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La Regenta: la televisión basura sube a los escenarios
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La Regenta: la televisión basura sube a los escenarios

Por José Catalán Deus
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jcdeustelefonicanet/6/6/17
domingo 15 de abril de 2012, 01:00h

Una obra sin pretensiones que se apoya en méritos propios. Un alegato contra la maledicencia que puede hacer reflexionar al espectador tras cién minutos de entretenimiento

Agobiados por tantas adaptaciones de autores foráneos y una ausencia clamorosa de los propios en los escenarios españoles, la sola idea de adaptar La Regenta ya nos gusta.

Frente a tanta adaptación que destruye el original, manipula sus contenidos y vampiriza el prestigio del original en un remedo lamentable, aquí no hay trampa.

Se avisa de que la trama que sucediera en la ciudad de Oviedo a finales del siglo XIX ha sido trasladada a un estudio de televisión donde se transmite en directo El show de Petra, otro programa de chismorreo y ruindades de los que reinan en las cadenas desde hace años.

Lo que entonces era una pequeña sociedad cerrada y asfixiante ahora se ha convertido en una ávida audiencia de millones de mirones. La maledicencia reina en los platós, en los bares y en los hogares.

La Regenta suele juzgarse como una crítica feroz a los defectos de la sociedad ovetense de la época y por extensión a la española, pero a partir del caso particular, es más que eso, una exposición certera sobre los males que esta práctica social tan extendida en todos los ambientes, geografías y épocas conlleva para quien la sufre.

Y también -aunque sea menos evidente- para quienes la ejercen. El contundente refrán popular Juzga mal y acertarás ha sustituido al consejo evangélico No juzgues y no serás juzgado. Sólo vicios, desgracias, delitos y exageraciones atraen al pblico. Por consiguiente, sólo sensacionalismo, cotilleos, rumores y manipulaciones sirven los medios de comunicación a sus audiencias. Sea así o al revés, el efecto es el mismo y la retroalimentación, endemoniada.

Ana Ozores, una mujer admirada y conocida, en apariencia felizmente casada con un político relevante, Víctor Quintanar, tendrá una breve y apasionada relación con un actor amigo de su marido, lvaro Mesía, inducida por un celestino de esos que no faltan nunca en los ambientes privilegiados, llamado Visitación.

El malvado psicólogo al que acude en busca de ayuda terapéutica contra sus depresiones, Fermín de Pas, un hipócrita frustrado que aspira a dominarla con sus consejos, para vengarse de su pérdida de influencia sobre ella, revelará todos los detalles del adulterio a una conocida periodista del corazón, Petra X, para que lo difunde a todos los vientos; y an más, le proporcionará la prueba definitva, la grabación de un encuentro sexual entre Ana y el ligonzuelo.

Todos acudirán al programa televisivo a dar sus versiones, incluida Paula, la dominante esposa de Fermín. Todos menos Quintanar, que hundido por el escándalo se pegará un tiro. Todos, incluida Ana, de la cual no se especifica si lo hace porque es tonta o porque cobra una pasta, como cobran todos los que acuden a estos programas a darse importancia, atruibuirse falsos méritos y hablar mal del prójimo.

Para las autoras de esta versión, Marina Bollaín y Vanessa Montfort, la novela es un punto de partida para hacer una reflexión acerca de la vida social, la realidad virtual, lo pblico, lo privado, y sobre lo poco que hemos cambiado.

Aparentemente es una novela de otra época, muy anclada en su tiempo, en una pequeña ciudad de provincias en la que todo son habladurías y rumores, hasta el punto de que sus habitantes caminan por la frontera entre lo que son y lo que los demás dicen que son, un mundo nada distinto del que vivimos ahora, en el que una imagen impactante, un comentario de un político o un deportista, o simplemente de un famoso, llena los periódicos digitales primero, las televisiones luego, las radios y prensa escrita después, para pasar luego a los blogs, tweeter y demás redes sociales, y volver otra vez a la información digital, retroalimentando este gran patio de vecinos en que se ha convertido nuestra actualidad mediática.

En otras palabras, la provincia se ha hecho global, pero los comentarios y discusiones son a menudo an más triviales que aquellos que animaban las tertulias a finales del XIX.

Este correcto enfoque es el principal mérito de la pieza, bien escrita e hilvanada, aprovechando al máximo el texto original de Leopoldo Alas y completándolo con una meritoria incursión en el mundo de la televisión basura que demuestra capacidad de observación y visión centrada. Buen trabajo de dirección de Marina Bollaín, que enmienda las deficiencias de su anterior actualización, La ópera de 3 peniques, de Kurt Weil y Bertolt Brecht, en estos mismos Teatros del Canal en diciembre de 2009. Boadella insiste en la apuesta desde que fuera su asistente de dirección en Una noche en el Canal, y parece tener razón pues esta vez, dramaturgia acertada, dominio del escenario y correcto movimiento de actores no se ven afectados por una puesta al día algo torpe y manida como entonces.

El engranaje de situaciones es perfecto. La escenografía es convencional a nuestro gusto, una imitación hiperrealista de esos platós obscenos. Correcto vestuario, aunque a las muy observadoras no se les escapará que la protagonista lleva la misma ropa todo el tiempo. Una producción medida en gastos pero sin resultar rácana.

Esta Regenta no resulta aburrida ni tediosa en ningn momento, y para quienes no conocemos el género televisivo del chismorreo, bien ilustrativa. Mariona Ribas encarna a la protagonista con acierto taoísta, respetando la secreta máxima, más vale no llegar que pasarse, mejor la discrección que la sobreactuación. ngel Savín borda un tipo que todos conocemos y por eso nada fácil. Hasta Chiqui Fernández puede con esa periodista caricaturizada. Bien dirigido y con gran competencia, el reparto está en su sitio.

Una obra sin pretensiones que se apoya en méritos propios. Un alegato contra la maledicencia que puede hacer reflexionar al espectador tras cién minutos de entretenimiento.

Y un recordatorio de que las apariencias engañan, y que siempre es preferible quien acta a las claras que quien finge y engaña. Puede decirse que la versión supera el morboso naturalismo y la tediosa lentitud del original, su hipercriticismo, su tristeza, su viscosidad, presentando una historia entretenida y digerible que hoy llega a su ltima representación.

VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Versión: 8
Dirección: 8
Interpretación: 8
Escenografía: 6
Producción: 7

TEATROS DEL CANAL
La Regenta
Una adaptación de la novela de Leopoldo Alas Clarín
Del 29 marzo al 15 abril 2012

Dirección: Marina Bollaín
Versión y dramaturgia: Marina Bollaín y Vanessa Montfort
Escenografía: Ricardo Sánchez-Cuerda
Vestuario Rosa García Andjar
Iluminación Felipe Ramos
Producción Come y Calla / Teatros del Canal
Diseño de Producción Eva Paniagua

Reparto:
Ana Ozores Mariona Ribas
Fermín de Pas David Luque
Petra Chiqui Fernández
Quintanar Alberto Vázquez
Paula Paca López
Mesía Ral Sanz
Visitación ngel Savín
Producción Teatros del Canal y Come y Calla Producciones.

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