José Martínez Ruiz Azorín vivió 90 años y murió hace medio siglo. Es uno de los mejores prosistas de la lengua española y también escribió teatro (siempre esperando que alguien se atreva a entenderlo). Bien está acordarse de él, marginado por el sectarismo izquierdoso durante todo el juancarlismo. Eduardo Vasco tiene el mérito de haber llevado bien y oportunamente al teatro sus crónicas periodísticas de la ruta de Don Quijote. Un hermoso montaje, una buena producción y una entrañable interpretación de Arturo Querejeta. Absolutamente imprescindible.
Azorínescribió cientos de artículos, entre ellos algunos seriales de viajes por España entre los que destaca este, una serie de quince crónicas para el periódico El Imparcial, que serían recopiladas posterioremente en un libro. Era 1905, tercer centenario de la aparición de la primera parte del Quijote y el periodista marchó a ver qué quedaba de aquellos lugares, gentes y paisajes que inmortalizara el libro. Con sencillez y naturalidad va narrando su salida de la pensión madrileña donde vive hacia Argamasilla de Alba, primero en tren, luego en dfiligencia; su alojamiento en la fonda de la Xantipa durante unos días tratando de captar el ambiente, la esencia manchega. Después partirá en carro hacia Puerto Lápice, describiendo los paisajes y allí se aloja en el mesón de Higinio Mascaraque, desde donde se dirige a las lagunas de Ruidera, la cueva de Montesinos, y más tarde a contemplar los molinos de viento en Campo de Criptana. Su siguiente destino es El Toboso, y después Alcázar de San Juan, donde finaliza su viaje siguiendo la ruta que marca Miguel de Cervantes en su libro.
La adaptación teatral es buena y nada se pierde de la excelente narración, periodismo poético del bueno y del que ya no se puede hacer, castellano de una riqueza hoy olvidada, impresionismo descriptivo lo han llamado, esas frase cortas de sintaxis simple, ese conceptismo salpicado de culteranismo relampagueante, de series de dos, tres adjetivos, realmente poderosas.
Arturo Querejeta (largo tiempo vinculado a la Compañía Nacional de Teatro Clásico y con muchos trabajos compartidos con Vasco), encarna al periodista, reproduce sus diálogos con la gente, y desgrana sus impresiones, casi siempre carentes de juicios de valor, casi siempre pobladas de juiciosa melancolía. Sólo en un par de momentos aflora ese pesimista dolor de España, esas comparaciones injustas con el extranjero, esas condenas sin matices de nuestros defectos y esas cegueras injustas de nuestras virtudes. Y sólo al final Azorín quiere ser filósofo y alrededor de un quizá cervantino elucubra un poco en falso. A Querejeta, este Azorín campechano, le secunda Daniel Santos como ayudante silencioso que ayuda a dar vida discreta a la escena.
Por lo demás, el montaje es imnpecable, un verdadero ejemplo de lo que hay que hacer con monólogos y diálogos teatrales a menudo puestos en escena de manera sosa y cicatera (sirva de ejemplo sin ir más lejos a los productores de Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, que acabamos de reseñar hace unos días. La escenografía de Carolina Hernández es ingeniosa, consiguiendo tres niveles con casi nada. Sus ilustraciones en vídeo y el vestuario gozan de la misma virtud, originalidad sencila. Espacio sonoro e iluminación contribuyen a un notable acompañamiento formal para un texto sin concesiones a ninguna de las modas que nos asolan, y por tanto virtuoso y necesario.
Una producción sobresaliente que dignifica la temporada en la cuarta visita de la compañía a La Abadía tras No son todos ruiseñores de Lope de Vega (2000), y Hamlet (2004) y Noche de Reyes (2012) de Shakespeare. Una compañía seria, un director competente del que se dice que podría ser el próximo director del Festival de Almagro. Una duración perfecta, esos 75 minutos que pocas veces está justificado rebasar. Bien por el Teatro de la Abadía.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Interés, 8
Texto, 8
Versión, 8
Dirección, 8
Interpretación, 8
Puesta en escena, 8
Producción, 9
Programa de mano, 8
Documentación a los medios, 8
La Abadía
La ruta de Don Quijote, de Azorín
Versión teatral y dirección Eduardo Vasco
De 28 de septiembre a 15 de octubre de 2017
REPARTO
Azorín Arturo Querejeta
Técnico en escena Daniel Santos
EQUIPO ARTÍSTICO
Ayudante de dirección y técnico en escena Daniel Santos
Espacio sonoro y vídeo Eduardo Vasco
Msica Granados Ortiz Shostakovich Vasco
Fotografía Millán de Miguel
Iluminación Miguel ngel Camacho
Ilustraciones en vídeo, escenografía y vestuario Carolina González
Producción Miguel ngel Alcántara
Una producción de Noviembre Teatro
Duración aprox. 1h15
Precio: 17 .