Salvator Rosa o el artista fue publicada en 1988 pero nunca subió a escena. Ahora, el Centro Dramático Nacional recupera esta obra de Francisco Nieva, quizás el dramaturgo español vivo más premiado y admirado. Una gran producción que no escatima esfuerzos sirve para poner en evidencia la trivialidad del argumento, lo anecdótico de la trama, la superficialidad del tema. Un entretenimiento puro y largo, de dos horas de duración sin intermedio, cuya más lamentable aportación es presentar a España y a los españoles como malvados represores, expresión de la más negra ralea; y al pintor barroco Juan de Rivera como un imbécil censor de la brillante competencia napolitana. El pblico asistente al estreno del domingo agradeció cortésmente la invitación sin darse por aludido.
La obra forma parte de su trilogía italiana junto a El baile de los ardientes y Los españoles bajo tierra. Se basa en Sublevación de Nápoles capitaneada por Masanielo del Duque de Rivas (1791-1865) (versión completa). Masaniello era el apodo de Tommaso Aniello dAmalfi, un pescadero que se convirtió en cabecilla de esta fugaz rebelión, entre el 7 y 16 de julio de 1647, contra las cargas impositivas impuestas por el virreinato español. Abandonó la causa nada más tomar contacto con el poder, se le creyó loco y fue traicionado por una parte de sus seguidores antes de morir asesinado un año después, a la edad de veintisiete años. Su revolución desestabilizó el gobierno virreinal y abrió paso a la Repblica Napolitana instaurada cinco meses después de su muerte. En 1815 habrá restauración borbónica hasta la independencia a finales de siglo. No fue una revuelta antimonárquica ni antiespañola como inventa la historiografía italiana, de hecho el grito de la revolución fue Viva el rey de España, muera el mal gobierno. Masaniello declaró varias veces su fidelidad al rey Felipe IV de España. Francisco Nieva se convierte con este texto en claro ejemplo de la leyenda negra autóctona, que es mucho peor que la extranjera y la nica preocupante, caso nico en el mundo, origen de nuestra excepcionalidad, debilidad y atonía.
Su repesca viene al parecer al hilo de establecer un cierto paralelismo entre los seguidores de Masaniello y el movimiento de los Indignados, ambos nacidos de similar concepto idealista de pueblo justiciero, ambos con dirigentes improvisados y ambos quizás fugaces an con la secuela de Podemos -está por ver, naturalmente- en el largo acontecer histórico. Las alusiones a lo azaroso que resulta controlar a las masas una vez movilizadas, lo vesánico de sus preferencias, lo inconsistente de sus líderes y en fin, ese nunca mejor dicho a río revuelto, ganancia de pescadores, dan lugar a algunas observaciones juiciosas y varias situaciones hilarantes y jocosas alusivas, lo que supone el nico acierto de un texto que nació corto de ambición, muy de oficio y repleto de lugares comunes, chistes fáciles y recursos manidos.
Dice Nieva que es la comedia más ambiciosa, de fondo y de forma, que ha escrito, tras otra titulada La señora tártara. Sería al fin y al cabo una sátira sobre el poder: El Arte termina por ser el vencedor de la existencia, el gran fabulador, que crea sueños fantásticos y divertidos, amorales y, paradójicamente, ejemplares. La comedia es una declaración de principios, el derecho de los artistas para cambiar la vida y
estimular el conocimiento, la imaginación y la fantasía de los hombres. Las revoluciones del Arte son siempre preferibles a las revoluciones reales. El espectador hallará paralelismos interesantes con el presente, explica Nieva, que del cuento El Signor Formica de E. T. A. Hoffmann, ha cogido el personaje del enano Pittichinaccio, que seduce a las gentes para que lo lleven en brazos.
El pintor Salvator Rosa es el verdadero protagonista y Nancho Novo lo interpreta con gran prestancia, llenando el escenario con su potente presencia. Masanielo es un pirao neurasténico y Gabriel Garbisu lo ejecuta como se lo han pedido. Jocoso y resultón trabajo de Alfonso Blanco como Pittichinaccio y de Alfonso Vallejo como Ribera. Los personajes secundarios masculinos están todos acertados y los femeninos, todos poco convincentes a excepción de la Floria de ngeles Martín, quizás porque en el texto original no son más que recursos artificiales. Es una obra un tanto incorrecta políticamente, con un bufón enano y unos judíos avarientos, pero al patriarca Nieva, que el 29 de diciembre pasado ha cumplido noventa años, se le permite todo.
En 2006 el Centro Dramático Nacional al inaugurar el Teatro Valle Inclán puso su nombre a una de sus dos salas, la dedicada a las nuevas tendencias escénicas, caso inédito para un autor vivo. Dos años después publicó Francisco Nieva sus obras completas, sin cesar de ver representadas muchas de sus inéditas composiciones. En 2009 publicó una nueva obra, El cíclope (que hubiéramos preferido conocer mejor que esta), y en 2010 se estrenó en versión suya una gran producción de la Electra de Benito Pérez Galdós dirigida por Ferrán Madico (ver nuestra reseña de entonces), al mismo tiempo que en el CDN estrenaban su Tórtolas, crepsculo y telón.
Destaquemos las excelencias de la producción, comenzando por la dirección de Guillermo Heras. Gerardo Trotti ofrece una escenografía resplandeciente, de grandes virtudes móviles, quizás algo afeada por el aspecto de cartón rizado de muros y columnas, en la que mientras un sutil detalle videográfico aporta fantasía, todo el mérito del adjetivo resplandeciente se apunta a la iluminación de Juan Gómez Cornejo). A destacar también el suntuoso vestuario de Rosa García Andujar y en fin el buen trabajo de todo el equipo artístico.
Salvator Rosa o El artista es un trabajo de oficio, al gusto de las nuevas élites culturales sociatas de aquella época, en la cual todo es correcto y nada es inspirado, donde hay que rendirse a la banalidad si no quiere uno irritarse.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 6
Texto, 6
Dirección, 8
Interpretación, 7
Escenografía, 8
Producción, 8
CDN Teatro María Guerrero
Salvator Rosa o El artista
Del 27 de febrero al 5 de abril de 2015
REPARTO (por orden alfabético)
Isabel Ayucar, Beatriz Bergamín, Alfonso Blanco, Javier Ferrer, Gabriel Garbisu, Carlos Lorenzo, ngeles Martín, Juan Matute, Juan Meseguer, Nancho Novo, Sergio Reques, Sara Sánchez, José Luis Sendarrubias, Alfonso Vallejo
EQUIPO ARTÍSTICO
Guillermo Heras (Dirección), Gerardo Trotti (Escenografía), Juan Gómez Cornejo (Iluminación), Rosa García Andujar (Vestuario), Tomás Marco (Msica), Mónica Runde (Movimiento), Héctor del Saz (Ayudante de dirección), Isidro Ferrer (Cartel), David Ruano (Fotos), Paz Producciones (Vídeo)
Producción Centro Dramático Nacional
Duración: 2 horas (aprox.)
Encuentro con el pblico el 12 de marzo al finalizar la función.