Es una de las cumbres del teatro occidental, así de simple, tanto por su contenido filosófico como por su texto y estructura. Esta adaptación, que ha contado con una generosa subvención de la Diputación de Valencia, convence basada en una acertada interpretación y una original puesta en escena.
Al título original se ha añadido una mención de los versos 105 y 106 de la obra, los que dicen eso tan sabido de Qué delito cometí contra vosotros naciendo. Quizás con ello se pretende subrayar que esta adaptación pretende el regreso a la esencia del texto cumbre de Calderón, manteniéndose fiel a la poética y a los dilemas filosóficos que el autor plantea, con una vuelta de tuerca a través de una nueva exploración psicofísica.
La concepción de la vida como un sueño es muy antigua, existiendo referencias en el pensamiento hind, la mística persa, la moral budista, la tradición judeocristiana y la filosofía griega. Segn Platón, el hombre vive en un mundo de sueños, de tinieblas, cautivo en una cueva de la que sólo podrá liberarse tendiendo hacia el Bien; nicamente entonces el hombre desistirá de la materia y llegará a la luz. Pero retomar el tema no dejaba de ser un tanto atrevido frente a la estricta ortodoxia católica reinante en su tiempo. Porque, si la vida es un sueño, qué es entonces la vida eterna, qué creo Dios cuando creó el mundo y cuáles fueron sus propósitos, y para qué envió a a su hijo a redimirnos si los sueños, sueños son?
También se ha dicho que lo más importante es el dilema que presenta entre el libre albedrío y la predestinación -el primero sustentado por la iglesia católica y la segunda por los reformistas protestantes-, y teniendo ambas tesis apoyo bíblico, Calderón habría escrito la obra en plan propagandista, para defender la contrarreforma de Trento y la posición oficial del imperio español. Sea como fuere, el soliloquio de Segismundo a lo largo de las cinco décimas más perfectas, precisas y preclaras escritas en nuestro idioma, sintetiza en setenta y un versos plagados de metáforas, metonimias, hipérboles, hipérbatos, preguntas retóricas, retruécanos, analogías e imágenes tanto visuales como auditivas, los argumentos a favor de la opción elegida en una joya literaria an hoy asombrosa.
La obra consta de tres actos o jornadas. La primera jornada, que tiene ocho escenas, se desempeña como contextualizador (es decir que en ella se presenta a los personajes y la ubicación espacio-temporal de la historia). En la segunda jornada, que tiene diecinueve escenas, aparece el conflicto, nudo o problema. Y en la tercera jornada, de catorce escenas, tiene lugar el desenlace o resolución.
Carles Alfaro dice que ha sido fiel al texto en un 95%: dejémoslo en dos tercios, pues hay alteraciones importantes como el parlamento introductorio del rey Basilio, alterado en orden y concierto, y como la supresión de personajes -Clarín, Astolfo y Estrella y algn que otro soldado. En la obra se mantiene toda la sinfonía pero simplemente está interpretada con cuatro instrumentos se justifica Alfaro. Cuatro instrumentos que son los cuatro personajes del elenco, en el que ha conseguido una unidad actoral interesante, una dicción apropiada y una presencia sólida en el escenario.
Alejandro Saá hace un Segismundo curioso, gimoteante, un tanto histriónico, de gran realismo físico; Rebeca Valls acierta con su bisexual y asexual Rosaura; Vicente Fuentes impresiona en el primer parlamento de ese rey Basilio; y finalmente, Enric Benavent sustentará el cuarteto con un excelente Clotaldo, ese vasallo fiel, ese esbirro piadoso. Dan vida a sus personajes y consiguen que parezcan vivos, viables.
Felipe de Lyma ha explicado en cuanto a la escenografía que el objetivo era buscar la esencia con un cubo de cinco metros de altura por cinco metros de anchura, en el cuál habitasen los personajes. Este espacio es esencial porque el aislamiento físico y afectivo se realiza en una celda etérea, con la singularidad de que desde fuera vemos lo que pasa dentro, pero desde dentro no podemos observar lo que pasa fuera, añade Alfaro que en la pieza interviene en casi todo, adaptación, dramaturgia, dirección, escenografía e iluminación.
La solución escenográfica es parca sin duda pero al menos vistosa. Y funciona. Se trata de una producción barata (una obsesión actual que va a acabar con el arte de la escenografía) aunque contara con 36.300 euros de generoso anticipo institucional. Alfaro fundó Moma Teatre en 1982 y entre sus ltimos montajes recordamos El lindo don Diego, de Agustín Moreto en 2013) (ver nuestra reseña), José K. torturado, de Javier Ortiz, en 2011,(ver nuestra reseña), y El arte de la comedia, de Eduardo De Filippo, en 2010, (ver nuestra reseña).
Y más allá de todo, Calderón plantea con actualidad total cuatro siglos después, a la libertad como un bien tan preciado para la vida del hombre, que estar privado de ella nos convertiría en crueles animales sin conciencia y a merced de los instintos. 3319 versos, con algunos de los monólogos más celebres de la literatura española, los que se saben de memoria las generaciones que estudiaron en el Régimen pasado, frases que han pasado al acerbo popular y cuya fama sólo supera quizás el Don Juan Tenorio de Zorrilla.
Otras recientes versiones de La visa es sueño han sido la de Juan Carlos Pérez de la Fuente, con Fernando Cayo y Chete Lera, y la de Helena Pimenta para la Compañía Nacional de Teatro Clásico con Blanca Portillo, Joaquín Notario y Marta Poveda, estrenada en 2012 y con más de 75.000 espectadores desde entonces (ver nuestra reseña).
Qué es la vida? Un frenesí.
Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Si la vida es un sueño, la muerte sería despertar. No estaría nada mal.
VALORACIÓN DEL ESPECTCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Adaptación: 7
Dirección: 7
Interpretación: 7
Escenografía: 6
Realización: 6
Producción: 6
Programa de mano: 5
Documentación a los medios: 5
TEATROS DEL CANAL
La vida es sueño [vv.105-106]
Adaptación de la obra de Calderón de la Barca
Del 19 de abril al 14 de mayo de 2017
Sala Verde. Duración: 1h 45mi
Reparto (por orden de aparición):
Basilio (Vicente Fuentes)
Segismundo (Alejandro Saá)
Clotaldo (Enric Benavent)
Rosaura (Rebeca Valls)
Adaptación y dramaturgia: Carles Alfaro y Eva Alarte
Dirección: Carles Alfaro
Escenografía: Carles Alfaro y Felype de Lima
Vestuario: Felype de Lima
Iluminación: Carles Alfaro
Msica Original y Espacio Sonoro: Joan Cerveró
Diseño de sonido: Luis López de Segovia
Fotografía: Jordi Plà
Caracterización: Inma Fuentes
Coproducción: Teatros del Canal y Moma Teatre
Con la colaboración del Centro de Investigación de la Voz, Palabra y Verso: Fuentes de la voz.