guía cultural

La comedia de los… errores

José Catalán Deus | Lunes 23 de octubre de 2023

Una de las primeras de Shakespeare, la más corta y enrevesada, convertida en prolijo disparate en busca de la risotada a la antigua usanza. Se exagera la farsa original hasta perdernos en un enredo inescrutable salpicado de estridentes msicas, chistes revisitados y bromas elementales.

The Comedy of Errors fue escrita a finales del siglo XVI y desde entonces son incontables las versiones y adaptaciones fieles, infieles, legítimas y abominables. Tiene mala fama, por no contener el tinte gore típico de su autor, pero goza de una trama ingeniosa y una prosa admirable que en esta adaptación apenas se reconoce con tantas incrustaciones actualizantes. Y con una mala dicción general, especialmente notable en los chispeantes meandros descriptivos originales que han sobrevivido a los atrevidos manejos de Alberto Boronat, que ha endosado al bardo inglés un prólogo de apa para explicarnos lo aburridos que son la verdad y lo correcto, y lo divertidos que resultan lo falso y el error.

En cinco actos con un total de once escenas el autor plantea con mucha seriedad un disparate que deja chicas a las comedias de enredo de nuestro siglo de oro: Egeon y Emilia tuvieron gemelos, y compraron otros dos gemelos recién nacidos a una familia humilde para que cada uno de sus hijos tuviese un sirviente y compañero fiel. Y además los llaman igual, Antífolo a los dos hijos y Dromio a los dos futuros sirvientes. En un viaje, un naufragio los separa, y desde entonces Egeon vive con un hijo y su sirviente en Siracusa, y Emilia con la otra pareja en Éfeso. Dos o tres décadas después, Los Antífolo y Dromio de Siracusa deciden salir a recorrer el mundo en busca de sus sosias y de su madre Emilia, y así llegan a Éfeso. Tras desembarcar, los Antífolo y Dromio de Siracusa son tan iguales a los de Éfeso que los confunde todo el mundo, hasta sus parientes más próximos e incluso s confunden entre ellos mismos: del cruce de Antífolos y Dromios, de los malentendidos producto del intercambio equivocado de conversaciones y actuaciones se nutre esta comedia de los errores en la que al final todo se aclara.

Boronat y Lima han considerado aumentar el lío en vez de exponerlo claramente. Los seis actores intercambian personajes y le explican la gracia al pblico, al que también convierten desde el inicio en cómplice de sus ocurrencias. Esta interpelación continua de los actores a los espectadores establece el necesario conchabeo para que nadie ponga defectos a lo que ocurre, una sucesión de gags, trucos, gesticulaciones y griteríos tradicionales que enganchan con los subgéneros de la revista en los años 50, las astracanadas cinematográficas de los 60 y el humorismo televisado del resto del siglo que se fue y sigue vivo en la memoria del espectador mayorcito, que disfruta como un enano captando tanta sutileza y rememorando sus años mozos.

Uno diría que aparecerá Manolo Morán o Gracita Morales en cualquier momento, pero los que aparecen son seis actores versados en el género bufo que hacen las delicias del personal con sus gracias, sobre todo en papeles femeninos, con faldas y a lo loco, dando los consabidos grititos con los típicos contoneos. Entonces es el despiporre general y el olvidarse de los compañeros de viaje no binarios en el noble surcar de nuestra cultura oficial.

La producción consigue cumplir con escasa inversión en elenco y tramoya, y eso sumado a la muy competente distribución y promoción, va a hacer de esta propuesta un negocio redondo. Una sencilla escenografía con un pequeño tablado con telones en el centro del vacío escenario, un vestuario aproximado y una iluminación alegre se ven acompañados por un espacio sonoro de lo más ruidoso, con msicas discotequeras estridentes, sirtakis repetitivos y micrófonos omnipresentes -pinganillos, de mano y con pie, toda la gama- para atronar a los espectadores, que pueden sentirse por momentos trasladados a un estudio de televisión en uno de aquellos programas de variedades en los que se encendía la luz roja cuando había que aplaudir y la verde cuando había que reírse.

En fin, una broma un tanto larga y ramplona, con mucho oficio y poca enjundia, de pasar un buen rato popular, populista y hasta populachero. En la ltima de las diez funciones en Madrid, lleno absoluto, aplausos a porrillo y celebración generalizada. Pero en nuestra modesta opinión, se pasaban de rosca.

Andrés Lima ha querido emular la extraordinaria producción de esta obra que trajo para inaugurar el 28 festival de otoño hace ya bastantes años la compañía británica Propeller con la mejor fórmula, absoluto respeto al fondo (texto y estructura) y libertinaje en la forma (puesta en escena), dando una magnífica lección teatral. Escribíamos entonces: Qué dos Antífolos y qué dos Dromios! Qué coro, un grupo musical de juerguistas mexicanos ataviados con camisetas de ftbol que llena el escenario de gags siempre hilarantes! Qué combinado de argumento clásico que se desarrolla en una Sicilia renacentista con escenario de metrópoli mugrienta de nuestros días! La mezcla funciona, el propulsor te arrastra. Queremos redescubrir Shakespeare simplemente realizando las obras como creemos que deben ser hechas. No queremos hacer obras accesibles, puesto que esto implica la necesidad de ir simplificando para conseguir un mayor entendimiento, lo cual no sucederá, decía su director artístico. Y añadíamos: Tiene toda la razón: las adaptaciones de los clásicos de cualquier época deben respetar el texto y no realizar las masacres que estamos acostumbrados a ver en nuestro teatro, y que para colmo de males se premian con los galardones máximos del gremio. Los clásicos no son para saquearlos impunemente sino para aprender de ellos. Y los catorce personaje originales estaban interpretados por otros tantos actores.

VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 6
Adaptación: 5
Dirección: 7
Puesta en escena: 6
Interpretación: 7
Producción: 7

Teatros del Canal
La comedia de los errores, de W. Shakespeare
Del 12 al 22 de octubre de 2023
Versión: Albert Boronat
Dirección: Andrés Lima

Reparto: Pepón Nieto, Antonio Pagudo, Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido.

Ayudante dirección: Laura Ortega
Diseño escenografía: Beatriz San Juan
Diseño vestuario: Paola Torres
Diseño iluminación: Pedro Yage
Espacio sonoro: Sergio Sanchez Bou
Una coproducción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Mixtolobo.