A comienzos de siglo esta comedia agridulce mostró un trasfondo perspicaz sobre la deriva que estaba tomando el arte y la cultura, la sociedad toda, bajo la influencia del posmodernismo que negaba todo el edificio racional occidental y dejaba los valores en manos de la mercadotecnia. Lo hizo de forma ligera y comprensible, y su mensaje resulta hoy día accesible y entretenido para el gran pblico.
Su autor, Neil Labute (Detroit, 1963), cree que la labor del dramaturgo es hacer preguntas. No saber siempre las respuestas, pero preguntar siempre. Las grandes preguntas y también las pequeñas. Una y otra vez. A partir de aquí, debería entretener al pblico contándole una historia que lo transporte a un lugar nuevo. También tiene la oportunidad de educar e iluminar; no creo que esto sea obligatorio, simplemente es una opción que puede aprovecharse o no.
Adam, un chico retraido y acomplejado, trabaja en sus ratos libres como vigilante de un museo en una pequeña ciudad universitaria en el que irrumpe una tarde Evelyn, una creída chica mona que va de transgresora estudiante de arte que viene a pintar un falo rojo sobre la hoja de parra de una escultura renacentista de un hombre desnudo. Lo hará y de paso lo seducirá, y en poco tiempo lo convierte en una marioneta a sus órdenes al que cambia de arriba abajo para hacer del frustrado y temeroso joven, un apuesto, vigoroso y guapetón ciudadano, hasta dejar atrás toda su vida anterior, incluido a sus amigos Jenny y Philip, una pareja convencional a los que ella desprecia y apabulla. En una sucesión de escenas ingeniosas, las relaciones entre los cuatro se complican hasta estallar. Cuando finalmente la arrogante y manipuladora individua termine un original proyecto al que ha estado consagrada y del que nada an sabemos, y lo presente como tesis doctoral en sesión pblica en el aula magna universitaria, invitando especialmente a Adam, Jenny y Philip al acto, llegará un desenlace inesperado, pues no es siquiera ago relacionado con su intervención subversiva en el museo, como intuirán los avispados, sino un proyecto sin precedentes que lleva el arte actual de la performance y la instalación a una dimensión transhumana inexplorada.
Para el director, Andrés Rus, la obra parece una comedia ligera y de trama convencional. Pero no lo es. Parece una historia de amor. Pero no lo es. Sus personajes parecen gente normal. Pero no lo son. Y es que todo gira en torno al universo de las apariencias y la impostura. Sus punzantes diálogos fluyen con una extraña inocencia y un perverso naturalismo cercano a Pinter, Mamet o James; pero lo que Neil LaBute construye a partir de ellos, dentro de una inflexible estructura de diez escenas, no es otra cosa que un crudo y devastador retrato de la sociedad moderna y una sátira negrísima del mundo actual, en el que el interés, los sentimientos efímeros, la deslealtad y la falta de compromiso rigen de manera cruel las relaciones humanas.
Ciertamente, lo que parece una pieza banal, tiene trasfondo, aunque el paso del tiempo lo presente trillado para los más puestos en cuestiones de altura, y ni el retrato resulte tan devastador ni la sátira tan negra. Pero quizás ahora se haga inteligible para el pblico corriente español lo que hace un cuarto de siglo hubiera resultado elitista. El montaje tiene una puesta en escena mínima, con escenografía de Mónica Teijeiro, basada en unos módulos impersonales cambiando de sitio en cada una de las diez escenas, dejando toda la ambientación a cargo de la iluminación irreal de Juanjo Llorens y el variado vestuario de Teijeiro. Un ligero envoltorio para centrarse en los cuatro personajes y en una anticuada chaqueta de pana igualita a la que el que escribe esto se pone a veces.
Traducir a LaBute es un arma de doble filo, opina Elda García Posada, es enfrentarse a un estilo engañosamente sencillo, por su acusado coloquialismo, y descubrir que bajo esa capa de verbo fresco y en apariencia inofensivo yace una profusión lingística que plantea enormes retos. Al igual que David Mamet, LaBute hace del lenguaje el elemento central del desarrollo dramático, lo cual supone un extra de responsabilidad para quien ha de verterlo a otro idioma. Un lenguaje que no solo es espejo de su tiempo por el léxico y los referentes culturales utilizados, sino por su ritmo. Un ritmo vívido en el que los personajes se pisan constantemente y cuya levedad esconde (y, a la postre, acenta) las demoledoras conclusiones sobre la condición humana a las que llegan todas las obras del dramaturgo. Le ha salido muy bien, todo resulta claro, con un logrado ritmo coloquial, y solo el uso varias veces de la palabreja pibón nos chirrió un poco.
Esther Acebo hace una Evelyn tan desagradable como se necesita y tan falsa como conviene, un personaje realmente deleznable que empieza de hembra empoderada, sigue de mujer desinhibida y termina de cruel trepadora y ambiciosa desalmada. Bernabé Fernández consigue plasmar con delicadeza la evolución de Adam, cargando un tanto las tintas en su huraño pasado y velando su transformación interior acelerada para que resulte creíble. Lluvia Rojo borda su marujona Jenny, y Chema Coloma mantiene a su Philip en terrenos viables. Los cuatro personajes están caricaturizados para resultar más definidos, y sus difíciles variaciones de ánimo están conseguidas.
De Neil LaBute, nos dicen que es uno de los más reconocidos jóvenes airados de la escena y del cine independiente norteamericanos, y de The Shape of Things, estrenada y dirigida en 2001 por él mismo en Londres, que está considerada su obra más compleja, mejor construida y dialogada, con una reflexión an válida en torno al mundo de las apariencias, la imagen y la manipulación en las relaciones humanas, aunque se queda desfasada ante la dimensión actual que ha tomado el problema. Pero se aprecia su ironía crítica y políticamente incorrecta, su altura intelectual para no caer en ese lamentable progresismo hoy imperante. Labute se hizo famoso en la treintena con En compañía de hombres, y ha seguido estrenando una veintena de piezas. La escritura de LaBute es accesible y su teatro goza del favor del pblico; bajo esta aparente simplicidad, él nos propone historias con doble fondo, opinaba Ruth Vilar en 2009 al publicar una muy detallada entrevista profesional en la que Labute daba opiniones de entre las que que destacamos esta: Siempre he tenido mis sospechas sobre la nota del autor que acompaña las obras de teatro cuando éstas se estrenan. No creo que le hagan ningn daño al lector medio, ése que descubre un texto y quiere saber más, pero no estoy tan seguro de que beneficie a los críticos conocer esos datos antes de asistir a un determinado montaje. Diría que me gusta la idea de que el pblico venga a ver la obra sin condicionamientos. Así hemos procurado hacer siempre por nuestra parte aunque a la hora de escribir, ya sí que se necesite una documentación mínima que en este caso es inexistente, así como disponer de imágenes reales del espectáculo y no posados promocionales.
Calibán Teatro fue creada en 2015 por Andrés Rus y Elda García-Posada. Viene de una larga gira con su propuesta anterior y ya ha exhibido esta en algunas otras ciudades antes de llegar a Madrid. De esta obra ya se estrenó en Barcelona en diciembre pasado una versión en catalán de Marc Rosich, pero ya la había puesto en escena mucho antes Julio Manrique en esa ciudad, ambos con el título más textual de La forma de las cosas. El elegido por los calibanes es más enigmático, y es que todo quizás sea una cuestión de formas. En la biología tradicional, la función equivale a la forma. Hoy, la apariencia oculta el contenido.
En fin, esta Una cuestión de formas tiene chicha bajo su aparente superficialidad, resulta larga y si se suprimieran los tiempos muertos entre escenas, ganaríamos los diez minutos que se prolonga de lo anunciado. Dicho lo cual, este sábado la sala estaba llena y aplaudió con ganas.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 7
Texto, 8
Traducción, 8
Dirección, 8
Escenografía, 6
Interpretación, 8
Producción, 7
Documentación a los medios, n/h
Programa de mano, n/h
Teatro Infanta Isabel
UNA CUESTIÓN DE FORMAS
The Shape of Things, de Neil LaBute
Elenco: Esther Acebo Bernabé Fernández Lluvia Rojo Chema Coloma
Dirección: Andrés Rus
Versión: Elda García-Posada
Diseño de Iluminación: Juanjo Llorens
Diseño de Escenografía y vestuario: Mónica Teijeiro
Coordinación técnica: José Manuel Ciru Cerdeiriña
Una Producción de Calibán Teatro
Precio desde 20
A partir del 04 de abril del 2024
Miércoles, jueves, y viernes a las 21:00
Sábados y domingos a las 20:00
Duración 105 minutos.