guía cultural

Bermejo, bermellón, pelirrojo, converso

José Catalán Deus | Lunes 08 de octubre de 2018

Bartolomé de Cárdenas El Bermejo fue uno de los artistas ibéricos más destacados del siglo XV. Se le supone pelirrojo, judío y converso, conservándose 28 de las obras que realizara en sus casi sesenta años de vida. Solo falta una de ellas en esta antológica excepcional en la que le acompañan 20 trabajos de colegas, colaboradores y copistas en un esfuerzo del Prado con el MNAC de Cataluña.

Por primera vez se podrá tener idea exacta de este artista que se pierde en la bruma del pasado, lo que permitirá admirar su virtuosismo técnico y su sugestivo universo visual, poblado de santos y demonios, de plebes y nobles que confirman ese bucle que acerca esa visión irónica, cruda y mágica del medioevo con buena parte de la iconografía visual -tebeos, películas- de nuestra época. Un universo de rostros sugerentes y paisajes detallados en el que el color bermellón ocupa una posición predominante.

El Bermejo nació en Córdoba y emigró a los territorios de la Corona de Aragón por los que fue cambiando de residencia. Entre sus obras emblemáticas figura el San Miguel triunfante sobre el demonio con Antoni Joan de Tous, procedente de la National Gallery de Londres, o la Piedad Desplà de la Catedral de Barcelona, que ha surgido de la oscuridad en que el tiempo la había sumido para ofrecernos un contexto excepcional en el que figuran hasta 73 muestras diferentes de flora y fauna, incluido un león somnoliento.. El trabajo de Bermejo se fundamenta en el uso de las potencialidades pictóricas de la entonces novedosa técnica del óleo. A partir de esta premisa supo desarrollar un personal lenguaje de signo realista, especialmente atento a los efectos ilusionistas pero también a la definición de espectaculares gamas cromáticas. Su principal referente fue la pintura flamenca, la escuela inaugurada por Jan van Eyck y Rogier van der Weyden que, en la segunda mitad del siglo XV, había conquistado toda Europa, incluida Italia. Aunque se ha especulado con que Bermejo pudo formarse en los talleres de allá, es más posible que su aprendizaje tuviera lugar en la cosmopolita Valencia del segundo tercio del siglo XV, una ciudad abierta tanto a los modelos flamencos como a los italianos, de los que el pintor cordobés también se hizo eco.

Junto a su destreza técnica, sorprende también su capacidad para desarrollar nuevas interpretaciones de todo tipo de temas e iconografías de carácter devocional. Su inquietud por seguir explorando nuevos terrenos, especialmente en el ámbito del paisaje y el retrato, le permitió concebir algunas de sus obras más complejas e innovadoras en el ltimo periodo de su trayectoria profesional. Todo ello fue advertido por una grupo de selectos comitentes, desde grandes eclesiásticos y nobles hasta distinguidos mercaderes, así como por sus colegas de profesión, que a menudo imitaron sus composiciones. Tras su muerte, su nombre y obra cayeron en el olvido. Su recuperación se produjo a finales del siglo XIX, cuando algunas de sus tablas más señaladas despertaron el interés tanto de destacados coleccionistas internacionales como de falsificadores de pintura antigua.

El catálogo puede considerarse un auténtico catálogo razonado de la obra conocida de Bermejo. Contiene además textos de reconocidos especialistas y se cierra con un apéndice documental con todo lo que sabemos de su vida.

Bartolomé se permitió una inscripción hebrea en su visión de la tumba de Cristo resucitado y mostrarnos sus genitales en dos de sus tablas a través de transparencias atrevidas; y fue excomulgado por no terminar el retablo de Santo Domingo de Silos. Retorna medio milenio después de su muerte más actual que nunca para dar testimonio de una realidad que se conoce poco, la de los judíos que se quedaron tras el decreto de expulsión en 1492 o retornaron después, tantos o más de los que se fueron. En tiempos de los Reyes Católicos los judíos representaban el 5% de la población de sus reinos, unas 200.000 personas: 50.000 nunca llegaron a salir de la península pues se convirtieron y una tercera parte regresó a los pocos meses. Algunos historiadores han llegado a afirmar que solo se marcharon definitivamente 20.000.

Aproximación a la exposición (del 1 al 10)
Interés: 8
Despliegue: 9
Comisariado: 9
Catálogo: 9
Folleto de mano: 9
Documentación a los medios: 9

Museo del Prado
Bartolomé Bermejo
Del 9 de octubre de 2018 al 27 de enero de 2019
Comisariada por Joan Molina, profesor de la Universitat de Girona
En colaboración con el Museu Nacional dArt de Catalunya
Catálogo de 248 páginas 24 x 30 cm Rstica, castellano, catalán e inglés PVP: 28 euros
Sala C del edificio Jerónimos
Con pequeñas variaciones, desde el 14 de febrero hasta el 19 de mayo de 2019 en el Museu Nacional dArt Catalunya.