guía cultural

Entremeses de plato único

José Catalán Deus | Domingo 11 de enero de 2015

En 1615 Miguel de Cervantes desempolvó a instancias de un editor interesado, ocho comedias y ocho entremeses que tenía escritos de hacía años, y así se publicaron, aunque nunca se representaron en su tiempo. En 1995 tres de ellos constituyeron el segundo montaje que presentó el recién abierto Teatro de la Abadía, sumando un total de 232 funciones en seis países. Se recuperan ahora para celebrar su vigésimo aniversario de aportación permanente e importante a la vida teatral española. Tres entremeses cervantinos juntos en un montaje excepcional, más vivos que nunca, igual de necesarios que siempre. Uno de los mayores logros escénicos del veterano José Luis Gómez.

Este nombre importante de nuestra escena ha contado con pocas y sinceras palabras -las que se echan de menos tantas veces en los programas de mano- el proceso de realización de la obra: la inmersión en la prosodia cervantina guiados por Agustín García Calvo, el certero estudio de los códigos de la Commedia dellArte italiana que Cervantes conoció y adaptó, la introspección en esa memoria rural colectiva que todos llevamos dentro, la unificación escénica en torno a un árbol, seco o invernal, en todo caso sin hojas, metáfora de las crudas esencias de esta tierra; la caracterización de los personajes con ropas y utensilios de nuestros sueños profundos, cantos y bailes, refranes y muecas.

Tres entremeses convertidos en un plato nico jovial, hermoso y optimista. La cueva de Salamanca, El viejo celoso y El retablo de las maravillas, juntos y por separado son una de las mejores puestas en escena del teatro del Siglo de Oro que hemos podido presenciar en nuestra vida. Poco tienen que ver con la rutina dominante en la representación de los clásicos y debería estudiarse de cerca cuál es su secreto, en que se basa esta original y certera aproximación. Sin duda el trabajo actoral es la clave. Sin duda la dirección de actores da la pauta correcta. Nos parece que capta la esencia del género del entremés, pieza corta, entretenida, de personajes arquetípicos, y lo hace clavando el gesto sin llegar a la mueca, construyendo máscaras vivaces, creando personajes definidos al detalle en los que cada rostro fija el personaje, le da lustre y expresión. Y cada rostro va acompañado de un cuerpo que se expresa armónicamente con ademanes y movimientos, con frases e interjecciones, con onomatopeyas, gemidos, suspiros, guiños, cabriolas, silencios y resoplidos que trazan personajes indelebles más allá de su circunstancia, casi arquetipos vivientes.

Nueve actores para 24 personajes. Julio Cortázar hace sucesivamente de barbero, de compadre y de gobernador; Miguel Cubero es estudiante, alguacil y ese Chanfalla, dramaturgo timante, de esos que simulan una gran historia y sólo enseñan un telón en blanco; Palmira Ferrer es criada, vecina y labradora; Javier Lara es sacristán mugeriego, galán a sueldo y regidor más burro que borrego; Luis Moreno es compadre, marido y escribano; Inma Nieto borda tres personajes bajitos y matones -Leonarda, Cristina y Rabelín- mientras José Luis Torrijo hace de Pancracio, marido despistado, y de Benito Repollo, alcalde hábil, dos personajes de risa. Nos falta Elisabert Gelabert que hace la Doña Lorenza desasosegada y la timante Chirinos, y Diana Bernedo con su inefable Juana Castrada. Unos tienen más méritos que otros porque hacen más o más difíciles papeles. Pero todos funcionan al unísono, con una gestualidad certera, con una pronunciación y ritmo vocal adecuados, con un tono -ay de esos tonos que se oyen por ahí- medido, con esa presencia de carisma sutil que tienen los buenos actores.

Mención especial merece el msico/actor Eduardo Aguirre de Cárcer que dirige en vivo un despliegue musical en el que cantan y bailan a las mil maravillas los actores una msica fundamental en el logro final del espectáculo, msica inspirada en aquella época y compuesta en esta por un veterano prestigioso, Luis Delgado.

La escenografía a partir del diseño original del fallecido artista plástico José Hernández tiene toda la estoicidad vibrante de su obra, y ha sido realizada con precisión. Gran vestuario de María Luisa Engel, ni historicista ni ecléctico. Magnífico despliegue de coplas y refranes. Iluminación correcta.

Acierta plenamente el Teatro de la Abadía y merece un sobresaliente colectivo con este despliegue de excelente comedia a base de los ingredientes eternos: amores y desamores, deseos y engaños, celos y astucia. Todo suave y amable, pero al mismo tiempo tan real como la vida misma, tan cercano a la vida cotidiana, a las cuitas de la gente, como lo está por lo general el teatro clásico español frente a su gran rival shakesperiano, con sus grandes dramas de enorme altura literaria y psicológica pero de personajes tan ficticios y tramas tan exageradas. El verines pasado el teatro estaba lleno y el pblico se mostró encantado. Gran principio de año para cualquier aficionado: los exigentes, vibrarán; los conformistas, se lo pasarán de miedo.

VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 9
Texto: 9
Dirección: 9
Interpretación: 9
Escenografía: 7
Msica: 8
Coreografía: 8
Producción: 9
Programa de mano: 8
Documentación a los medios: 6

TEATRO DE LA ABADÍA
Entremeses de Miguel de Cervantes
Del 17 de diciembre al 15 de febrero

Dirección: José Luis Gómez
Producción: Teatro de La Abadía en coproducción con Clásicos en Alcalá, Teatro Calderón de Valladolid y Teatro Principal de Zaragoza
Duración aproximada: 1 h. y 45 min.

Reparto

La cueva de Salamanca

Barbero Julio Cortázar
Estudiante Miguel Cubero
Cristina (criada de Leonarda) Palmira Ferrer
Reponce (sacristán) Javier Lara
Leoniso (compadre de Pancracio) Luis Moreno
Leonarda Inma Nieto
Pancracio (marido de Leonarda) José Luis Torrijo

El viejo celoso

Compadre de Cañizares Julio Cortázar
Alguacil Miguel Cubero
Sra. Ortigosa (vecina de Lorenza) Palmira Ferrer
Doña Lorenza Elisabet Gelabert
Galán y bailarín Javier Lara
Cañizares (marido de Ortigosa) Luis Moreno
Cristina (criada de Lorenza) Inma Nieto

El retablo de las maravillas

Furrier Eduardo Aguirre de Cárcer
Juana Castrada (labradora) Diana Bernedo
Gobernador Julio Cortázar
Chanfalla Miguel Cubero
Teresa Repolla (labradora) Palmira Ferrer
Chirinos Elisabet Gelabert
Juan Castrado (regidor) Javier Lara
Pedro Capacho (escribano) Luis Moreno
Rabelín Inma Nieto
Benito Repollo (alcalde) José Luis Torrijo

Canciones Todos
Msico Eduardo Aguirre de Cárcer

Msica Luis Delgado
Escenografía A partir del diseño original de José Hernández
Vestuario María Luisa Engel
Iluminación Juan Gómez Cornejo
Ayudante de dirección Carlota Ferrer
Arreglos de coplas y refranes Jess Domínguez
Realización de vestuario Sastrería Cornejo
Realización de escenografía Utilería-Atrezzo SL y equipo de La Abadía
Agradecimientos a Agustín García Calvo, Vicente Fuentes, María del Mar Navarro y Rosario Ruiz Rodgers.