Portada de la edición digital del libro que comentamos.
Arzobispo con diecisiete años, cardenal con dieciocho y al poco tiempo capitán general de los ejércitos pontificios, César Borgia es uno de los personajes más fascinantes del Renacimiento. Sus treinta y dos años de vida condensan la turbulenta época en que la modernidad irrumpe en la guerra y en la paz, en la política y en la vida. Hijo de un Papa, mecenas de Leonardo da Vinci, modelo de ‘El Príncipe’ de Maquiavelo, César Borgia parece así haber encontrado al fin el biógrafo capaz de contarnos su ascenso y caída, huyendo de los mitos de la historiografía más banal, de las fantasías novelescas y de los prejuicios de tantos autores anteriores, para descubrirnos una biografía digna de su talla.
Esta biografía reconstruye una vida espectacular hasta hoy incomprendida por las calumnias y difamaciones de sus enemigos, porque ‘no hay rencor más amargo que el rencor político, salvo quizás el rencor religioso. No hay lucha más inescrupulosa y capaz de usar las insidiosas armas de la difamación, que la lucha política’, explica el autor : ‘Pero no hay la menor traza de evidencia en muchas acusaciones contra César Borgia; la reiteración ha ocupado el lugar de la comprobación, pues al igual que ocurre hoy día, una mentira suficientemente reiterada adquiere visos de verdad en función de sus muchos difusores. Y cuanto más la calumnia se difunde, más visos toma de realidad. El mundo absorbe estas historias; las devora ansiosamente si son sensacionales, y los escritores -bien conscientes del fenómeno- lo han alimentado a lo largo de los siglos. Y en este morboso apetito, un plato fuerte típico y tópico ha sido siempre César Borgia’.
The Borgia Family – Dante Gabriel Rossetti (1828-1882)
Los Borgia, padre e hijo, se atrevieron a desafiar y a vencer a las grandes familias italianas. Treparon desde la baja nobleza a la cumbre, cosa casi imposible entonces. Y se convirtieron en el clan familiar más poderoso de Europa durante una década corta e intensa, tan intensa que aún no se ha olvidado. Fueron sospechosos de ser judíos conversos, lo que explicaría la desconfianza permanente mostrada hacia ellos por el ‘stablishment’ antisemita de la época, de Fernando II ‘El Católico’ de Aragón a Luis XII de Francia, pasando por la Serenísima de Venecia o la Señoría de Florencia.
Pero el hijo segundón del Papa Alejandro VI, convertido en primogénito por la temprana muerte de su hermano mayor, ha sido siempre el héroe secreto de los enemigos de la democracia ‘excesiva’, entendida como opresión de las mayorías ignorantes sobre las élites lúcidas, del poder de las masas. Su mundo es más parecido al actual de lo que podría suponerse. Los ‘condottieri’ de entonces se parecen como gotas de agua a los ‘contratistas’ de esas empresas militares que actuaron en Irak con soldados mercenarios, o a los rusos del Grupo Wagner en Ucrania, iguales a aquellos ‘conductores’ que luchaban a las órdenes de los Borgia o a las de los que se le oponían.
Puede llegarse a la conclusión de que ambas épocas, -la nuestra y la de César- se parecen enormemente. Quizás ocurra algo similar con todas las épocas de la miserable historia humana. Simulación, engaño, doblez, mentira, calumnia, difamación, son la regla entonces y ahora. Nada es como parece en la política y en los negocios, las alianzas van y vienen más movibles que los vientos, sólo cuenta el propio interés, más allá incluso de las sacrosantas relaciones familiares y por supuesto de las supuestas amistades, siempre interesadas.
El mundo se ha masificado y donde había pequeños señoríos enfrentados, ahora hay regiones y alianzas supranacionales. Se lucha menos -aunque también- con las armas, y aún más con la propaganda y las finanzas. Estamos rodeados de Oliverottos y Orsinis, y surgen aquí y allá un esbozo de Borgia, no pocos Fernandos de Aragón y Luises de Francia, y la debida proporción de Lucrecias, Sanchas, Carlotas y Catalinas.
Es una época la nuestra que se sabe agotada pero que se cree novedosa. Que suplanta con adaptaciones, las deseables imperiosas aportaciones. Que es incapaz de superar el inmediato pasado. En la que la irrupción del ordenador ha jugado el papel que entonces tuvo la aparición de la imprenta. A la que sólo sacará de su estancamiento -como entonces- grandes ampliaciones del horizonte, nuevos espacios ignotos, nuevas formas de organización, nuevos paradigmas mentales, dice el autor en el epílogo de esta vibrante biografía. ‘Quinientos años después, la semilla de César Borgia ha germinado por doquier.
Está cambiando actualmente la percepción sobre ‘el demonizado’ César Borgia: ‘Falta una propuesta global sobre el personaje’, dicen los expertos: ‘Sólo ahora se puede escribir la biografía de César que anule viejos clichés’, añaden. Esta gran biografía intenta cumplir la tarea.
Cesare Borgia – Marco Palmezzano.
El autor respondía así en 2008 a un cuestionario para El Librepensador, un digital de cultura y pensamiento:
— César Borgia, príncipe del Renacimiento… Después de toda esta investigación, qué opinión queda sobre César ¿Cuál es el poso último de este trabajo?
— El título, que es lo primero y lo último del proceso. Estamos ante un paradigma del Renacimiento y no ante el malo de una película. Quienes conocen las tesis de Maquiavelo sobre el arte de la política, deben conocer al personaje que las inspiró: es mucho más atractivo y complejo.
— ¿Por qué otro libro sobre los Borgia? ¿No hay ya demasiados?
— Hay demasiados, pero todos repiten lo mismo, leyendas nunca probadas acerca de veneno, incesto, crueldad y asesinatos. Solo una docena se salvan de la quema. César Borgia ha sido escasamente estudiado y es apenas conocido a pesar de tratarse de un personaje español comparable al Cid, Cortés o Lorca.
— Se ha publicado que, desclasificada la correspondencia Borgia, aparecerán unos 50 volúmenes paulatinamente. ¿Qué cree que nos depararán? ¿No está todo dicho ya sobre ellos?
— Lo que ha ocurrido es que el Vaticano ha permitido realizar una copia digital de toda la documentación relacionada con los Borgia existente en los Archivos Secretos, un proyecto patrocinado por una multinacional y localizado en Valencia. Su impresión y publicación completa, subvencionada desde hace años por entidades pancatalanistas, es un absurdo. Más vale organizar y abrir su consulta a través de internet. Pero son montañas de documentos originales de hace cinco siglos, en latín la mayor parte, que nadie puede digerir de una tacada: serán los archiveros y bibliotecarios los primeros que tendrán que enfrentarse a tamaña montaña; luego los historiadores tendrán que traducir, desbrozar y relacionar. Finalmente, podrán llegar los escritores. Para largo me lo fiais. Demuestra que la historia no está definitivamente escrita ni en éste ni en ninguno de sus capítulos.
— Numerosas bulas y escritos de la época se han puesto en entredicho como falsos. Entonces, cuál creer y cuál no
— Grave problema, efectivamente, al que los expertos no han dado respuesta. Nadie que yo sepa se ha ocupado de tan interesante tema. Muchos han dado todo -aun contradictorio e ilógico- por cierto. Sería objeto de un apasionante libro este tema por sí solo. Unas bulas atribuyen hijos y nietos al Papa Borgia que otras niegan; distintos documentos dan por nacido a César en diferentes sitios, con diferentes hermanos, de distintas madres. Una trampa saducea en la que se han roto los dientes muchos historiadores.
— Desde hace algunos años, más bien ya décadas, se viene intentando limpiar a los Borgia de esa leyenda que, como los barnices sucesivos había ensombrecido su retrato hasta hacerlos irreconocibles. Pero, qué hay en el fondo de esos rumores, ¿Eran personas o hábiles políticos de gran crueldad?
— No me consta esa revisión desde hace décadas, sólo insinuaciones parciales para justificar la repetición completa de las mentiras de siempre. Nuestro libro ‘El Papa Borgia’ (escrito en colaboración con Lola Galán, Aguilar, Madrid, 2004) fue pionero en España en plantear una revisión objetiva. Una superproducción cinematográfica española posterior insistía en la leyenda. Ciertamente, en determinados ambientes de la Comunidad Valenciana y Cataluña se corre el riesgo de sustituir una leyenda por otra. Ni monstruos ni ángeles, humanos como cualquiera; hábiles políticos de gran crueldad hay y habrá mientras existamos los humanos. Ni la crueldad ni la bondad son excepciones raras.
— Se ha hablado de la envidia y del rencor como fuente de muchas de las calumnias que se han vertido sobre los Borgia, pero su maestro de ceremonias, Burckard, a quien aparentemente no perjudicaron, se hace eco de todas ellas. ¿Qué motivos podía tener?
— En primer lugar, hay dudas razonables de que los Diarios de Burckard hayan llegados a nosotros con añadidos fraudulentos precisamente relacionados con los Borgia. En segundo lugar, el bueno del ceremoniero era ambicioso, creía merecer ascensos y recompensas que no llegaban, y jamás en su hosquedad burocrática intentó comprender la apasionada forma de ser de los valencianos Borja/Borgia. Les tenía en los últimos años de su vida mucha manía y franca hostilidad personal.
— Historia de aventuras, historia de crímenes, de venenos, de muertes y conquistas… ¿se dejará de hablar de los Borgia alguna vez?
— Son un concentrado de humanidad, un arquetipo de vida plena, una luminaria excepcional: seguirán despertando admiración y rechazo, les ha tocado.
— En tu abundante bibliografía se citan también autores clásicos como Guillaume Apollinaire o Alejandro Dumas (padre). ¿Son culpables de sus afirmaciones por no haberlas verificado antes? ¿Son producto de su época como los Borgia lo fueron de la suya? ¿O son simplemente hombres de letras que no se deben a la verdad histórica?
— Son precedentes de ese engendro -dicho con todos los respetos- que es la novela histórica, una mixtificación donde vale todo, y se usa una cobertura aparentemente real para rellenarla al gusto del autor. Los citados y otros como Victor Hugo, Blasco Ibáñez y Mario Puzzo, por ejemplo, usaron a estos personajes famosos para dar rienda suelta a la invención -más bien repetición- de historietas comerciales. Algo habitual en la literatura. Creo que sería sano establecer las justas fronteras entre ficción y no ficción.
–¿Pueden ser 560 páginas –como las que contienen el texto de la obra- desalentadoras para el gran público?
— Sin duda es más cómodo un diario gratuito para entretenerse en el metro. Pero mi editor confía en que todavía hay gente que quiere saber y se distrae aprendiendo. Luego, hay páginas y páginas: la historia de César Borgia bien contada es mejor que un comic.
— ¿Cómo definirías la Italia del Renacimiento, un puzzle de cristal, un asombro de las leyes del equilibrio político, una cruzada de engaños y cultura?
— Como una época idealizada, resultado de una evolución, en la que ciertas élites redescubrieron asombrados la autonomía y complejidad de lo humano. Abrió la modernidad. Pienso que estamos en un período parecido al que hemos llamado posmodernidad a falta de una etiqueta más ocurrente y dado lo gastado que están todas las palabras.
— ¿Qué personaje elegir entre toda la pléyade de fascinantes hombres de la cultura y políticos avezados que rodearon a César?
— Me gustan el falso malo de Miguel Corella ‘Michelotto’, el gran malvado Julio II, y el conspirador cardenal Cornetto. En realidad, me fascinan todos, empezando por sus condotieros -cada cual una historia más increíble-, siguiendo por unos cardenales de cuidado, y terminando en reyes felones como los de España y Francia, y mujeres enormes como Lucrecia Borgia, como Giulia Farnese. No es gente de drogarse los fines de semana. No son estúpidos consumidores y banales privilegiados. Quizás andan por aquí ya, reencarnados.
«Ritratto di Gentil Homme – Bartolomeo Passarotti.
El Príncipe del Renacimiento: vida y leyenda de César Borgia
José Catalán Deus
PRIMERA EDICIÓN AGOTADA
Ediciones Debate, 2008
623 páginas
NUEVA EDICIÓN EN 2025
Formato digital (para teléfono móvil, ordenador, tableta, IPad, Kindle)
749 págs., 5’00€
Para saber más:
‘El Papa Borgia. Un inédito Alejandro VI liberado al fin de la leyenda negra’ (con Lola Galán)
Edición digital
Libro de bolsillo