operístico generalizado en el que siempre se programa lo mismo; apoyo a la creación de los siglos XX y XXI, porque sólo escuchando una y otra vez se termina comrpendiendo y amando; y apoyo a una temática que tenga que ver con Madrid y con el mundo hispánico, más que practicar un nacionalismo español bien imposible por otra parte con sus 17 autonomías y sus muchas lenguas.
Afirma que intentará proseguir su costumbre de una o dos producciones nuevas por temporada, que son más caras pero siempre compensan, producciones además que se exporten a otros teatros, y citó ya negociaciones cerradas en ese sentido en Viena y Frankfurt. Y habrá presencia autóctona: tras Pilar Jurado, que estrena en febrero próximo La página en blanco, un thriller sobre un msico que compone una ópera, Mortier está en conversaciones con Mauricio Sotelo para hacer algo basado en Lorca, y con Elena Mendoza sobre una ópera inspirada en Juan Carlos Onetti. Tiene ya atado a Philip Glass para 2013 con una ópera sobre Walt Disney, y traerá La conquista de México de Wolfgang Rihm, cuyo do entre Montezuma y Cortés cree que es enorme.
Quiere que la temporada madrileña sea cita obligadas para los grandes críticos europeos, y confía en atraerlos con autores como Michael Haneke, Peter Sellers y Marina Abramovic. Para compensar la animadversión con que el tenor Marcelo lvarez le ha recibido, anuncia que Plácido Domingo celebrará aquí su 70 cumpleaños el próximo enero.
En cuanto a la próxima temporada, será obviamente de transición con su antecesor, Antonio del Moral, pero subrraya que inicia su intervención en ella con Weill y la terminará con Messiaen. Mortier tendrá plena dedicación a partir de enero de 2010, e incorporará un conjunto permanente de directores de orquesta que reemplazarán la figura del director musical fijo. Ha renovado el Coro, para convertirlo, con el argentino Andrés Máspero al frente, en una formación de élite con sólo 52 miembros. Aspira a bajar la edad media del pblico de abono de 51 a 40 años, como hizo en La Bastilla, y a suplir el 30% de disminución de la aportación pblica que sufrirá el teatro en los próximos tres años promoviendo coproducciones y patrocinio privado.
La temporada se inagurará en septiembre con Eugenio Oneguin, de Chaikovski. Seguirá Montezuma en los Teatros del Canal. Y posteriormente Ascenso y caída de Mahagony, de Kurt Weill, con La Fura del Baus a cargo del escenario, para concluir con San Francisco de Asis, de Olivier Messiaen, todo un despliegue de seis horas de duración y más de un centenar de figurantes, que se representará en La Caja Mágica.
Serán tres las producciones propias, las de Kurt Weill, Pilar Jurado, y el Montezuma de Carl Heinrich Graun. Otras producciones serán: Otra vuelta de tuerca de Benjamin Britten; El caballero de la rosa de Richard Strauss, Ifigenia en Tauride de Gluck, Werther de Jueles Massenet; y El rey Roger de Karol Szymanowski. Habrá también dos reposiciones: Las bodas de Fígaro de Mozart, dirigida por Emilio Sagi, y Tosca de Puccini, a cargo de Nuria Espert; y finalmente la mencionada San Francisco de Asís, de Olivier Messiaen.
La ópera en versión de concierto estará presente con dos títulos: La jardinera fingida de Mozart y Los hugonotes de Meyerbeer. En el apartado de danza, está programado el Ballet de Zurich, la Compañía Antonio Gades y el Ballet de la Ópera de Novosibirsk. En el hasta ahora Ciclo Grandes Voces que cambia de nombre por el de Grandes Cantantes, están previstos los recitales de Cecilia Bartoli, Angela Denoke, Waed Bouhassoun, Deborah Polaski y Felicity Lott, y Yan Beuron. Asimismo, la Compañía Nacional de Danza será la protagonista de una Gala de Fin de Año el próximo 31 de diciembre con el Coro y la Orquesta titulares del Teatro Real y presentada por Laura del Sol.
La reapertura del Teatro Real de Madrid en 1997, completamente reconstruido y dotado de una excelente tecnología escénica, impulsó en España un verdadero boom de la ópera en la ltima década. En estos trece años, ha ofrecido 78 nuevas producciones, 19 estrenos mundiales, y la recuperación de dos decenas de obras olvidadas del repertorio lírico español. Para lograr que la ópera llegue a un pblico cada vez más diversificado, el Teatro Real lleva a cabo una gran variedad de iniciativas, desde reducciones de 90% en el precio de las entradas para jóvenes menores de 25 años, al Proyecto Social. La ltima mejora técnica ha sido la instalación de un sistema autónomo de grabación de las óperas en alta definición y de su emisión vía satélite.
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