Ahora el Prado acomete la realización de una serie de catálogos exhaustivos que irán acompañados de inéditas muestras completas de los pintores y escuelas que alberga, como nunca antes se hayan visto. Y empieza con El Greco.
La exposición incluye 37 obras autógrafas del Greco junto a otras 10 de sus seguidores o su entorno. Comienza con las primeras obras del Greco que se expusieron en el Museo, las procedentes de la colección real. Se trata de una galería de retratos, entre los que figura El caballero de la mano en el pecho y que le otorgaron durante el siglo XIX una notable fama como retratista. Junto a estos se expone también La Trinidad, pintada para el retablo de Santo Domingo de Toledo, una de las grandes obras del artista. Gracias a la incorporación en 1872 de las 15 composiciones del artista procedentes de los fondos del Museo de la Trinidad, -segunda parte de la muestra-, el Greco comenzó a ser cada vez más valorado por sus escenas religiosas, entre las que cabe destacar La Anunciación del retablo de Doña María de Aragón, el nico encargo que tuvo en Madrid.
El Catálogo es un detallado análisis de cada una de las obras, incluyendo información sobre su procedencia, bibliografía, estado de conservación, historia de sus restauraciones, así como iconografía, fuentes visuales y fortuna crítica. Este volumen, dedicado al estudio pormenorizado de la obra del Greco (Candía, Creta, 1541-Toledo, 1614) y de su entorno más inmediato, es el tercer catálogo razonado que publica el Museo, tras la publicación de los de pintura flamenca en 1975. Con esta publicación, el Museo aborda como decimos el proyecto de acometer una revisión completa de su colección de pintura a través de la publicación de los correspondientes catálogos de los distintos artistas, épocas y escuelas que la conforman.
Fruto de varios años de investigación, en los que se han llevado a cabo el estudio técnico y la restauración de todo el conjunto, el catálogo recoge importantes aportaciones. Esta puesta al día de los conocimientos de los grecos del Prado ha esclarecido aspectos artísticos y la valoración de sus obras. Sin olvidar tampoco el lugar que algunas de ellas ocuparon dentro de programas decorativos de la importancia del retablo de Santo Domingo el Antiguo o el del Colegio de doña María de Aragón, a los que se dedica un estudio aparte. El principal ncleo del catálogo lo constituyen las obras autógrafas del artista, entre las que se incluyen las esculturas de Epimeteo y Pandora. El resto lo forman trabajos de escuela, de taller o de sus seguidores, entre los que se halla una reducción del Expolio firmada por el hijo del pintor, Jorge Manuel Theotocopuli.
Es El Greco de siempre, pero realzado, aireado, potenciado, elevado a su enésima potencia. Un Greco concentrado y potentísimo que desumbra en su visión de conjunto y permite gozar de mil aspectos que podían haber pasado desapercibidos en anteriores ocasiones.
Exposiciones en el Museo
Los Grecos del Prado
04 de Diciembre de 2007 10 de Febrero de 2008
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