guía cultural

Don Quijote de grana y oro

José Catalán Deus | Jueves 17 de diciembre de 2015

Gran acontecimiento en la danza española. Hacía veinte años que la Compañía Nacional de Danza no interpretaba un ballet clásico completo. Este Don Quijote se presenta con una nueva coreografía para la ocasión creada por su director José Carlos Martínez basándose en la célebre de Marius Petipa. El estreno de ayer -entre ovaciones continuas en un teatro repleto- fue él exito que se esperaba para una buena producción con notable nivel técnico, muy tradicional y sin sorpresas.

Volver al ballet académico sin abandonar la danza contemporánea: ese era el objetivo cuando hace cuatro años Martínez sustituyó a Nacho Duato como su director artístico. Y se ha cumplido. Mereció la pena? En qué se ha avanzado y en qué se ha retrocedido sería la cuestión más importante a plantear. Pues bien, si se trataba de eso, nuestra compañía nacional ha conseguido hacer las dos cosas simultáneamente, ballet y danza; con repertorio reducido y a nivel aceptable. En danza contemporánea no ha mejorado; en ballet clásico le falta consolidar.

Explica su don quijote José Carlos Martínez: Basándome en la coreografía original y en las diversas versiones que he tenido ocasión de bailar (Nureyev, Baryshnikov, Gorski), me ha parecido importante mantener la construcción coreográfica del ballet, pero he querido darle un matiz más poético al personaje y a su bsqueda del amor perfecto encarnado por Dulcinea. A su vez, era necesario acercarse lo más posible a la esencia de nuestra danza. Me parece muy importante que la producción de Don Quijote de una compañía española sea realmente respetuosa con nuestra cultura y nuestra tradición.

Traducido a lo que vimos anoche, el montaje resulta extremadamente conservador y tradicional en su puesta en escena. Durante el primer acto la abrumadora presencia de toreros aireando sus capotes semejaba un acto patriótico a los que ya ni los patriotas se atreven. No era la CND en un tiempo vanguardista, era la compañía hermana y rival, el BNE (Ballet Nacional de España), en sus mejores coros y danzas. El segundo acto fue el mejor porque los tuts se movieron delicadamente, las ninfas estuvieron arrebatadoras y Cupido delicadamente encantador. El tercero se convirtió en un agotador concurso de virtuosismos que abandonó el argumento para extasiarse en la autocontemplación. El pblico de la CND, que asemeja siempre una peña futbolera jaleando a los suyos cualesquiera sean las circunstancias, colaboró a magnificar el espectáculo hasta la exageración.

El compositor Ludwig Minkus, representante indiscutible de la edad dorada del ballet, puso una msica de circunstancias a una anécdota de El Quijote en la que la presencia del ingenioso hidalgo es marginal, repleta de aires españoles, de jotas castellanas aderezadas con bolero y fandango, rebosante de tipismo y concebida para albergar todo el muestrario de movimientos canónicos en su más elevado virtuosismo. Martínez barniza ligeramente la coreografía de Petipa -considerada entre las mejores del género- con algunos toques renovadores, casi invisibles. Don Quijote está más presente, pero no puede pasar de convidado de piedra pues apenas insina unos pasos. Un Sancho delgaducho es la mayor innovación visual a ojos de buen cubero.

Escenografía y figurines marcan un sabor añejo innecesario, porque los clásicos de todas las artes necesitan deconstrucción y distanciamiento. Sólo el segundo acto remonta visualmente. Importante contribución la de la orquesta de la Comunidad de Madrid a la solvencia del espectáculo. Correcto José María Moreno a su fente.

Y llegamos a lo más importante, el baile y los bailarines, aunque el aderezo imprima carácter. El joven veterano Joaquín de Luz era la estrella invitada, acogido con enorme pleitesía tras su larga y magnífica trayectoria americana. No decepcionó su alto nivel técnico aunque vaciló en dos ocasiones al tener que sujetar a su compañera en alto, y sus vehementes maneras, sus gestos machistas, resulten hoy día anacrónicos. YaeGee Park en el papel de la protagonista Quiteria estuvo a la altura de su categoría de solista de la compañía. Otra coreana, Seh Yun Kim, bailó una deliciosa Dulcinea, mientras que Giulia Paris destacó en nuestra opinión en su Cupido así como Anthony Pina como el patriarca gitano, ambos sumando a excelentes ejecuciones una gestualidad femenina y masculina, respectivamente, precisa. Aída Badía y Esteban Berlanga asumieron a la pareja tópica de torero y cupletista, y todo el cuerpo de baile estuvo a la altura del desafío. Mejor el digno Don Quijote de Isaac Montllor que el cómico Sancho de Jess Florencio. Bien medidos Antonio de Rosa de pretendiente ridículo y José Antoni Beguiristain como padre de la novia. Demasiada gestualidad en escena, buscando facilitar el seguimiento de la trama, y entusiasmo desbordado en la platea. Más allá de la lógica alegría por superar la prueba, la tarea por delante parece ímproba.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 6
Coreografía: 7
Interpretación: 7
Escenografía: 6
Figurines: 6

TEATRO DE LA ZARZUELA
COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA
Don Quijote
-Ballet clásico en tres actos-
Estreno absoluto
Del 16 de diciembre 2015 al 3 de enero 2016

Msica: Ludwig Minkus
Coreografía: José Carlos Martínez (inspirado en las versiones de Marius Petipa y
Alexander Gorski) *Coreografía Adicional de Bolero y Fandango: Mayte Chico

Escenografía: Ral García Guerrero
Figurines: Carmen Granell
Diseño de iluminación: Nicolás Fischtel (A.A.I.)
Caracterización Maquillaje y Pelucas: Lou Valérie Dubuis
Dirección Musical: José María Moreno
ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Titular del Teatro de la Zarzuela
(Foto: Jess Vallinas)

INTÉRPRETES
-Quiteria: Maria Kochetkova (19-20 de diciembre), Cristina Casa (17-27-30 de diciembre), Elisa Badenes (1-3 de enero), YaeGee Park (16-26-29 de diciembre y 2 de enero) y Haruhi Otani (18 de diciembre)
-Basilio: Joaquín De Luz (16, 19 y 20 de diciembre), Alessandro Riga (17, 26, 29 de diciembre y 2 de enero), Anthony Pina (27 y 30 de diciembre), Moisés Martín Cintas (1 de enero), Esteban Berlanga (3 de enero) y Aitor Arrieta (18 de diciembre)
-Dulcinea: Seh Yun Kim (16, 18, 20, 26 de diciembre y 2 de enero), Giada Rossi (30 de diciembre y 1 y 3 de enero) y Lucie Barthélémy (17, 19, 27, 29 de diciembre)
-Don Quijote: Isaac Montllor o Iván Sánchez
-Sancho: Jess Florencio o Niccoló Balossini
-Mercedes: Aída Badía (16, 19, 20 de diciembre y 1 de enero), Kayoko Everhart (17,18, 26 y 27 de diciembre), Rebecca Connor (2 y 3 de enero) y Clara Maroto (29 y 30 de diciembre)
-Espada: Esteban Berlanga (16, 19, 20, 29, 30 de diciembre y 1 de enero), Moisés Martín Cintas (17, 18, 26, 27 de diciembre) y Rodrigo Sanz (2 y 3 de enero)
-Camacho: Antonio De Rosa (16, 17, 18, 19, 20, 26, 29 de diciembre y 2 de enero), Mattia Russo (27 y 30 de diciembre) y Niccolò Balossini (1 y 3 de enero)
-Cupido: Giulia Paris (16, 20, 26 de diciembre y 3 de enero), Haruhi Otani (17, 27 de diciembre y 1 de enero), María Muñoz (18, 30 de diciembre y 2 de enero), Leona Sivôs (19 y 29 de diciembre)
-Tabernero: José Antonio Beguiristain o Marcos Montes
-Jefe de gitanos: Anthony Pina (16, 19, 20 de diciembre y 1 y 3 de enero), Aleix Mañé (17, 18 y 26 diciembre), ngel García (27 de diciembre y 2 de enero), Toby William Mallitt (29 y 30 de diciembre)
-1 Dama de honor: Leona Sivôs (16, 19, 20, 26 y 27 de diciembre), Giulia Paris (17, 18, 29 de diciembre y 1 y 3 de enero) y Shani Peretz (30 de diciembre y 2 de enero)
-2 Dama de honor: Lucie Barthélémy (16, 20 de diciembre y 1 y 3 de enero), Haruhi Otani (26, 29, 30 de diciembre y 2 de enero) y Giada Rossi (17, 18, 19 y 27 de diciembre).