guía cultural

Bailando a Händel con Mark Morris

José Catalán Deus | Jueves 03 de julio de 2014

El gran coreógrafo norteamericano presentó en 1988 su versión danzada de LAllegro, il Penseroso ed il Moderato, una oda pastoral de George Friedrich Händel (1685-1759) del mismo título, basada en poemas de John Milton. La versión tiene 32 escenas inspiradas en pinturas de William Blake. Dividida en dos actos puede ser contemplada como un clásico 25 años después de su estreno. Espectáculo de altísimo nivel estético, conjunción inaudita de msica y baile, magníficas direcciones musical y artística, disfrute completo para ojos ansiosos de belleza. Pero superficial, aleatoria, empalagosa y de una extensión un poco tediosa. Nos sentimos trasladados a una corte dieciochesca, al barroco más decadente, al arte por el arte, al gusto afeminado y cursi de un disecado momento histórico.

Todo en este espectáculo es de primera división y de la máxima excelencia. Sobra hablar de la msica del alemán establecido en Londres que cautivó la ciudad y se convirtió en su más admirado msico. Händel está considerado una de las cumbres del Barroco y uno de los más influyentes compositores de la msica occidental, con un inmenso legado del que forman parte 43 óperas y 26 oratorios entre los que figura este LAllegro, il Penseroso ed il Moderato.

Sobra comentar la poesía de John Milton, autor del enorme El paraíso perdido comparable y semejante a La Divina Comedia de Dante. Sus primeras obras poéticas fueron LAllegro e Il Penseroso (1631), dos églogas que narran en verso el disfrute de un día en el campo desde dos puntos de vista distintos: LAllegro (El alegre) invoca la alegría de la diversión más pura, mientras Il Penseroso (El pensativo), refleja una diversión más melancólica, enfocada a la contemplación interior. Esta representación de opuestos sería luego retomada por otras poetas, especialmente William Blake.

Uno de los libretistas de Händel, Charles Jennens, aregló dos poemas de Milton, LAllegro e il Penseroso, entrelazándolos para crear tensión dramática entre los caracteres personificados de los poemas de Milton (LAllegro o el Hombre alegre e il Penseroso o el Hombre contemplativo). Los primeros dos movimientos están formados por este diálogo dramático entre los poemas de Milton. En un intento de unir los dos poemas en un solo diseño moral, Jennens añadió un nuevo poema, il Moderato, para crear un tercer movimiento.

Sobra también hablar mucho de Blake el visionario, el artista total, el poeta-pintor que muchos consideran el mayor artista que Gran Bretaña ha producido. Gran admirador de Milton realizó una docena de ilustraciones para la edición conjunta del LAllegro y Il Penseroso, hoy universalmente accesibles por internet gracias a los dioses digitales. Incluso una edición de coleccionista puede adquirirse en Amazon por 66.

Para atreverse con tal sagrada trilogía británica -Händel, Milton y Blake- hay que tener valor y mucho talento para superar la prueba y no hacer el ridículo. Mark Morris es un yanqui desinhibido que todavía no ha cumplido los 60 y lleva tres décadas al frente de la compañía a la que fundó y da nombre de relumbre internacional. Sus versiones del Cascanueces o de Didos y Eneas son canónicas y su ltimo trabajo All Fours es de 2004. En 2012 trajo a este Teatro Real sus Mozart Dances (ver nuestra reseña de entonces), toda una revelación, en la que ya vino acompañado de la misma directora musical y del mismo iluminador.

Vuelve con este clásico suyo y vuelve andando hacia atrás, con una nostálgica fotofija de sus orígenes, ya evocados en 2001 con un volumen de fotografías y ensayos críticos sobre LAllegro, il Penseroso ed il Moderato. Y es esta exacta reproducción de su glorioso pasado lo que produce cierta decepción en aquellos que insaciables siempre piden más y novedoso a los grandes. Sus sellos de identidad -discreción de movimientos, fidelidad absoluta a la partitura, excepcional formación musical, naturalidad y humor, y una estética deslumbrante- están todavía aquí y siguen siendo un ejemplo en el ramo. Pero nosotros hubiéramos preferido contrastar sus mozarts con el variado programa sobre msicas contemporáneas que va a presentar dentro de unas semanas en el Jacobs Pillow Dance Festival de Massachusetts.

Pero Morris y su gran amigo, el fallecido Mortier, eligieron esta opción, este LAllegro, il Penseroso ed il Moderato que respeta el título original aunque ha suprimido las ocho escenas finales donde aparece el tercer personaje, ese moderado árbitro entre el optimista y el dubitativo, entre el desenfadado y el melancólico, entre el enfoque superficial y vitalista y el punto de vista reflexivo y tendente a deprimirse. La pieza pierde mucho sin un conocimiento profundo del difícil texto original, sometidos de nuevo a las deficientes traducciones de este teatro (para cuándo un corrector de estilo, un supervisor de versiones y subtítulos, ahora que debe haber decenas de buenos profesionales en paro con la crisis de la prensa escrita?).

El texto es muy, muy barroco, casi ininteligible a primera lectura, y necesitaría una versión actualizada para que los espectadores puedan concentrarse en msica y danza con cierta línea argumental coherente. Todo indica además que Händel compuso la msica con mayor libertad argumental que en sus óperas, y que distribuyó las cuatro voces solistas a su libre albedrío sin que se reconozcan los personajes.

Efectivamente, pronto descubres para tu pesar, que las dos sopranos, el tenor y el bajo no interpretan personajes, que no hay un LAllegro o un Penseroso concretos, que los episodios alternados representan cuanto más sensaciones no siempre apreciables.

Sobre un difícil texto y una caprichosa msica Morris elabora una coreografía muy interesante y variada en la que predomina la presencia del grupo, la estructura coral, marcada por pasos vitales y espontáneos. Trazados básicos para describir ese compás ora melancólico ora eufórico, ese ligerísimo toque maníaco depresivo suavizado en manierismo siempre gentil, siempre cortés, siempre un poquito relamido. Una coreografía que puede considerarse un manifiesto gay, con su estética amanerada, sus modales afeminados y una presencia femenina ligeramente subalterna ante los hermosos efebos de la contraparte.

Es la compañía en pleno el protagonista del montaje en uno de los trabajos de conjunto más insistente y difícil que pueda verse. Las interminables evoluciones de un cuerpo de baile con 24 componentes despiertan sana envidia en quien quisiera que nuestra Compañía Nacional de Danza pudiera hacer algo semejante, con repertorios que casi nunca llegan ni a la docena de integrantes simultáneos. Hay pasos textuales de enorme plasticidad y brillantez como la persecución de los cazadores y sus perros a la pareja anodina mientras el corno inglés protagoniza un sublime solo. Pero la mayor parte de las composiciones en todas las variantes desde la pareja al grupo son sólo en ocasiones identificables con la dialéctica de humores alegre y pensativo.

Las voces de Sarah-Jane Brandon, Elizabeth Watts, James Gilchrist y Andrew Foster-Williams están perfectas en su cometido. Magnífico el Coro y sobresaliente la Orquesta Titulares del Teatro Real en manos de la maestra Jane Glover, directora de la Royal Academic of Music de Londres, una mujer en un podio donde tan pocas pueden subirse.

Lo cierto es que este espectáculo es uno de los más completos de la temporada, ana msica de altura operística con danza de la mayor calidad en una escenografía a lo Rothko de paneles de colores contrastados en composiciones casi infinitas potenciados con una iluminación extraordinaria y unos figurines de moderno clasicismo, magnífica versión de un neobarroco de actualidad rabiosa.

El pblico no llenaba desgraciada e incomprensiblemente el coso en la sesión siguiente al estreno (con el vacío teatral de calidad que hay en estos momentos en Madrid), y estuvo absolutamente encantado. A la Mark Morris Dance Group, le seguirán, en el calendario del Teatro Real, el estreno de Orfeo y Eurídice, danza-ópera concebida por Pina Bausch, con el Ballet de la Ópera de París, y los cuatro conciertos de Antony and The Johnsons, que cerrarán la temporada 2013/2014. Y a partir de septiembre, la incógnita del nuevo director, Joan Matabosch, contratado para seis años y secundado por el director inglés Ivor Bolton como director musical.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 8
Argumento: 6
Partitura: 8
Coreografía: 8
Dirección musical: 8
Dirección artística: 8
Cuerpo de baile: 8
Voces: 8
Orquesta: 8
Coro: 8
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: n/e

Teatro Real
LAllegro, il Penseroso ed il Moderato
Oda pastoral de George Friedrich Händel (1685-1759) del mismo título, basada en poemas de John Milton con arreglos de Charles Jennes.
Estrenada en el Teatro de la Monnaie de Bruselas en 1988
Del 1 al 6 de julio

(No hemos dispuesto de los créditos completos del espectáculo)


Hay disponibles localidades en www.teatro-real.com, el teléfono 902 24 48 48 y las taquillas, ubicadas en la puerta principal (plaza de Oriente) en horario de 9.15 h a 20.00 h, de lunes a viernes; de 10.00 a 20.00 h, los sábados con función, y los domingos y festivos con representación, desde dos horas antes del comienzo del espectáculo.