El formato pequeño a veces aporta al teatro mucha mayor emoción que las grandes producciones. Sentados en un sofá a un metro de doscientos espectadores los tres intérpretes de esta obra bordan una sesión perfecta de vida concentrada, de alegrías y pesares. Hermoso y medido texto, precisa y correcta dirección, conmovedora y rigurosa interpretación. 70 puntuales minutos en una pieza casi perfecta.
Una mujer separada vive con su hijo adolescente y retrasado en una pequeña ciudad de provincias y acogen a la sobrina y prima Valeria enviada por su madre temerosa de sus andanzas en la gran ciudad. Nada más. Con estos simples mimbres Lorena Romanín construye una humilde y deslumbrante peripecia humana, un concentrado de autenticidad en el los tres personajes modifican parra bien su perspectiva gracias al cruce de influencias. María Morales hace una mujer madura de extraordinaria veracidad; Carlos Guerrero construye un muchacho retardado de oscar para actor secundario; y Marina Salas vence su pulso con esta jovencita con apariencia de pasota y corazón de oro. La directora Adriana Roffi está ejemplar en ceñirse a su obligación y desplegar su oficio con modestia y pulso; se conforma con una producción que habrá costado cuatro euros: con un sofá y una alfombra en escena, con media cocina al fondo y un dormitorio invisible que permite a los actores hacer pequeñas pausas. Simula un viaje en tren con un simple foco y organiza comidas para tres con verdadera magia. Sus ayudantes y colaboradores están a la altura.
Obra de mujeres sin tonterías feminoides, con todos los dotes de observación y toda la sensibilidad de su sexo. Lorena (no se pase usted del todo al cine, por favor) y Adriana (tercer estreno madrileño esta temporada) son dos jóvenes argentinas que vuelven a coloccar el pabellón teatral de su país a la gran altura a la que ha llegado en la ltima década, que han ido subiendo peldaño a peldaño con esta obra desde el salón de una casa particular, cruzando el charco, pasando por sala alternativa, luego por sala off de teatro comercial hasta llegar al templo supremo del teatro hispano, el Español de la plaza de Santa Ana. Que demuestran que hacer buen teatro no depende de los impuestos, de las relaciones, de los favores, sino de la inteligencia y la sensibilidad, de la capacidad de sacrificio, de la fuerza de voluntad y de la valentía existencial que tiene que tener todo artista, todo ser humano.
Celebremos Como si pasara un tren justamente como si oyéramos llover bendiciones sobre nuestra tribulación cotidiana, como si cantaran pájaros esperanzados de mil primaveras, como si el teatro y la vida se renovaran cada generación y fueran mejorando de poquito en poquito.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 9
Texto, 9
Dirección, 8
Interpretación, 9
Producción, 8
Sala Teatro Español Sala Pequeña
Como si pasara un tren, de Lorena Romanín
Del 25 de febrero al 22 de marzo de 2015
Dirección, Adriana Roffi
Con María Morales, Carlos Guerrero y Marina Salas.
Ficha artística:
Ayudante de Dirección: Esther Ortega
Espacio: Adriana Roffi / Ricardo Sanchez Cuerda
Diseño de Vestuario: Lupe Valero
Movimiento: Carlota Ferrer
Diseño Grafico: Zandizan
Dirección de Producción: Eva Paniagua
Producciones Come y Calla, S.L
Duración 1h y 10 min
Horario De martes a sábado, 20.30h. Domingos 19.30h.
Precio Entradas 18. Martes, miércoles y juves 25% dto.