guía cultural

El Mediterráneo según Miguel Ángel Berna

José Catalán Deus | Jueves 22 de enero de 2015

Estamos ante un espectáculo que es un manifiesto institucional producido por el gobierno autónomo de Aragón en lícita promoción del recuerdo de aquella Corona que dominó el Mediterráneo y llegó a Grecia anclando en Cerdeña, Nápoles, Sicilia y los Balcanes. Pero las relaciones entre arte y política siempre han sido difíciles. Mediterráneo, de la Compañía Miguel ngel Berna, dirigido y coreografiado por el mismo, tiene buenos propósitos peor plasmados; es un flojo espectáculo, de factura discreta, que sólo coge vuelo cuando recurre a las esencias baturras.

Es una bsqueda que hemos hecho, no es un espectáculo de fusión. Es una bsqueda de nuestra historia, de nuestro pasado, para mirar el presente y también encarar el futuro, explicaba su creador al presentarlo en Zaragoza el año pasado. Se trata de encontrar las raíces y conexiones del folclore aragonés en los confines mediterráneos hasta donde llegaron sus naves y sus comerciantes. Pero la tarea resulta en un cóctel que no funciona. Comienza bailando el impresionante giro que han hecho famosos en el mundo los derviches turcos, y que él data en Albania, probablemente procedente de la tradición Bektashi; contina con incursiones tunecinas y griegas de coreografías desafortunadas y cantos notables aunque no nos sean descifrados; encuentra oxígeno en buenas incursiones en la tarantella napoletana y sólo genera emoción en llegando a la Gallarda, en calando en la Tarara y ya pasando a la Baturrada, en el paisaje musical conocido y dominado, incluso versionado con discutibles moderneces. Notables los encuentros finales entre tarantella y jota, el espectáculo termina en una apoteosis de su autor, con un repiqueteo de castañuelas que es más prodigio físico que mensaje lírico, y un abuso de protagonismo, focos y poses sumados.

La msica es notablemente superior al baile y la orquesta en directo alcanza momentos notables en torno a las excelencias solistas de Alberto Artigas a la bandurria, a la intervención de ngel Fraile con la gaita, a los devaneos de la sección de percusión en la que perjudica el sonido de la batería, un instrumento que se ha quedado obsoleto en medio siglo y que ya sólo usan las orquestinas de pueblo. Notables también los dos cantantes, la tarantelliana María Mazzotta y el jotero Nacho Del Río cuya irrupción en el escenario fue el momento álgido de la noche. Necesitaríamos mayor documentación para juzgar en detalle la docena de piezas propuestas, sus diferentes entronques y el lugar que ocupan las msicas originales de Alberto Artigas y Joaquín Pardinilla: no todos somos musicólogos ni tenemos una semana para investigar el ramillete propuesto.

Y sí, la danza es inferior a la msica. No nos gustaron en absoluto las coreografías, muy elementales y efectistas, y carecemos de conocimiento para juzgar lo que ha aportado y aporta Miguel ngel Berna a la actualización de la jota tradicional. Escoge una línea tremendista, personalista y ampulosa que está en las antípodas de nuestro gusto personal y que ha perjudicado durante décadas al flamenco en una larga serie de bailaores pintureros -camisa desabotonada y pelo revuelto- y acaparadores del escenario con florituras repetitivas. Berna es la superestrella y el cuerpo de baile simplemente le completa con evoluciones pasables, tendentes al acartonamiento que contamina la coreografía entera del espectáculo.

Vestuario, iluminación y sonido carecen de sutileza y colaboran a fijar un espectáculo aceptable en festivales de verano pero lejano de las exigencias de la danza contemporánea.

Miguel ngel Berna debía haber aprovechado en esta salida para divulgar las esencias de la jota antes de someterla a este tratamiento rejuvenecedor de choque. Dicen que el término deriva del latin y significa salto. El salto ha sido de siete leguas y media. Entrevistado para el El Periódico de Aragón por Daiel Monserrat, Miguel ngel Berna explicaba Mediterráneo y sus circunstancias: Lo que hemos hecho en este trabajo es investigar sobre hechos reales, a través de musicólogos, etnólogos En este tiempo que duró la Corona, hubo una gran expansión por el mar muy importante, recordemos la conquista del reino de Sicilia, de Nápoles, Tnez alguna parte de Grecia. Ahora no tenemos mar, pero entonces sí teníamos, y yo recuerdo desde pequeñito que siempre se decía que la jota había entrado por Valencia y, curiosamente, Valencia era el puerto principal de la Corona de Aragón. Este Mediterráneo era un punto estratégico donde todo el mundo quería estar cerca del mar porque era un punto de poder. Hemos tomado este punto de partida de inspiración, de nuestra propia historia para este espectáculo-

Y proseguía: Creo que Grecia, tal y como yo he descubierto las cosas y sus danzas, es la madre de todas las danzas populares que hay en el Mediterráneo. Y, después, poco a poco hemos ido mirando en Albania, Italia, Sicilia, Nápoles, la parte del sur de Italia Nunca hemos sabido de dónde viene esta jota, no lo sabemos exactamente A mí lo que me ha sorprendido es ver en este tipo de danzas griegas, italianas una similitud grandísima con los pasos que tenemos nosotros Por qué se baila, por qué se canta, cuál es la finalidad de la msica y evidentemente hemos descubierto hay una función fundamental que es la curativa, la terapéutica Miramos 50 años atrás y nos encontramos con un franquismo que hizo de esta jota un himno nacional pero que la encasquetó en un topicazo tremendo Me he cansado un poco de mirar hacia dentro y lo que he querido ahora es mirar hacia fuera. Aquí tenemos el Ebro, pero va al mar y ahí es donde yo quería llegar, saber qué mundo había ahí. Es como el viaje que hizo Colón cuando descubrió América. Te encuentras que hay algo ahí Para un aragonés decir que le gusta mucho la jota y que se emociona con ella, es evidente, y yo el primero, pero no se trata solo de eso. Se trata de que la gente de fuera lo entienda también. Y ese es el trabajo que realmente nos queda.

En 2012, a propósito de su anterior entrega -Berna y los grandes de la jota-, decía: La jota no se ve igual aquí que en otros lugares del mundo y hay que luchar para que se reconozca el género y no sea un ruso con un cachirulo en la cabeza. La jota es un género sobrio, refinado y esencial y de eso hay que tomar conciencia porque la jota tiene una potencialidad enorme y hay que dársela El flamenco nos lleva mucha ventaja pero podemos tener la misma repercusión si aportamos cosas, y hay que conseguir que a los niños les guste, se empapen de ella, y quizá nos elijan, en algn momento, por encima del hip hop. Hombre, aspirar a igualar al flamenco parece mucho aspirar. Pero por aspirar que no quede.

Tras estos tres largos párrafos, no se quejará Miguel ngel Berna de falta de interés por lo que dice y lo que plantea. Pero con la cincuentena cercana, habiendo fundado ya en 1990 su propia compañía, con un apoyo institucional estable y envidiable, y una docena de montajes originales a la espalda, esperábamos algo mejor en el escenario.

El pblico llegó entregado y así se marchó. Vibró con las esencias aragonesas y soportó el resto. Y fue muy, muy cariñoso e indulgente con el protagonista de la noche.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Concepto: 7
Coreografía: 5
Msica: 8
Baile, 5
Escenografía, 5
Producción, 7
Programa de mano: 4
Documentación a los medios: 4

Teatros del Canal

Mediterráneo
Compañía Miguel ngel Berna
del 21/01 al 01/02/2015
Direccion y coreografia: Miguel Angel Berna

-Bailarines: Manuela Adamo, Estíbaliz Barroso, María Alayeto, Ana Duro, Giada Pallara, Pablo Pérez
-Orquesta: Alberto Artigas (bandurria, lad), Ernesto Cossio (guitarra), Antonio Bernal (bajo), José Luis Seguer (percusiones), Miguel ngel Fraile (flautas, gaita), Josué Barrés (cajón, percusiones).
-Cantantes: María Mazzotta, Nacho Del Río
-Msicas originales: Alberto Artigas / Joaquín Pardinilla
-Vestuario: Enrique Lafuente / María José Mora
-Director técnico: Sergio Claveras, Pluto
-Director de iluminación: Juan Carlos Osuna
-Director de sonido: Kike Cruz
-Producción: Centro Aragonés de Danza

Sala Roja.
Duración: 1h 35min (sin descanso)
Precios: Platea 31 y Anfiteatro 26 (con los descuentos habituales).