guía cultural

Ree Morton quería ser un lugar

José Catalán Deus | Viernes 22 de mayo de 2015

La exposición Ree Morton. Sé un lugar, sita una imagen, imagina un poema rene un centenar de obras de esta casi desconocida artista norteamericana, fallecida en 1977 a los 41 años de edad. Con su rescate mundial, el Museo Reina Sofía consolida su objetivo de recomponer con mirada propia la historia del arte de la segunda mitad del pasado siglo.

No es casualidad (o sí) que Ree Morton llegue al Reina en forma paralela a Carl Andre, una selección de cuya obra se ha inaugurado hace poco en el Palacio de Velázquez del Retiro (ver nuestra reseña). Borja Villel, el director de la institución, opina que son dos caras de la misma moneda en la corriente que vadeó los ltimos ismos en las décadas finales del siglo XX: el uno literalmente baja la escultura de su pedestal; la otra hace instalaciones alegóricas con materiales extravagantes. El uno es una especie de encofrador que trabaja con materiales de construcción en los que no mete el cíncel para nada; la otra es una especie de bordadora de naderías insignificantes. Masculino y femenino del arte de los años setenta.

De Ree Morton se exponen instalaciones, dibujos, pinturas sobre lienzo y sobre tabla, y piezas realizadas en madera, piel o con celastic, un material elástico parecido al cartón piedra que Morton usó de manera muy frecuente en los ltimos años de su carrera. La muestra recorre sus años creativos, de 1968 a 1977, siendo la segunda mitad del período la más fructífera e interesante. La frase que titula la muestra procede de un poema de la artista: no dice nada, pero queda bonito y enigmático.

Su obra se sita en una escena artística de los Estados Unidos a principios de los 70 caracterizada por una enérgica reacción contra el expresionismo abstracto de posguerra, que se reflejó, por un lado, en el minimalismo y, por otro, en el arte conceptual y el arte pop. Pero a ella le gustaba más la abstracción excéntrica, los materiales extravagantes y efímeros, el arte procesual, basado en el uso de objetos encontrados y materiales cotidianos para confeccionar instalaciones. Este es el marco en el que Ree Morton inició una carrera relativamente tardía que terminó prematuramente en 1977, cuando un accidente de tráfico acabó con su vida a los cuarenta años. Pero le dió tiempo a crear una intensa obra, aunque parte de ella se haya perdido.

Sus primeros pasos artísticos se caracterizaron por una práctica vinculada al minimalismo y al posminimalismo, pero contrarrestaba sus dogmas (la no composición, la serialidad y los materiales industriales) con un toque femenino que consistía en tratar los temas serios con ligereza e ironía, aunque sin caer en la frivolidad. De esta época son las instalaciones en las que utiliza sobre todo ramas y objetos de madera encontrados y pintados. Más adelante, crearía un repertorio alegórico personal asignando una función específica adeterminados materiales, sobre todo a ese novedoso material plástico comercializado con el nombre de celastic, fácil de moldear, muy sólido al secarse.

En el universo artístico de Morton la relación con la arquitectura y la escenografía es fundamental para entender su trabajo. Los escenarios teatrales con motivos como plantas, lazos, guirnaldas; o conceptos como el amor, la amistad o el ritual del regalo, forman parte de su teatro alegórico, donde el lenguaje se vuelve pictórico y la escultura roza la performance. Su interés por la semiótica y la expresividad, por las cuestiones de la puesta en escena y lo falso también debe ser entendido en el contexto de las discusiones contemporáneas sobre el ilusionismo de la pintura y la teatralidad del minimalismo.

La exposición arranca con la serie Untitled. Entre 1971 y 1972, Morton creó unas veinticinco obras de esta serie, pero la mayoría se han perdido. En el lienzo se representan dos ramas ahorquilladas, con forma de Y, que se corresponden con las dos frágiles ramas que sirven de soporte a la estructura y subrayan su presencia. Los Wood Drawings (Dibujos en madera) son una especie de instalaciones de pequeño tamaño con piezas de madera deterioradas de dimensiones y formas diferentes, a las que añade clavos, tornillos o bisagras. La siguiente obra es Sister Perpetuas Lie (La mentira de Sor Perpetua, 1973), alusión directa al escritor francés Raymond Roussel y su prosa experimental. En la instalación de Morton, la presencia sumamente explícita de los listones de madera negra es el nexo que conecta las diferentes partes de la pieza, al tiempo que da forma a determinados elementos.

De septiembre de 1973 data la instalación Souvenir Piece, y de ella se presenta una de las cuatro partes que la integraban. Reunidos sobre una plataforma verde con patas blancas, encontramos todos los fragmentos de madera y piedras que Morton recogió por diferentes lugares de Terranova en un viaje familiar de ese año, para manipularlos y transformarlos después. La muestra sigue con otra de las piezas importantes: See-Saw, una obra similar a un balancín, con la diferencia de que uno de los respaldos de los asientos se ha montado al revés. La pieza central está rodeada en su totalidad por unos tacos de madera recubiertos de brillantina, separados entre sí como si formaran un camino de piedras. La instalación To Each Concrete Man, (A cada hombre concreto, 1974) se inspira en el pensamiento de Miguel de Unamuno, a quien Morton admiraba. Presenta dos escenas con una estructura muy diferente que, sin embargo, mantienen una relación evidente. Lo que le interesa a la artista es la posición del observador: Creo que, en realidad, es un espacio para una sola persona, y lo ideal sería adentrarse a solas en él. Something in the Wind (Algo flota en el viento) es una instalación con más de cien banderas en las que tejió a mano nombre de comocidos y dibujos alusivos de pájaros, abanicos, banderas y mariposas. Manipulations of the Organic, su ltima obra grande, cierra la exposición.

Se llamaba Helen Marie Reilly y se casó con el oficial de Marina Ted Morton. A partir de 1960 comienza a tomar clases de pintura y dibujo, aumentando cada vez más su interés por la creación artística. En 1973 entraría a formar parte del grupo Anarchitecture alrededor de Gordon Matta-Clark. Desafió al arte conceptual y a la ortodoxia minimalista de la década de los 70 fusionando elementos de la historia del arte, mecanismos rituales y decoración junto al rigor analítico de un mapping estructural del espacio. Interesada en las topografías imaginadas y en los sistemas de símbolo y ritual de las culturas indígenas, mostró un gran interés en la relación entre naturaleza y cultura, entre la arqueología y lo industrial. El 30 de abril de 1977 Ree Morton moriría por un accidente de coche en Chicago. Después de una retrospectiva en Nueva York en 1980, no se organizó otra muestra individual de la artista hasta el año 2008, en la Generali Foundation de Viena, a cargo de las mismas dos comisarias que ahora presentan esta tercera propuesta, bastante distinta y propabablemente más completa que las anteriores.

El catálogo nos pareció confuso y poco esclarecedor, con textos muy técnicos, sin una descripción de lo expuesto coherente y completa, y con ausencia de una biografía personal, que en este y otros muchos otros casos puede ser tan reveladora de la personalidad de un artista como una selección más o menos aleatoria de sus obras. Ama de casa en Filadelfia con tres hijos, abandonó a su familia por amor al arte y marchó a Nueva York. Su obra es cálida, con un sabor tierno y un toque inocente. Si decimos que su propuesta tiene una impronta femenina puede que resulte incorrecto, pero la comparación con los ladrillos de Carl Andre sigue flotando en nuestro atribulado magín de observador ignorante de los misterios artísticos de esta efervescente época.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 8
Comisariado: 7
Catálogo: 6
Documentación a los medios: 7
Programa de mano: n/v

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Ree Morton. Sé un lugar, sita una imagen, imagina un poema
Del 19 mayo al 28 septiembre 2015
COMISARIAS: Sabine Folie e Ilse Laffer
COORDINACIÓN: Leticia Sastre
Edificio Sabatini. 3 Planta.