Sol Picó Monllor acaba de cumplir los 50 años de edad en plena forma. Tiene compañía propia que lleva su nombre desde hace un cuarto de siglo y crea sin parar, más de un espectáculo al año desde entonces. En este ltimo insiste en mantener su afán iconoclasta como si el tiempo no pasara. We women ensordece y deprime, es fea y desagradable premeditadamente. y castiga al espectador con alevosía entre algunos destellos armoniosos y acertados que se le han escapado.
Las obras de tesis no nos gustan porque casi siempre nacen lastradas, bienintencionados mensajes sin garra. Y en la danza contemporánea no conocemos ni uno que haya acertado. Sol Picó reivindica el género femenino y protesta porque an la parece minusvalorado. Lo hace con lo que denomina un proyecto colaborativo sobre la mujer contemporánea, una mirada colectiva con otras coreógrafas con las que se recapacitará sobre el papel de la mujer dentro de la estructura social actual, buscando una mirada intercultural, maneras de bailar que combinan técnicas diferentes y lenguajes desconocidos para responder a mltiples interrogantes:A qué se debe el olvido histórico de una parte fundamental de la contribución artística de la mujer? Por qué desaparece su legado?, Por qué caminos ya recorridos tienen que abrirse de nuevo? Y quizás, la cuestión fundamental: Por qué en tiempos de corrección política en los que a las mujeres occidentales se nos recuerda constantemente que tenemos igualdad de oportunidades todavía surgen estas preguntas?.
Preguntas habituales para respuestas fijadas. En todo caso un planteamiento válido para poner en pie una coreografía colectiva. Y es aquí donde lógicamente está el meollo de un espectáculo de danza. Y la de WW se nos aparece descarnada, balbuceante, deshilachada y críptica; un refocilarse en lo vulgar con bikinis de saldo, comiendo mientras se baila, rebozándose en la arena, haciendo de la fealdad antiestética bandera de protesta, defensa de una causa que se nos escapa. La escena semeja un campo de refugiados y contra su desolación poco pueden lograr algunos buenos efectos de iluminación. La msica en directo es lo más salvable del espectáculo, y Adele Madau, Lina León y Marta Robles demuestran pericia y creatividad. El sonido general es un bramido a infinitos decibelios. Y una vez más, como en casi todos los experimentos de este tipo, es la danza flamenca y el cante jondo los que salvan en parte una propuesta que parece nacida a medida para eclécticos festivales de verano en los que un pblico relajado pasa un rato de forma correcta.
Por fortuna la propuesta no se excede en duración y gracias a ello consigue no atosigar. Julie Dossavi despliega incansable sus dotes atléticas, Minako Seki es un brillante mimo cuando recurre a su humor irónico, y Shreyashee Nag hace gala de un refinamiento exquisito que es la nica nota armónica en el montaje. La escena de las sombras femeninas tras la lona tendida es muy bella. Ese violín traspasa. Y qué más?
Sol Picó combina diferentes técnicas y lenguajes de manera rompedora, baila un flamenco gimnástico enjundioso y sigue haciendo de sus rojas zapatillas de punta, resaltable seña de identidad. Es una figura personalísima y muy respetable en la danza contemporánea española, que ha sabido hacer de sus hándicaps, herramientas de autoafirmación, y que aunque ya se siente tentada por bajar del escenario y centrarse en el trabajo coreográfico (y actoral!), se mantiene en plenitud de forma, habiendo superado graves lesiones que la machacaron tres años. Se dice por sus admiradores que es capaz de bailarle a las memorias de una pulga, a una paella mixta o a una sirena a la plancha, y puede hacer flamenco con puntas con los ojos cerrados sobre un escenario lleno de cactus. Grandes méritos, sin duda. Pero no sabemos a qué espera para dejar esa dasazón deconstructiva y mostrarnos su corazón maduro y tierno.
La bailarina alicantina afincada en Barcelona viene al Español en una visita muy corta. En el estreno del jueves sobraron localidades y aplaudieron a rabiar sus incondicionales. Volverá antes de que acabe el año para enseñarnos lo ltimo suyo, Dancing with Frogs (título provisional), donde se habla de la masculinidad y todo aquello que la rodea. Qué dios nos coja confesados.
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 5
Coreografía: 6
Msica: 7
Interpretación: 7
Escenografía: 5
Vestuario: 5
Iluminación: 7
Programa de mano: 7
Documentación para los medios: 5
Teatro Español Sala Principal
We women
de Sol Picó
15 y 16 de junio de 2017
Dirección artística: Sol Picó
Creación coreográfica: Julie Dossavi, Minako Seki, Shantala Shivalingappa, Sol Picó
Interpretación coreográfica: Julie Dossavi, Minako Seki, Shreyashee Nag, Sol Picó
Dramaturgia: Roberto Fratini
Ayudante de dirección: Verónica Cendoya
Msicas y voz: Adele Madau, Lina León y Marta Robles
Diseño de iluminación: Sylvia Kuchinow
Escenografía, coordinación técnica: Joan Manrique
Una coproducción del Grec 2015 Festival de Barcelona, el Festival Internacional de Buenos Aires y la Cia. Sol Picó. Con la colaboración del Institut Ramon Llull.
Plaza Santa Ana. Calle Príncipe 25 (Ver en Google Maps)
A las 20:00h.
Entradas de 5 a 22. (Espectáculo no incluido en abono de temporada)
70 minutos (aprox.) (Sin intermedio).