4:48 psicosis es un monólogo dramático de una joven escritora británica que se suicidó poco después de escribirlo, allá por el cambio de milenio. Un texto literario muy aparatoso, quizás bueno de leer pero sin duda difícil de ser representado. Ni de lejos es el ltimo soliloquio de alguien que va a suicidarse; es una recreación literaria artificiosa. Sencillamente, no es creíble; no consigue en ningn momento comunicarte con el personaje; te mantiene de espectador y pronto te aburre. No conozco otras versiones de esta obra bastante representada hoy día. Pero la que vimos en el Círculo de Bellas Artes fue muy discreta a pesar del enorme esfuerzo de Beatriz Argello en la piel del nico personaje.
Sólo ocurrió una cosa importante en la representación. Al final, la joven suicida dice Por favor, abran las cortinas, y la acomodadora se acerca a un ventanal de la sala y lo abre. Estamos en el CBA, el nico teatro madrileño izado a la altura de un cuarto piso en un emplazamiento -sí- teatral: de la oscuridad de la sala surge la calle, el majestuoso edificio de enfrente, la mezcla de luces artificiales de la noche urbana, el ruido de la ciudad, el fragor y el olor de la vida que entra de golpe en la sala cerrada. es el final de la obra, tontamente prorrogado en el abandono de la escena por parte de la actriz. Este gesto simple y mágico (los patios de butacas no tienen ventanas!) es uno de los efectos teatrales más poderoso que hemos visto en la temporada. Demuestra que lo auténtico vale más que toda la parafernalia del oficio.
La obra dramática de Sarah Kane (Essex, 1971Londres, 1999) es tan breve, atormentada e intensa como su vida y su obsesivo interés por el teatro. En su monólogo, la protagonista vuelca su desesperación en el espectador, queriendo que la obra transcurra, no en el escenario sino en la propia mente del que ve y escucha. Pero su excesivo lirismo, su inmadura bsqueda de frases contundentes, metáforas resonantes y efectos especiales en la escritura, nos trasmite un texto literario, no una vivencia humana; una recreación artística en vez de una situación dramática.
Y a partir de ahí sólo la aplicación de excepcionales dotes de dirección dramática puede salvar la pieza. No es el caso, pues se prescinde de cualquier ayuda escenográfica, con una banda sonora trivial, una iluminación moliente, y un escenario un tanto absurdo, con una cama deshecha y una mesilla poblada separadas por una silla sobre un telón que cae de lo alto. Dos relojes nos sitan obsesivamente en tiempo real: uno marca la hora, otro el tiempo que falta hasta las 4:48 de la madrugada, la hora en la que los efectos de las pastillas que toman los enfermos mentales se diluyen un tanto y las tentaciones suicidas proliferan.
Ya la pobre Sarah Kane tituló su primer obra Sick (enferma, harta), una trilogía de monólogos sobre violación, bulimia y sexo. argumentos que la preocupaban como a cualquier jovencita corriente. Pero no pudo superar los traumas propias de la adolescencia y la juventud hasta llegar a la madurez, y se quedó en el camino. Una historia triste. Esta obra morbosa y obscena sobre las profundidades de la mente debió probablemente ser escrita para conjurar la amenaza que ya veía pender sobre su cabeza. No lo consiguió. Es su doloroso, su valiente -y esperemos que til- mensaje. No desesperes, aguanta un poco, se abrirá una ventana.
Llamamos depresión a demasiadas dolencias espirituales que se extienden como la peste negra por las sociedades opulentas del planeta. Es un enorme precipicio difícil de transitar, de describir, de superar, de recordar. Una asignatura pendiente para los escritores de este particular momento de la especie humana.
(Leer el texto completo de la obra)
CÍRCULO DE BELLAS ARTES
SALA FERNANDO DE ROJAS
Psicosis 4:48
Autor: Sarah Kane
Compañía: Teatro en Tránsito
Director: Carlos Aladro
Intérprete: Beatriz Argello
05.11.10 > 09.11.10
Horario: viernes 21:00 sábado y domingo 19:00 lunes y martes 20:00 h