No hay grandes salones palaciegos ni estruendosas orquestaciones. Un melodrama sofocado entre enormes cortinajes oscuros, en el que todo se centra en la triste historia de Violeta desde su vida disoluta parisiense al lecho de muerte, una historia de amor desgraciado, de egoísmo estpido frente a sacrificio estéril. La coproducción que estrena el Teatro Real supone un escepcional trabajo de los directores musical y escénico, pero sobre todo la gran sorpresa de Ermonela Jaho como aspirante resoluta a heredar a la siempre añorada gran diva. Y dicho salvando las distancias.
Una Traviata que quiere parecerse a la novela original, La dama de las camelias de Alejandro Dumas, cuya enorme influencia ha llegado casi a nuestros días, y menos a los montajes operísticos grandilocuentes al uso. Renato Palumbo y David McVicar han coincidido plenamente en la idea y conducido msica y escena por caminos decididamente intimistas, premeditadamente de bajo perfil, plasmando un trabajo original con el que coincidimos casi plenamente.
Palumbo se ha convertido en un director verdiano y belcantista prestigioso, y con esta sosegada ejecución suma méritos a su lectura de silencios, de subrayados sutiles y frases suspendidas en el tiempo con que envuelve a las voces sin eclipsarlas salvo en un par de ocasiones del segundo acto.
McVicar ya nos había convencido con su exquisita vuelta de tuerca a The turn of the screw de Benjamin Britten en este mismo escenario hace cuatro temporadas (ver nuestra reseña de entonces), también de gran realismo espacio-temporal reproduciendo la opresora atmósfera de la pieza en un montaje naturalista de parecida factura, una escenografía que muta entre sucesivos interiores envueltos en cortinajes oscuros entre los que resplandecen blancos deslumbrantes. Entonces y ahora la escenógrafa y figurinista es Tanya McCallin y el coreógrafo Andrew George -muy notable la danza del toreador en la fiesta en casa de Flora en el acto segundo-, y crecen ante las dificultades mucho mayores de este Verdi frente a aquel Britten.
Puede pensarse que en su segunda jornada Ermonela Jaho ha aumentado su peso específico frente a la velada del estreno. Todo en su actuación parecía una predestinada remembranza de aquel tiempo no tan lejano de las grandes divas. Esta soprano lírica de origen albanés y formación italiana recuerda en todo a María Callas. Su figura, su rostro y sus gestos, su forma de cantar. No oculta que su vocación nació escuchando a la Callas pero sí insiste en que lo que marca a una cantante es expresar su propia personalidad sin imitar a nadie. Cree que una buena técnica es ciertamente imprescindible, pero que queda en nada sin sentimiento, sino se transmite emoción y no se conmueve al pblico de corazón a corazón No como una máquina. Busco dar lo mejor de mí misma más que ser una copia. Cantar es mi terapia.
La Jaho atravesó las tres etapas consecutivas de la vida de esta Violeta cumpliendo los exigentes cánones vocales y actorales que marca Verdi en esta ópera; desde la euforia a la introspección, y desde la lucidez insalvable a la agonía atroz. Su voz, sus gestos, su aspecto estuvieron en todo momento a la máxima altura. Llegó a ltima hora a sustituir a Patrizia Ciofi, cuya participación estaba prevista y se canceló, y llegó en buena hora. El timbre oscuro de su voz, que a otros no gusta, para nosotros lo trae el espíritu de nuestro tiempo frente a los tonos agudos y atiplados clásicos del pasado.
La voz y el aspecto de su amado amante Alfredo Germont los puso el tenor italiano Francesco Demuro en el nivel tenue y sutil que la producción busca y mantiene. Podrá criticársele poca potencia o poca presencia. Su actuación este jueves no pasará a esos anales banales del género, pero fue acertada.
Y quien verdaderamente estalló de plenitudes junto a los dos protagonistas, fue el barítono onubense Juan Jess Rodríguez Jiménez, confirmando una trayectoria irresistible en este papel creado por Verdi para completar el inevitable triángulo de afectos cruzados, ese egoísta y manipulador padre de Alfredo, que arruina a su hijo y su novia el mejor momento de su vida por puro autoritatismo pacato y reseco. A Rodríguez, nacido en 1969, hijo de marinero y ama de casa en una familia de cinco hermanos, no le han faltado papeles en el Real, hasta nueve en este etapa, y ha ido creciendo hasta una altura que ayer fue sobresaliente y enormemente apreciada por el pblico. De imponente figura y una voz realmente poderosa, hizo un Giorgio Germont quizás más noble y atractivo de lo que este cicatero e injustificable padre merece.
El resto del reparto fue todo español -otro detalle a señalar de la nueva dirección- y estuvo impecable: Marifé Nogales, Marta Ubieta, Albert Casals, Fernando Radó, Alejandro González, Damián del Castillo y César San Martín. Los grandes intérpretes puede que sean de nacimiento pero se hacen con papeles sucesivos y no esperando siempre.
Esta coproducción del Teatro Real con el Gran Teatre del Liceu de Barcelona -donde se vio en octubre pasado y se volverá a ver en julio próximo-, la Scottish Opera de Glasgow y la Welsh National Opera de Cardiff, teatros donde este montaje ya se ha presentado hace bastante tiempo. En realidad fue una interesante producción escocesa cuyo recorrido ha ido aumentando con el tiempo.
Serán dieciséis funciones de la ópera más representada en el mundo, de esta traviata, de esta extraviada, que es lo que significa en español aunque nunca se hizo necesario traducirlo. En la que reseñamos el lleno era aboluto y aunque eran las once de la noche pasadas (hora excesiva debido a dos intermedios que debieron ser uno) el pblico no se levantaba de los asientos aplaudiendo satisfecho. Ermonela Jaho y J.J. Rodríguez recibieron ovaciones.
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 8
Dirección musical: 8
Dirección artística: 8
Voces: 8
Orquesta: 7
Coro: 7
Interpretación actoral: 8
Escenografía: 8
Coreografía: 8
Producción: 8
Programa de mano: 8
Documentación a los medios: 8
CONFERENCIA INTERNACIONAL Y SEMANA DE LA ÓPERA
Con La Traviata el Teatro Real acoge entre los días 6 y 8 de mayo a representantes de cerca de 150 teatros y festivales de ópera, que se reunirán en la Conferencia Internacional de Ópera Europa, en la que participan más de 40 países.
Coincidiendo ha organizado una Semana de la Ópera, que pretende llevar el arte lírico a un pblico cada vez más amplio. La programación arranca con la exposición Vístete de ópera en el Museo del Traje, donde se podrán contemplar, entre los días 30 de abril y 17 de mayo, más de 30 trajes y pelucas realizadas en los talleres del Teatro Real.
Los días 7 y 8 de mayo se ofrecerá un maratón de ópera en la pantalla instalada en la fachada principal del Teatro Real, Plaza de Oriente, con la emisión continuada de fragmentos de algunos de sus mejores espectáculos. El 7 de mayo, a las 12.00 horas, varios centros de enseñanza de la Comunidad de Madrid podrán seguir en directo el El retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla, que tendrá lugar en la sala principal y que será ofrecido también en la pantalla de Plaza de Oriente.
La función de La traviata del día 8 de mayo se retransmitirá en la Plaza de Oriente y el Museo Nacional del Prado, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo Thyssen-Bornemisza, Matadero (Casa del Lector), Fundación Canal, Fundación Francisco Giner de los Ríos, Centro Cultural Conde Duque e Instituto Italiano de Cultura de Madrid. En el resto de España La Traviata del Teatro Real llegará también a muchos auditorios y diferentes espacios, siempre con acceso gratuito, con la complicidad de teatros, ayuntamientos y universidades que se están sumando a esta retransmisión mundial. Así, la ópera será ofrecida en Segovia, Sevilla, Granada, Pamplona, Vitoria y otros municipios con los que se están finalizando los trámites para la retransmisión. Asimismo la ópera podrá seguirse en directo en todo el mundo a través de Palco Digital (www.palcodigital.com).
Del 4 al 10 de mayo las Visitas Guiadas al Teatro Real tendrán un precio reducido de 3 euros y el acceso al video bajo demanda en Palco Digital costará 0,69 euros por título. Una jornada gratuita de puertas abiertas, el sábado 9 de mayo, pondrá fin a las actividades de la Semana de la Ópera. Todas las acciones programadas para la Semana de la Ópera pueden consultarse en www.teatro-real.com
TEATRO REAL
La traviata, de Giuseppe Verdi (1813-1901)
Ópera en tres actos
Libreto de Francesco Maria Piave, basado en la novela y la obra de teatro La Dame aux camélias (1848 y 1852) de Alejandro Dumas hijo
Del 20 de abril al 9 de mayo de 2015
Ficha Artística
Dirección musical: Renato Palumbo
Dirección de escena: David McVicar
Escenografía y figurines: Tanya McCallin
Iluminación: Jennifer Tipton
Coreografía: Andrew George
Dirección del coro: Andrés Máspero
Repartos
Violetta Valéry: Ermonela Jaho (Abr. 20, 23, 26, 29 May. 2, 5, 8)
Irina Lungu (Abr. 21, 24, 30 May. 6, 9)
Venera Gimadieva (Abr. 25, 28 May. 3, 7)
Alfredo Germont: Francesco Demuro (Abr. 20, 23, 26, 29 May. 2, 5, 8)
Antonio Gandía (Abr. 21, 24, 30 May. 6, 9)
Teodor Ilincái (Abr. 25, 28 May. 3, 7)
Giorgio Germont: Juan Jess Rodríguez (Abr. 20, 23, 26, 29 May. 2, 5, 8)
ngel Ódena (Abr. 21, 24, 30 May. 6, 9)
Leo Nucci (Abr. 25, 28 May. 3, 7)
Flora Bervoix: Marifé Nogales
Annina: Marta Ubieta
Gastone: Albert Casals
Doctor Grenvil: Fernando Radó
Giuseppe: Alejandro González
Marqués dObigny: Damián del Castillo
Barón Duphol: César San Martín
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
(Coro Intemezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)
Duración aproximada
Acto I: 30 minutos Pausa: 20 minutos
Acto II: 65 minutos Pausa: 20 minutos
Acto III: 30 minutos
Coproducción del Teatro Real, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, la Scottish Opera de Glasgow y la Welsh National Opera de Cardiff
Nueva producción en el Teatro Real.