Los artistas reflejan su época. Esta exposición retrospectiva de Juan Giralt nos lleva a la cándida explosión festiva de los inicios de la Transición, a su metamorfosis desencantada en los ochenta y al pinchazo de la burbuja de expectativas en los años noventa. Un viaje sin alforjas que nos deja más pesimistas y resignados si cabe. Demos un paseo reflexivo por la herencia condensada de este pintor insistente, -incomprendido e incomprensible-, que reflejó un panorama recompuesto de retazos reciclados de lo que tenía poco arreglo.
Nos parece que el madrileño Juan Giralt (1940-2007) pintó toda su vida de la misma manera, en un tejer y destejer collages que integraran elementos dispares y heterogéneos; efectivamente, como nos apuntan en el Reina, cuadros dentro del cuadro, juegos con palabras inventadas o rotas, cuadernos de caligrafía, mapas, cromos de animales, inserción de fotos, de estampas publicitarias o de retratos rescatados de una almoneda, todo en un deambular entre la abstracción y la figuración con una expresividad gestual heredada del expresionismo.
El Museo Reina Sofía presenta la primera retrospectiva dedicada en un museo nacional al artista que tuvo comienzos gratos, una dura travesía del desierto y un final cómodo pblicamente y doloroso en privado. La exposición rene casi un centenar de obras en torno a dos períodos especialmente fecundos: la década de los setenta, con su progresivo abandono del informalismo, y su ltimo período, en el que fue incorporando la abstracción, sin abandonar el constante uso del collage y de la palabra pintada.
La muestra arranca en un gran espacio diáfano que sirve como distribuidor del resto de salas. Junto a una vitrina con dibujos tempranos que ya hablan de lo que será insistente en toda su carrera, hayamos fundamentalmente trabajos de los años 70, como es el caso de El sillón (1972), Retrato de Zush (1973) o La Pinocha (1973), y una docena tablas de pequeño formato nunca exhibidas anteriormente, realizadas en el año 1994. Sobre estas tablas de madera, Giralt ensayaba sus collages acrílicos y los collages sobre tabla que posteriormente llevaría al gran formato. Un formato que nos resulta más misterioso e interesante.
La segunda sala recoge el trabajo de los años 90, con ocho cuadros, entre los que
encontramos Naturaleza fría (1990-91) e Ica-Nazca, (1993). Este espacio muestra cómo Giralt retoma su pintura tras la crisis espiritual y personal sufrida en los años 80 y que supuso que su nombre desapareciera en cierta manera de la escena artística. Son trabajos que están realizados casi todos en acrílico sobre lienzo y collage sobre lienzo, técnicas y materiales utilizados hasta el final de su carrera.
Continuamos el recorrido hasta llegar a la parte central de la exposición, una sala con nueve obras de gran formato: Miss Sympathy (1997), Costa (1998, fondos del Museo Reina Sofía), Abalorio (1998-2000), Cretona (1999), Retrato (2000) o Cuadro de ciervos (2001-2002). En varias de estas composiciones descubrimos claves artísticas del trabajo de Giralt, como el uso de telas estampadas sobre las que pintaba sus creaciones, el gusto por fotos e imágenes antiguas para crear sus collages o la utilización de estampas que encontraba en pequeños mercadillos y ferias.
Y llegamos al ltimo espacio de esta muestra, donde una decena de lienzos, en este caso de pequeño formato realizados desde finales de los años 90 -Castilla (1995), Decó (2002), Tmulo (2004-2005) o Lucy (2005-2006) marcan la etapa final de su carrera y de su vida. Al parecer, conoció con alguna antelación su fatal desenlace, tuvo tiempo de despedirse serenamente y convocó a sus allegados a una copa póstuma.
Consideraba inservibles las clasificaciones ajenas y las explicaciones propias, y anduvo tambaleante por el borde de las dos grandes laderas, figuración y abstracción. Recosía rastros y restos propios y ajenos. La ejecución trabajosa de sus cuadros, entramados de profunda cavilación e intuiciones repentinas, era para él lo valioso y lo que realmente merecía la pena trasmitirnos en vez de un repulido resultado final. Su recopilación fragmentaria nos parece simbolizar hoy el momento en que nuestro mundo se quedó sin discursos unificadores y comenzó esta larga antesala de un esquivo aunque seguro renacer.
Calificación de la Exposición (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 8
Comisariado: 8
Catálogo: 8
Explicación al visitante: 8
Documentación a los medios: 8
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Edifico Sabatini. 4 planta, zona D
JUAN GIRALT
Del 1 de diciembre de 2015 al 29 de febrero de 2016
COMISARIOS: Carmen Giménez y Manuel Borja-Villel
COORDINACIÓN: Soledad Liaño.